Proposición de un aparato crítico
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proposición de un aparato crítico
Si se acepta la tesis de Russell sobre el poder que congura
las dinámicas sociales, se puede colegir que un investigador
del derecho internacional debe considerar, como se ha dicho
y se demostrará en este trabajo, que el derecho internacio-
nal es el conjunto de principios y de normas que nacieron
en torno del poder que conguró la dinámica social de la
civilización de occidente, especícamente durante el período
que los historiadores han denominado modernidad. De esta
manera, para comprender el origen y las transformaciones
del derecho internacional es preciso estudiar el poder que
hay detrás de las relaciones internacionales y, por supuesto,
el papel de las grandes potencias.
1. la civilización occidental, la navegación,
la hegemonía y las potencias
Las potencias, dice Arnold Toynbee, han sido protagonis-
tas esenciales de la historia de la humanidad que es, si se
permite la simplicación, el relato del ascenso y de la caída
de las sucesivas civilizaciones y, para lo que interesa a este
trabajo, el relato del ascenso de la civilización occidental y,
especícamente, de los años que han transcurrido desde el
renacimiento hasta nuestros días. En efecto, lo que propone
el pensador inglés es una teoría cíclica del auge y la caída de las
civilizaciones y, por esa razón, en la larga reexión que hace
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sobre su vida y su obra la Encyclopedia Britannica destaca
que Toynbee
... examinó el ascenso y la caída de 26 civilizaciones en el curso
de la historia humana, y concluyó que surgieron al responder
con éxito a los desafíos bajo el liderazgo de minorías creativas
compuestas por líderes de élite8.
En otras palabras, un investigador del derecho internacio-
nal debe estudiar el papel de las grandes potencias de la
civilización occidental porque ellas han sido protagonistas
fundamentales del proceso de conguración del orden glo-
bal estadocéntrico, anárquico, interdependiente e inestable
que ha caracterizado a la sociedad moderna y en el que la
Arnold Joseph Toynbee es un historiador británico cuya vasta obra está dedicada
al estudio de 28 civilizaciones signicativas en la historia de la humanidad que
las ha dividido en tres grandes grupos: en primer lugar, 19 civilizaciones
que se consideran como las principales en la historia de la humanidad –egip-
cia, andina, china, minoica, sumeria, maya, indica, hitita, helénica, occidental,
cristiana ortodoxa (Rusia), lejano oriente, cristiana ortodoxa (cuerpo principal),
persa, árabe, hindú, mexicana, yucateca y babilónica–; en segundo lugar, 4
que él dene como civilizaciones abortadas –del lejano occidente cristiano,
del lejano oriente cristiano, escandinava y siríaca– y, en tercer lugar, 5 que él
denomina civilizaciones connadas –polinesias, esquimales, nómadas, oto-
manas, espartanas–. El análisis que propone Toynbee toma, en efecto, cada
una de esas civilizaciones y trata de denir su emergencia, su crecimiento y
su colapso y caída denitivas. No obstante, lo que interesa a este ensayo es el
papel que jugó el imperio helénico y los demás imperios o potencias que le
sucedieron para conformar la civilización occidental. En su criterio, el imperio
helénico fue el hito original de nuestra civilización y su papel solo puede en-
tenderse si se consideran el poder de los conocimientos de la naturaleza y de
la sociedad que alcanzaron los griegos y, además, el dominio y la hegemonía
que establecieron fundados en esos conocimientos. Lo mismo puede decirse
del imperio romano que fue su sucesor en la Antigüedad, del imperio árabe
en la Edad Media, de España y Portugal en los orígenes de la modernidad, de
Inglaterra en el contexto de la Ilustración… Para este trabajo se ha consultado
el extenso trabajo de Toynbee titulado Estudio de la historia que fue publicado en
inglés entre 1933 y 1961. La publicación española que se ha consultado pa-
ra realizar este trabajo fue lanzada en 1963 por Editorial Edhasa. Además,
también se consultó la versión electrónica de: «Arnold Toynbee British
historian», en Encyclopedia Britannica, en www.britannica.com/biography/
Arnold-Joseph-Toynbee
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guerra es inminente9. Es preciso agregar que esta perspec-
tiva del historiador británico referida a las civilizaciones y
a las grandes potencias también ha sido considerada por el
gran internacionalista español Antonio Truyol y Serra, cuyas
páginas han sido consideradas en este ensayo10.
Se colige, pues, que en este ensayo se intenta estudiar el
derecho internacional como un conjunto de principios y de
normas que regulan las relaciones internacionales, esto es,
como el producto de las dinámicas sociales que se congu-
ran en torno del poder que ejercen las grandes potencias que
se han sucedido para conformar lo que se ha denominado
civilización occidental.
Ahora bien, es preciso agregar que el poder, entendido
como un dominio que se traduce en obediencia, no debe
entenderse solo como el producto de la fuerza inicial con la
que se establece. En efecto, si se considera el poder a la luz
de la historia de lo que hoy sigue denominándose América
Latina –cuyos pormenores se estudiarán con mayor dete-
nimiento más adelante– se puede entender que no se trató
solo de un poder que se impuso por la fuerza –la guerra de
conquista–, sino de una cultura que se impuso sobre otra,
porque la colonización tiene que ver, en efecto, con la impo-
sición de una lengua, unos saberes y unos valores.
Si se acepta este aserto se puede colegir que, más allá del
poder bélico inicial, la dominación se establece cuando se
imponen los paradigmas de una civilización sobre otra y, en
este sentido, cuando los paradigmas de la civilización que
se impone se utilizan para escribir la historia ocial y, de esta
manera, para legitimar el poder que se estableció desde el
principio. En los términos de Walter Benjamin se puede decir
que la dominación se establece como una centralización de la
historia. En efecto, Benjamin propone un debate sobre la lo-
9 Véase la nota anterior.
10 Truyol y Serra, Antonio. La sociedad internacional, Madrid, Alianza Universidad,
1998.
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