Obstáculos y presupuestos de la libertad de expresión
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DISCUTIENDO CON ELENEMIGO: UN ENSAYO SOBRE LIBERTADD E EXPRESIÓNEN LA ERA...
§2.
OBSTÁCULOS Y PRESUPUESTOS DE LA
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Un éxtasis de miedo y venganza, un deseo de matar, de torturar, de
aplastar rostros con un martillo, parecían recorrer a todos los presentes
como una corriente eléctrica convirtiéndolo a uno, incluso contra su
voluntad, en un loco gesticulador y vociferante.15
G. Orwell
Lo voy a decir sin introducción ni circunloquio: ¡Hay energúmenos
en este mundo que lo último que desean es dialogar o pensar! Hay
gente mala. Destructiva. Violenta. Asesina. Ellos «dialogan» con el
puñal, la granada o la bomba, o con la mentira, la difamación y la
falsedad, no con la palabra ni con la verdad. También hay un buen
porcentaje de gente estúpida que hace daño por ignorancia o por fal-
ta de información. «Así, a un lado y otro, delante y atrás, encima y
abajo, todo [ser humano] está cercado por enemigos que le acosan
incesantemente para hacerle sufrir y para destruirle» nos advertía
hace ya más de tres siglos David Hume (cit. en Hospers, 1979: 111).
Entender esto aunque a veces resulte difícil si uno no está acostum-
brado a lidiar con el odio en sus distintas manifestaciones no es fácil,
pero es un presupuesto realista necesario cuando de hacer análisis o
teoría social se trata. De lo contrario, se habla de ángeles, no de hom-
bres, y como nos decía Heinrich Heine:
Den Himmel überlassen wir
Den Engeln und den Spatzen!
(El cielo se lo dejamos nosotros
15 En la novel a, 1984, capítulo 1, p. 34. Versión bilingüe electrónica en: https://
blog.smaldone.com.ar/pdf/1984-bilingue.pdf Consulta el día 16 de agosto de 2019,
15:30 p.m.
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MINOR E. SALAS
A los ángeles y a los gorriones).16
Obviamente. Tampoco el extremo. Hay personas, a pesar de vi-
vir en un mundo cínico, despiadado y violento, que tienen sentimien-
tos nobles y buscan hacer el bien y no el mal, dadas las circunstancias
específicas. Es decir, que no se puede ser extremista y caer en una
suerte de «nihilismo moral» o «pesimismo cósmico», según el cual,
todo ser humano es malo por naturaleza (homo homini lupus = Hobbes)
y no hay nada bueno ni nada que valga la pena en este mundo. «Toda
la tierra, creedme, está maldita y manchada», advertía Hume, con su
conocido pesimismo (cit., en Hospers, 1979: 111). Esto no es, si se mira
bien lo que sucede en la sociedad y a pesar de nuestra admiración por
Hume, una posición auténticamente realista. Aunque uno, muchas
veces por inclinaciones de carácter o personalidad, tiende a creer o
sentir que es así. Ese sentimiento debe, empero, combatirse; pues no
es la regla. El «mal» no es una maldición cósmica fatal; sino que obe-
dece a múltiples factores, está presente en diferentes grados, adopta
muchísimas manifestaciones y no es, por consiguiente, una categoría
ontológica de este universo ni cosa semejante. Como dice la bella letra
de una canción popular:
«Más dicha que dolor hay en el mundo,
Más flores en la tierra que rocas en el mar,
Hay mucho más azul que nubes negras,
Y es mucho más la luz que la oscuridad,
Digan lo que digan» (M. Álvarez Beigbeder)
Sin embargo, un presupuesto necesario, una condición sine qua
non de cualquier teoría, doctrina, discurso o ensayo crítico sobre la
sociedad en general y sobre la libertad de expresión en específico
consiste en hacer ver que muchas veces el mero hecho de «expre-
sarse» es ya imposible. Dialogar libremente, una utopía. Debatir
con razones, un ideal. Nadie puede hacer esto con una mordaza
en la boca o con una pistola en las sienes. De ahí que, todo discurso
sobre las libertades individuales y los derechos fundamentales en
general debe presuponer que el ejercicio de esos derechos y de esas
libertades solo pueden darse en condiciones históricas, políticas y
sociales muy especiales. Se requiere un mínimo de civilización, de
16 Se co nsu ltó la p rim era ed ició n de 1 844 d el poe ma: « Deut sch land . Ein
Wintermährchen», en la página:http://www.deutschestextarchiv.de/book/show/
heine_wintermaehrchen_1844 La consulta se hizo el 16 de agosto, 2019, 16:20 p.m.
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