En vida
| Autor | Tomás Holguín Mora y Paula Torres Holguín |
| Páginas | 530-538 |
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Carlos Holguín con su hija, Magdalena Holguín Fety.
La designación del doctor Carlos Holguín Holguín para secretario de nuestra embajada en Santiago es el reconocimiento oficial de las cualidades admirables de quien prolonga en una inteligencia de primer orden el prestigio de un apellido ilustre en la historia colombiana. Amigos y discípulos han admirado siempre en Carlos Holguín la firmeza de su carácter y la integridad de su vida, en que la fe religiosa profunda está animada y robustecida por disciplinas filosóficas y científicas con singular energía. Se habla hoy de una decadencia del espíritu en Colombia, y se afirma que en nuestra sociedad ya no prosperan hombres capaces de una cultura superior. Es muy cierto que nuestro desarrollo cultural no sigue el mismo proceso acelerado y cuantioso que lleva el país en cuanto a economía y población. Sólo unos pocos colombianos merecen espiritualmente una categoría nacional o americana. Sin embargo, muchos signos anuncian que la sociedad despierta a la vida del espíritu, con pujanza y magnitud probablemente muyPage 531 superiores a las que conoció la nación en el pasado. Ocurre que la inteligencia y el saber se han hecho solitarios y se hallan, por así decirlo, perdidos en el espacio del que carecen. Pero la lejanía de la patria causa el extraño efecto de una totalidad unida, y esa acción a distancia crea el clima social que necesita esencialmente la inteligencia para realizarse a cabalidad y con la máxima eficacia. Es seguro que en Chile logrará Holguín la obra que la nación pide a sus hombres más capaces. La Embajada de Colombia presidida por Lozano y Lozano tiene en Carlos Holguín, un secretario digno de su altísima categoría.
Un merecido ascenso1 obliga al señor Carlos Holguín Holguín, secretario de la Embajada de Colombia, a dejar nuestro país.
Descendiente de una ilustre familia colombiana, el señor Holguín se incorporó a la Embajada de su patria en Chile en 1943, y desde esa época, se ha granjeado las simpatías de los círculos oficiales diplomáticos y sociales.
Jurisconsulto de nota, el señor Holguín ha tomado parte activa en la vida profesional del foro chileno. Su vasta cultura, preparación y criterio ecuánime le distinguieron entre los delegados que Colombia envió al último Congreso Internacional de Abogados.
Ahora, sólo nos resta desearle al joven diplomático y hábil jurista una brillante carrera en el Ministerio de Relaciones de Colombia, donde desempeñará el cargo de asesor jurídico, y formular votos por su pronto regreso a Chile, donde deja sinceros amigos y gratísimos recuerdos.
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Juan Lozano y Lozano2
En la última edición de esta revista se alcanzó a dar cuenta de que el vicerrector del Rosario Carlos Holguín Holguín, había pasado a ejercer automáticamente el cargo de rector del Colegio, por el año que restaba del periodo para el cual había sido elegido Antonio Rocha, llamado por el gobierno para ejercer el alto cargo de embajador de Colombia ante la Santa Sede. Quería decir que el rector titular, Rocha, podría, en cualquier momento, ocupar su puesto en el claustro, siempre dentro del lapso de su mandato. Pero Rocha, con la delicadeza que lo caracteriza, no quiso dejar abierta para sí esa posibilidad estatutaria, y renunció a la Rectoría. Entonces, los colegiales, mediante el trámite de pasar una terna al Presidente de la República, que es el patrono del Colegio como sucesor del Rey de España a la cabeza de la nación, se acordaron sobre el nombre de Holguín Holguín y él es hoy el rector titular del Colegio.
Unánime y complacido consenso de los alumnos del Rosario ha merecido esta designación. El nuevo rector tiene larga vinculación con el histórico claustro, pues en él ha sido profesor de derecho por treinta años y en períodos anteriores ha sido miembro de su Consiliatura. Sus antepasados, entre los cuales se cuentan varios de los más conspicuos ciudadanos de nuestra historia, aparecen estrechamente vinculados al Colegio; y en buena parte se debe a su abuelo, el Presidente don Carlos Holguín Mallarino, la última etapa de revitalización, prestigio y esplendor del Rosario. Fue ese ilustre mandatario quien, consciente de lo que el hogar de Fray Cristóbal representa como núcleo de la nacionalidad colombiana, se dolió de su desviación filosófica y de su descaecimiento material, se interesó en sus problemas dentro de la misérrima situación fiscal de entonces y llamó, hará ochenta años, al entonces joven sacerdote Rafael María Carrasquilla para que lo...
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