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| Autor | Robert marcuse |
| Páginas | 198-209 |
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sabático secreto bancario
sabático. La palabra proviene del hebreo
(schabbat) y originalmente se refería al
día de descanso que Dios tomó después
de crear el mundo y al que los hebreos
daban cada séptimo año a sus tierras
plantadas de viñas y olivares. Ahora se
usa para designar el año de licencia, con
goce de sueldo, que algunas universida-
des suelen conceder a sus profesores. Por
extensión, designa también cualquier li-
cencia prolongada, concedida por una
empresa a un miembro de su personal,
con o sin goce de sueldo. En efecto, en
el mundo de los negocios en general, y
el de las fi nanzas en particular, es cada
vez más raro que un funcionario pueda
ausentarse por un período largo y siga
recibiendo su remuneración. En general,
el benefi ciario de un sabático se contenta
con conservar su empleo, y poder rein-
tegrarse a su empresa después de una
ausencia prolongada. De todos modos,
con o sin sueldo, los sabáticos siempre
deben ser autorizados por el empleador,
si el empleado no quiere convertirse en
desempleado.
saldos compensatorios. Monto prome-
dio de los fondos que un banco le pide a
sus clientes o corresponsales que man-
tengan en sus cuentas, en retribución por
los préstamos otorgados o los servicios
provistos.
Los saldos compensatorios, al ser ge-
neralmente depositados en cuentas no
productoras de intereses, representan
una fuente adicional de benefi cios que
indirectamente aumenta la tasa de inte-
rés cargada sobre los fondos prestados,
o las comisiones cobradas en las transac-
ciones.
En algunos países, tanto las tasas de inte-
reses como las comisiones bancarias son
establecidas por el Estado, y por lo tanto,
no pueden ser legalmente incrementa-
das. Los saldos compensatorios usual-
mente constituyen una forma de escapar
a reglamentaciones de ese tipo. Aunque
esté específi camente prohibido requerir
saldos, el cumplimiento de la ordenanza
es muy difícil. La razón para ello es que
rara vez se solicitan por escrito, sino que
normalmente constituyen un acuerdo de
caballeros entre un banco y sus clientes.
secreto bancario. Los banqueros, como
los abogados y los médicos, consideran que
las operaciones que les son confi adas por
sus clientes son de carácter confi dencial y
deben ser mantenidas en absoluto secreto.
En general, los bancos respetan el se-
creto bancario. Sin embargo, en defensa
propia, suelen intercambiar ciertas infor-
maciones respecto a malos deudores, o a
operaciones fraudulentas.
A veces, también se ven obligados a en-
tregar algunas informaciones a las auto-
ridades de control, cuando éstas las soli-
citan, o a una corte, por orden judicial.
Las leyes de algunos países han dado
fuerte respaldo al secreto bancario, mien-
tras que las de otros lo han reducido.
Las limitaciones impuestas hoy en día al
secreto bancario, surgieron mayormente
debido a la necesidad de controlar el la-
vado de dinero generado por el tráfi co de
drogas. Por otra parte, los abusos come-
tidos por ciertos países, que, a sabiendas,
recibieron y protegieron fondos recibidos
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