Propuestas
| Autor | Rafael Díaz Meza |
| Páginas | 383-451 |
CAPÍTULO III
PROPUESTAS
Esta última parte podría mos llamarla Las 50 de Joselito. La metáfora alude al
grupo musical de jóvenes colombianos que revivió canciones de antaño en sus
ritmos primitivos y que alegra los diciembres en casi toda la geografía colombiana.
Las propuestas pretenden conservar de aquel la facilidad para hilvanar acciones
(canciones) que nos alegren la vida.
Fieles a la losofía del libro, desbrozaremos unas propuestas prácticas, sencillas
y poco onerosas con las cuales creemos alcanzar el objetivo primario de hacer
del colombiano un buen ciudadano a través de una nueva educación y de una
justicia renovada. El último objetivo apunta al desmonte gradual de lo corrupto.
De ahí que parcelemos las propuestas de la manera siguiente:
I. EN EDU CACIÓN
. E
En cinco temas fundamentales:
a) Abandono de la percepción usual, esa que un día le hizo creer que detentaba
la autoridad conferida por Dios, que con sus manos realmente estaba
formando el futuro del país (que no son los niños, como se cree) y que su
asignatura era lo único importante.
b) Ponderación del marco de credulidad para que no incurra en excesos (creer
en todo) o en defectos (no creer sino en el cienticismo) que lo torna
dogmático e ideólogo.
c) Formación de liderazgo, para que sea el profesor el único líder que necesite
la sociedad, dentro y fuera de la escuela.
d) Tratamiento diferenciado a cada alumno para que este aprenda el valor
de no ser igual a todos, no tema lo desconocido, sepa hacer las cosas por
R D M384
su cuenta y no se quede buscando notas ni aplausos. En una entrevista
realizada a G Z , un sobreviviente del accidente aéreo en
la cordillera de Los Andes en 1972, éste contó que:
El líder natural de l grupo (Fernando Parrado) nos dijo un día (de los 72 que
estuvieron perdidos en la cordi llera) que tenía una buena noticia:
– ¿Cuál?, preguntaron.
– Que el gobierno de nuestro país (Uruguay) ordenó no buscarnos más-
respondió.
– ¿Qué tiene eso de bueno?, replicaron indignados s us compañeros.
– ¡Que de aquí vamos a sal ir por nuestra cuenta!
A partir de ese día cada uno buscó huir de la montaña por sus propios
medios1.
e) Manejo de herramientas, es el único aspecto de la educación formal que
jamás se olvida y que siempre hace recordar al buen profesor (la regla de
tres, el plano cartesiano). Un maestro debe manejar unas cien y familiariza r
al discente con su uso adecuado y pertinente. Probablemente el mayor
forjador de herramientas educativas sea E D B, que amerita
ser tratado en entrada separada.
. C
La historia de Occidente en materia educativa, llena un universo único cada
vez más proclive a cerrarse a otros mundos. En efecto, la educación escoge sus
modelos, tendencias y enfoques; se da sus propias leyes; diseña sus programas
(pensum); tiene sindicatos que atienden solo sus normas, así contraríen la ley
general válida para los otros; ofrece y otorga títulos; dice quiénes están a cargo
de ella y quiénes serán destinatarios; y, siempre se cree autosuciente.
No obstante, varios aspectos de fondo obligan a precisar que el principal
escenario de un país (su educación) debe practicar una primera regla de oro:
no enconcharse, sino abrirse a todos los mundos. Esta visión de apertura al
exterior impide el nacimiento de la autosatisfacción, de la arrogancia y de la
autocomplacencia que –a su vez– crean mentalidad cuadricu lada, verdad única,
1 Narración persona l basada en F A H , Apren diendo de los me jores.
Planeta, 2021, 140
P 385
certeza, dogmatismo, ideología y la manía de argumentar solo en favor de lo
acertado sin reparar en lo conveniente. La educación cerrada –como ha sido en
nuestro país– olvida que para las personas lo fundamental no es saber más o
tener razón, sino lograr resultados sin maltratar a nadie, sentirse y obrar como
ciudadano, dejar que otros ensayen su modo de vivir, estar de acuerdo consigo
mismo y ser feliz (o vivir sabroso).
Una educación abierta se apodera de saberes convencionales y no convencionales
(i); no teme al pragmatismo ni a la realidad (i i); no se desga sta resolviendo problemas
puesto que éstos suponen que algo es incorrecto (iii); concibe que lo repetitivo como
n en sí mismo (los ejercicios matemáticos, por ejemplo) casi nunca agregan valor
(iv); desdeña la ecuación causa-efecto en el entramado humano y fenoménico (v);
valora más el diseño que el análisis (vi); no usa para resolver conictos sociales
la lógica tradicional sino la teoría de los juegos que nos legó el premio Nobel de
Economía de 1994, J N (vii); está dispuesta a trabajar lógicas laterales
(viii); ve la pedagogía como una revolución positiva (ix) y fomenta la cultura del
error (x) desde los términos traídos por el empresario R D (08-08-1949):
“Crea una cultura en la que sea aceptable cometer errores, pero inaceptable
no identicarlos, ana lizarlos y no aprender de ellos. Las mentes innovadora s
cometen errores”3.
. N .
Los grandes educadores de la historia y las mejores escuelas (con sus sistemas,
losofías, teorías, modelos y prácticas) no pasan de ser moduladore s doxástico s,
es decir, protagonistas que transitan por el mundo de la opinión. Y ya es hora de
sepultar la mentirosa frase de que toda opinión es respetable; no, son respetables
las personas. Una razón para no traerlas a Colombia es que castran la iniciativa,
la imaginación y la creatividad que deben ser nuestras; la otra es que ni el sistema
2 Herramienta que se uti liza especi almente al tomar decisiones en asuntos matemáticos,
económicos, na ncieros y sociales cuando debe intera ctuarse con otro. El dilema del pri sionero
es su mejor ejemplo. Mutatis mutandis, el asunto sería así : Pedro y Juan son acusado s como
cómplices de cometer un d elito penado con 10 años de prisión. Por separado y sin posibi lidad de
comunicarse ent re sí, el Fiscal le propone a cad a uno que si delata (al otro) no habrá pena para
él, al otro le dará d iez años; si conesan los dos, la pena será de tr es para cada uno; si gu ardan
silencio, la pena será de cinco años para ambos. ¿Qué decisión le resu lta mejor a Juan; cuál a
Pedro? ¿Cuál a la just icia?
3 A H , F . Aprendiendo de los m ejores, T. 2. Bogotá: Planeta S. A., 1ª ed.,
2021, p . 321.
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