Precisiones - Justicia y su entorno - Sin permiso - Libros y Revistas - VLEX 940123777

Precisiones

AutorRafael Díaz Meza
Páginas219-324
CAPÍTULO I
PRECISIONES
Son nueve entradas que predisponen, orientan, explican o explicitan la razón de
las propuestas que consideramos válidas para desnudar y solucionar las temáticas
estudiadas en el libro: corrupción, justicia y educación. La idea de precisar antes
de mostrar persigue objetividad, comprensión y utilidad. Consideramos de
importancia saber:
1. QUÉ ES EST E LIBRO
B  R inicia su Sabiduría de Occidente armando que “un gran
libro es un gran mal”, cita de C (310-240 a C.), el poeta anti aristotélico
que no creía ni en la unidad ni en la perfección, a pesar de que organizó la
biblioteca de Alejandría. Creemos que éste es un gran libro y que causará males.
Especialmente a quienes no lo lean.
El libro está escrito con alguna rabia, pero sin soberbia; con cierta ironía, pero
sin maldad; con gran esfuerzo, pero sin violentar la inteligencia; con amor por
algo tan grande como un país que está obligado a ser mejor; con alta indiferencia
académica. Quizá con sangre, como lo quería N.
A pesar de lo cual el libro cabalga con la alegría de trazar un camino; de estar
concebido para cualquier persona que ame lo que hace o aborrezca estar sin trabajo;
para el que quiera ver lo que la mayoría no ve o no le permiten ver; para el que ignore
las pandemias que el mundo inventó o se proteja de las que realmente existen; para
despertar a los dormidos en su certidumbre y a los indiferentes acurrucados sobre su
sueldo; para el que siga creyendo que el mejor texto escrito a través de los tiempos
es el sentido común, ese exótico mandamiento para abogados que ideó hace más
de cien años Á O. Tampoco el libro se escribió para los imbéciles.
1 Concretamente el V II del Decálogo del Abog ado cuyo tenor es este: “Aprecia como el mejor de los
textos el sentid o común”. Texto que prueba que los abogados s on los que menos creen en él.
R D M220
En otro sentido, la máxima aspiración del texto es cultivar la suciente ración
de libertad y de autodeterminación que necesitamos todos, eso que anticipó
Eduardo Galea no cuando peleó para que un libro fuera:
… una casa con mucha s ventanas, con ventanas muy grandes y c on muchas
puertas para que el lec tor pueda entrar y salir por donde quiera toda s las veces
que desee. Un libro que no sea una jau la, sino un espacio de libertad
(Negrita p ersonal, Amaris. Bogotá: Siglo X XI Editor, 2018, p. 4).
Visto en su esencia, este libro no es producto terminado, no obliga a creer en
nada y no es palabra de dios. Carece de ideología que siempre será (cualquiera,
aún la religión) la peor forma velada de humillación. Por eso el libro no acepta
los absolutos: cuando se reere a profesores, funcionarios, profesionales, periodistas,
jueces, estudiantes, apenas comprensible que se trata de unas mayorías; no a todos
los que ostentan esas condiciones. Para que quede claro: este es un libro de debate
y, por lo mismo, puede reescribirse.
Su fuerza radica en no acariciar verdades (la verdad es una mentira, escribió
V ), no tolerar ni practicar la tesis del abucheo (abajo los que protestan,
arriba los sumisos), no censurar la “falacia de los afectos” (que excluye la relación
entre el impacto de una obra y su signicado), no callar la perversidad de la mayoría
de las instituciones y no quedarse en la crítica facilista. Todo lo contrario:
propone y trabaja soluciones prácticas que no demandan mayores costos. Su
fuerza está acrecentada por referencias a pensadores y escritores colombianos o
latinoamericanos para que quede claro que Estados Unidos no es el único pueblo
que existe sobre la tierra2.
Su solidez estriba en mostrar la educación como un mal y un bien (el de
mayor valía para un país), en tocar los puntos oscuros de la justicia (casi todo) y
en señalar e identicar los focos de la corrupción que no resultan tan evidentes
para la sociedad o la persona poco observadora. Más aún: es refractario a la
prepotencia (poder) y a la autoridad desde la mirada de D:
“El hábito de cuestionar la autoridad es uno de los dones más valiosos
que un libro o un profesor pueden dar a un joven que se convertirá en
cientíco”3.
2 Quien lea libros modernos escritos por estadounidenses nota rá que por excepción cita n a un
pensador que no haya nacido a llá. Todos son de allí, allí queda el ú nico mundo.
3 Acá la voz autoridad posee u na connotación holística. Cobija incluso a l autor de un texto.
P 221
Y a pesar de que no todo joven querrá ser cientíco, la armación extrapola el
concepto inicial si se considera que una de las mayores autoridades es el propio
cientíco.
Quizás nadie mejor que C pudo sintetizar la hazaña (para nosotros)
de producir una obra como esta, al armar:
“Escribir un libro es una aventur a. Al comenzar, es un jugue te y una diversión;
luego, se convierte en un amante; después en un maestro; y después, en un
tirano. Y la última f ase consiste en que, cuando ya te has aco stumbrado a ser
su esclavo matas a l monstruo y se lo entregas a l público”. (Citado por M
y B T, Líder Pr o. Bogotá: Taller del Éxito, 2015).
2. POR QUÉ HACEMOS LO QUE H ACEMOS
Porque:
a) No tenemos plena identidad como humanos
A las losofías posmodernas les ha dado por armar que los seres humanos
somos constructos4 que obedecemos al diseño impuesto por la socialización, las
relaciones de poder y el lenguaje, lista que puede aumentarse –en cuanto menos–
con el contexto circunstancial de O  G y con las tecnologías.
b) Carecemos de un YO enhiesto, singular, y único
“Cuando hayas vivido ta nto como yo verás que cada ser humano tiene su
concha y que esa concha ha de ser tenida en c uenta”.
Tomamos la cita de la señora Merle, personaje creado por el novelista H
J (1843-1916) en el Retrato de una dama. Merle llama conchas a la casa
en que vivimos, a la ropa que vestimos, a las cosas que usamos a diario y que
reemplazamos por autos, manos libres, computadores, tabletas, esferos y celulares.
Con la aparición de estos, otra pata le nació al cojo, tal como se decía antes. ¿Cómo
desconocer que los celulares son la prolongación del ser humano y que sin ellos
no valemos un peso? ¿No han reparado en los jóvenes que olvidaron llevar el suyo
o que lo perdieron?: ninguna cara puede ser más terrible; ninguna mueca más
4 Un constructo en sicología es u na etiqueta o una herr amienta que se utili za para hacer compren sible
un comportam iento humano. Por lo tanto, es una construcción menta l.

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