Una relectura del modelo francés
| Autor | Luis Fernando Cristancho Acero |
| Páginas | 231-322 |
Capítulo IV
Una relectura del modelo fra ncés
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano adoptada
por la Asamblea Nacional Constituyente, el 26 de agosto de 1789, e incluida
como preámbulo de la Constitución de 1791 constituye, probablemente, el
documento de mayor importancia en relación con la consagración de derechos
fundamentales hasta la adopción de la Declaración Universal de Derechos
Humanos de 1948 en el seno de la Organización de Naciones Unidas.
La alegada ausencia de disposiciones con contenido social o económico
constitución de 1791, han servido de fundamento para la const rucción y difusión
fundamentales como las revueltas que dieron origen al derrocamiento de la
a la exclusiva iniciativa burguesa y a su preocupación por abolir las diferencias
formales de trato ante la ley y los privilegios estamentales ostentados por la
aristocracia, la Iglesia católica y la realeza bajo el Antiguo Régimen feudal.
para reivindicaciones de contenido igualitario en sentido material, extender
los hombres sin propiedad, las mujeres, las personas sometidas a esclavitud
y los extranjeros, se consideran ausentes de los textos fundamentales de la
época, de las motivaciones para los levantamientos armados y de los debates
constituyentes que conllevaron a su adopción.
la Declaración y del modelo francés de derechos humanos, partiendo de la
ampliación del objeto de estudio del contenido literal del texto para incluir
los hechos, debates, pronunciamientos, protagonistas y contradictores que
232 Luis Fern ando Cristanc ho Acero
Edad Moderna en Europa tuvieron sobre la lucha ilustrada, requiere ampliar
el periodo de estudio de los antecedentes hasta el siglo XVI, en el cual la
generalizada de la Revolución como un episodio histórico fruto exclusivo del
despertar intelectual propio de la Ilustración y sus novedosas concepciones
de antecedentes cercanos o fuentes de inspiración diferentes a las secularizadas
propuestas ilustradas francesas1.
Sin embargo, Rosario señala que, para comprender el estallido
registradas en los dos siglos anteriores, tanto en territorio galo como en sus
alrededores. A su juicio, en efecto, no se puede perder de vista que, en los
inicios de la Modernidad, el continente europeo fue escenario de sucesivas
crisis y episodios revolucionarios que, con las particularidades propias de
ideológicos y confrontaciones armadas estrechamente interrelacionadas
2
En sentido similar se ha manifestado Antoni , quien anota que
la generación revolucionaria de , , , ,
o ha de comprenderse como deudora de una tradición
hasta Inglaterra o Alemania con la ir rupción de la Reforma protestante en sus
el mundo germánico3. El propio Ernst , a quien citamos al referirnos
a la aportación reformista revolucionaria de Thomas , sostuvo que
1 Véase: , Dale. Los orígenes religiosos de la Revolución francesa. De Calvino a la
Constitucióncivil.(1560-1791).
2002, p. 15; , Ernst. Derecho natural y dignidad humana. Op. Cit., p. 47.
2 , Rosario. Rebeldesy reformadoresdel sigloXVI alXVIII.
Barcelona: Serbal, 1981, p. 15.
3 , Antoni. El eclipse dela fraternidad. Una revisión republicanade la tradición
socialista.
233Capítul o IV. Una relectura del m odelo francés
los principios radicales del anabaptismo fueron de vital importancia como
4.
De hecho, durante el mismo desarrollo de la Revolución estuvieron cerca
de resurgir en diferentes provincias los antiguos enfrentamientos armados
entre católicos y protestantes y la cuestión religiosa estuvo fuertemente
5.
No sobra recordar que, en el mismo preámbulo de la Declaración, la Asamblea
Nacional Constituyente consideró oportuno señalar que el reconocimiento y
manifestación de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que dicho cuerpo
6
, testigo excepcional de los hechos y circunstancias que rodearon dicha
Asamblea, esta mención constituye un suceso de la más singular importancia, y
representa una muestra de la conciencia de la trascendencia que sobre los actos
enérgica defensa que realizó de la Revolución francesa y su Declaración
de Derechos, frente al ataque de su compatriota Edmund , enfatizó que el
principio de igualdad natural entre los seres humanos encontraba su fundamento
7.
revueltas que recorrieron Europa en los siglos XVI y XVII, anteriormente
recordábamos la forma en que intervino en el debate
– , acerca del origen de la Declaración de los Derechos del
de derechos producidas en Norteamérica después de la Declaración de
Independencia, para advertir que tanto la Declaración francesa como los
textos norteamericanos son producto de la prolongada evolución histórica
de independencia estadounidense; claros signos de la presencia y extendida
difusión de dicha tradición, explicaba , son la temprana lucha
de los hugonotes en territorio francés para obtener la consagración de la
tolerancia religiosa y la limitación del poder real, la emigración puritana y
los primeros Bill of Righ ts elaborados con ocasión de la organización de las
4 , Ernst. Thomas Münzer. Teólogo de la revolución. Op. Cit., p. 41.
5 , Norman. HistoriaSocialdelaRevoluciónfrancesa. Madrid: Alianza, 1989, p. 112.
6 , Ana. La Revolución francesa en sus textos. Madrid: Tecnos, 1989, p. 6.
7 , Thomas. Derechos del Hombre. Op. Cit. p. 95.
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