A la tele lo que es de la tele... porque no ha muerto, andaba de parranda - Innovaciones en la ficción audiovisual, rupturas y transformaciones - Los desafíos a las televisiones en América Latina - Libros y Revistas - VLEX 911534648

A la tele lo que es de la tele... porque no ha muerto, andaba de parranda

AutorLorena Antezana Barrios
Páginas346-362
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lo s d e s a f í o s a l a s t e l e v i s i o n e s e n a m é r i c a l a t i n a
Introducción
Hace ya un tiempo se escuchan voces que pregonan “el n de la tele-
visión”, o que “la televisión ha muerto”, esto debido a la disminución
del tiempo que las audiencias dedican a ver televisión1; la crisis econó-
mica que afecta a varias casas televisivas (Méndez y Domínguez 2014)2;
la alta segmentación de las audiencias que hace que estas migren hacia los
canales de pago, canales especializados y hacia otras plataformas mediá-
ticas (Francés 2014); y la modicación en los hábitos de consumo (Iriépar
2014), fundamentalmente de las generaciones más jóvenes3, entre otras
cosas.
La sumatoria de estos aspectos va en desmedro de la calidad de la oferta
televisiva de transmisión abierta; puesto que en un modelo de gestión que
opera fundamentalmente sobre la base del autonanciamiento, la venta
de espacios publicitarios resulta crucial y estos son valorados de acuerdo
con la cantidad de audiencias cautivas que posea determinado programa
(medido en base al rating); lo que en denitiva atenta contra la economía
del medio en cuestión incidiendo por ende en su programación4.
Estas transformaciones cambian entonces las condiciones de produc-
ción, circulación y consumo de los productos televisivos, lo que para
muchos es interpretado como una “crisis”, mientras que para otros es una
“oportunidad”. Esto no es novedoso, pues cuando se trata de cambios
siempre hay perspectivas en pugna que enfrentan a optimistas y pesi-
mistas, y en el caso que nos ocupa esta tampoco es la primera vez que se
produce un remezón de estas características en este medio.
A partir de una reexión sobre el caso chileno, intentaré en este texto
no solo argumentar sobre la centralidad actual de la televisión en nuestra
región, sino, más aún, sobre la necesidad que tenemos de ella, lo que nos
· En Chile, de acuerdo con el  (2018), entre el 2013 y el 2018 el consumo pro-
medio anual de televisión abierta cayó en 164 horas.
· Como Canal 13 y , dos de los más importantes canales en Chile.
· Este artículo presenta parte de los resultados del proyecto de investigación en cur-
so “Formación de audiencias ciudadanas: Adolescentes y telenovelas en tiempos
de intolerancia”, Fondecyt Regular n.° 1200108.
· De acuerdo con lo publicado en Obitel (2019), en el 2018, la inversión publici-
taria en televisión continuó con su tendencia a la baja, cayó un 2% en televisión
abierta y un 11% en televisión de pago.
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a la t e l e l o q u e e s d e l a t e l e p o r q u e n o h a m ue r t o , an d a b a d e p a r r a n d a
empuja a buscar alternativas para potenciar, fortalecer, enriquecer y, en
denitiva, transformar algunos de sus aspectos centrales.
El énfasis de esta reexión estará centrado en el lugar del producto
mediático televisivo, sin desconocer la importancia de los aspectos refe-
ridos al lugar de la producción y al lugar de la recepción (Charaudeau
2005), los que serán considerados en distintos momentos según las nece-
sidades que el mismo análisis determine. Intentaremos dar cuenta en este
trabajo de algunos programas y formatos televisivos de realidad, cción e
híbridos, seleccionando aquellos que permiten construir un ethos compar-
tido, un “nosotros”, un sentido de comunidad, y los que potencian un
lenguaje audiovisual que puede ser entendido como propiamente televisivo
poniendo énfasis en cada caso en los desafíos que se plantean a la televi-
sión (en tanto institución social) en un contexto de cambios como el actual.
La centralidad y la “necesidad” de la televisión
Entendemos la televisión no solo como un dispositivo mediático sino
como un actor sociocultural (Santa Cruz 2017), situado históricamente en
una sociedad mediatizada, una en la que el conjunto de prácticas sociales
se estructura y cobra sentido en relación directa con los medios de comu-
nicación (Antezana y Santa Cruz 2016). Es importante poner énfasis en
que su acción se sitúa en una compleja trama de interacciones y media-
ciones socioculturales, en las cuales se produce la construcción de imagi-
narios colectivos y una producción discursiva que se sedimenta como
sentido común (Santa Cruz 1996), es decir, como un conjunto de repre-
sentaciones sociales que se convierten en normas de vida, en signicados y
valores constitutivos de un sistema de realidad y en orientaciones para el
pensamiento y la acción (Wortman 2007).
En tanto actor sociocultural, es posible dejar de pensar en la televi-
sión como en un dispositivo vinculado a un objeto físico especíco: un
televisor. Lo que nos permite armar que, aunque el objeto desaparezca,
sea reemplazado, transformado o desplazado, aquello que se transmite y,
fundamentalmente, la función que desarrolle seguirá estando vigente. Bajo
esta premisa, la televisión sería un dispositivo que pone en circulación,
productos audiovisuales de carácter masivo, que no debiesen entenderse
como una sumatoria de programas sino, más bien, como un ujo discur-
sivo que masica propuestas “situadas” y cumple funciones de articulación
social.

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