La ortodoxia económica desalienta el estudio del comportamiento colectivo - Núm. 32, Enero 2015 - Revista de Economía Institucional - Libros y Revistas - VLEX 845672818

La ortodoxia económica desalienta el estudio del comportamiento colectivo

AutorHendrik van den Berg
CargoProfesor de Economía en la Universidad de Nebraska, Lincoln, y profesor adjunto en la Universidad de Missouri, Kansas City
Páginas13-37
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Hendrik van den Berg
*
LA ORTODOXIA ECONÓMICA
DESALIENTA EL ESTUDIO DEL
COMPORTAMIENTO COLECTIVO
El homo œconomicus, tal como lo concibe la ortodoxia económica, es una es-
pecie de monstruo antropológico: este hombre práctico de mentalidad teórica
es la personificación extrema de la falacia escolástica, un error intelectualista
muy común en ciencias sociales, por el cual el estudioso pone en la cabeza
de los agentes que estudia –amas de casa u hogares, empresas o empresarios,
etc.– las consideraciones y construcciones teóricas que él tuvo que elaborar
para explicar sus prácticas.
Pierre Bourdieu (2005b, 209).
Los economistas tradicionales de los países occidentales usan
casi exclusivamente modelos neoclásicos en su trabajo. Estos
modelos suelen suponer que los agentes económicos son individuos
racionales que solo consideran su propio bienestar material cuando
toman decisiones económicas. El benecio práctico de este supuesto
es que la actividad económica agregada se puede describir como la
suma matemática de sus componentes; por supuesto, suponiendo
también que el sistema se mantiene sin cambios. A menudo dichos
modelos se reducen a modelos de un agente representativo, en los
que la persona promedio, u homo œconomicus en la cita de Bourdieu,
representa el comportamiento económico agregado. Esta estrategia
de modelación recuerda la frase de Margaret atcher: “no hay so-
ciedad, solo individuos”. Este enfoque de la modelación económica
no solo diculta el análisis del comportamiento económico de las
*
Profesor de Economía en la Universidad de Nebraska, Lincoln, y profesor
adjunto en la Universidad de Missouri, Kansas City, [Hvan-den-berg1@unl.
edu]. Esta traducción, de Alberto Supelano, se publica con las autorizaciones
correspondientes. Fecha de recepción: 10 de marzo de 2015, fecha de aceptación:
29 de abril de 2015. Sugerencia de citación: van den Berg, H. “La ortodoxia
económica desalienta el estudio del comportamiento colectivo”, Revista de Economía
Institucional 17, 32, 2015, pp. 13-37. DOI: 10.18601/01245996.v17n32.01
organizaciones y otras formas de comportamiento de grupo, sino
que también lleva a una representación errónea del comportamiento
real de las personas.
El supuesto de que los seres humanos actúan y toman decisiones
en aislamiento no es consistente con lo que los psicólogos, sociólogos,
politólogos economistas del comportamiento y otros cientícos socia-
les saben del comportamiento humano. Hay abundante evidencia de
que los humanos son animales de grupo que muestran sentimientos
hacia otros, como la envidia y la empatía, y establecen variadas rela-
ciones sociales. Los humanos no son aislacionistas. Uno de los costos
del error intelectual de poner a un homo œconomicus individualista
y egocéntrico irreal en el centro del análisis es que impide analizar
el importante rol económico de los grupos y las organizaciones. El
comportamiento de empresas, sindicatos, entidades del gobierno y
grupos de cabildeo, entre muchas otras organizaciones, no se puede
explicar como la suma de las acciones de sus miembros. Además, el
énfasis en el individuo diculta el análisis del desarrollo de fenóme-
nos sociales como las instituciones y la cultura. De acuerdo con el
pensamiento económico tradicional no hay una cultura de grupo,
solo un comportamiento individual racional egocéntrico. Por ello,
aunque reconozcan la importancia de la cultura y otras instituciones
formales en la formación del comportamiento económico, los eco-
nomistas tradicionales suelen introducir estos fenómenos de grupo
en sus modelos como variables exógenas a las que se supone que los
individuos se ajustan de manera racional, así como se ajustan a otras
variables exógenas y endógenas.
Este artículo intenta explicar por qué la economía restringe el al-
cance de su análisis hasta tal punto que sus seguidores ignoran o, a lo
sumo, especican mal los roles económicos de grupos y organizaciones
claramente identicables así como fenómenos de grupo como la cul-
tura. Argumenta que la explicación está en el campo de la cultura, uno
de esos fenómenos de grupo que los economistas tradicionales no pue-
den tratar fácilmente. Psicólogos, economistas del comportamiento y
neurocientícos, entre otros, han documentado cómo se desarrollan las
culturas humanas para enfrentar la extraordinaria complejidad de su
existencia. En suma, fenómenos de grupo como las instituciones y la
cultura son endógenos en la toma de decisiones y, por tanto, en todo
comportamiento económico. Aunque la cultura contribuye a estable-
cer pautas comunes de comportamiento que ayudan a las personas a
enfrentar su vida cotidiana, también puede distorsionar la realidad e
inducirlas a errores. La cultura de la economía es un buen ejemplo,
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Hendrik van den Berg

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