El trabajo decente y la globalización
| Autor | César Alveiro Montoya Agudelo/Jhon Jaime Arango Benjumea/Pastor Emilio Pérez Villa/Yarmin Lorena Taborda Morales/Ana Cristina Ortega Barro |
| Páginas | 33-55 |
C. A. Montoya Agudelo, J. J. Arango Benjumea, P. E. Pérez Villa,
Y. L. Taborda Morales y A. C. Ortega Barro
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El trabajo decente de la Organización Internacional del
Trabajo: su origen y sus objetivos estratégicos
Las personas son la base de la gestión de la Organización Internacional del
Trabajo (), puesto que son el valor más importante para la institución;
por lo tanto, la busca tener claridad en cuanto a las preocupaciones y ne-
cesidades de las personas. No hay duda de que para salir de la pobreza o lograr
una integración a la sociedad, es fundamental acceder a un trabajo caracteriza-
do por la decencia y la dignidad humana.
Dar respuesta a los problemas relacionados con temas laborales ha sido uno
de los principales objetivos de la desde su surgimiento. De igual manera,
parte de su misión ha sido inuir en los sistemas internacionales para que se dé
prioridad a temas relacionados con las dicultades o los desafíos que se presen-
tan en el trabajo. Para ello, la (a) propuso cuatro objetivos estratégicos:
“pleno empleo, derechos laborales, protección y diálogo social”. Es importante
tener presente que uno de los elementos paradigmáticos del trabajo decente es
no verlo como una simple mercancía; esto fue establecido en la Declaración de
Filadela (, 1944).
El concepto decente recoge en buena parte las aspiraciones que se tienen con
esta palabra en relación con modos de trabajo acordes a la dignidad humana,
pero sin asumirlo como una norma o algo estándar. En muchos países que es-
tán en vía de desarrollo, es posible que no se cuente en el día a día con el mismo
tipo de protección social que puede existir en una nación desarrollada y por
eso no pueden imponerse estándares desconectados de las realidades complejas
que juegan a favor o en contra de la materialización del trabajo decente. Por lo
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anterior, es importante tener en cuenta que el concepto de decencia debe verse
como algo exible, que se ha venido construyendo paulatinamente como un
principio orientador encaminado a la transformación positiva de las condicio-
nes de vida de los trabajadores a nivel mundial.
También es importante mencionar que aquellas sociedades que son desarro-
lladas deben contar con una agenda de trabajo decente, toda vez que en estas
también se presentan problemas en su sistema laboral, en particular los que
tienen que ver con el estatus de los trabajadores de plataformas de acceso (gig
workers), los cuales desarrollan sus actividades en zonas grises que frecuente-
mente quedan por fuera de la protección de la legislación laboral (De Ruyter y
Rachmawati, 2020).
Uno de los principales objetivos de la fue el establecer el empleo como
fundamento para el progreso. Además, menciona:
[…] habrá una concentración de las actividades en tres determinantes decisi-
vos del empleo, a saber: la política macroeconómica, la transformación de los
sistemas de producción y la estrategia empresarial, y la desigualdad de acceso
al empleo y al mercado de trabajo. En todos los casos la meta será incorporar el
objetivo del empleo en toda política nacional. (, 1999a)
Es fundamental saber que es necesario un esfuerzo para lograr un empleo
productivo, lo cual no debe ser visto únicamente como una formulación neta-
mente económica, sino que también exprese la dimensión de valor que puede
tener el trabajo. Otro punto importante es que el trabajo y el sello propio que
cada persona le imprime a este son un elemento más relevante que el mismo
capital. Esto permite que todas las personas dejen en evidencia la calidad y el
compromiso en el desarrollo de sus actividades. Como ya ha dicho, el trabajo se
constituye en una fuente de dignidad, estabilidad social, familiar y en una ver-
dadera paz en la sociedad en general. Es decir, el trabajo digno es un elemento
que ratica la dignidad de todas las personas, sin importar su origen, color de
piel, ideología política o credo religioso, entre otros factores, puesto que toda
persona puede situarse en una sociedad dependiendo de la relación que ella
tenga con el trabajo.
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