Balas y tinto: conflicto armado en la zona cafetera colombiana - Crisis y transformaciones del mundo del café. Dinámicas locales y estrategias nacionales en un periodo de adversidad e incertidumbre - Libros y Revistas - VLEX 850493968

Balas y tinto: conflicto armado en la zona cafetera colombiana

AutorAngelika Rettberg
Cargo del AutorProfesora Asociada en el Departamento de Ciencia Política, Universidad de los Andes, Bogotá
Páginas85-174
Balas y tinto: conicto armado
en la zona cafetera colombiana*
ANGELI KA R ETTBERG**
En 1997, el entonces gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Jorge
Cárdenas, afirmó en una entrevista que la violencia no había tenido un im-
pacto muy significativo en su industria. “La violencia no ha sido un problema
tan grande”, dijo. “Las cosas han estado relativamente estables y tranquilas”
(Luxner, 1997). Por esa época, Colombia se encontraba entre los países más
violentos del mundo, con una tasa nacional de homicidios de 88 por cada
100.000 habitantes. Las considerables diferencias regionales en la intensidad
del conflicto armado sugeridas por la afirmación de Cárdenas ayudan a expli-
car la excepcionalidad de la zona cafetera.
Varios años más tarde, la amigable y renovada imagen internacional
del ícono cafetero Juan Valdez choca contra una compleja realidad local en
los tres principales departamentos cafeteros (Caldas, Risaralda y Quindío).
* La investigación para este artículo fue posible gracias a la financiación del Social Science
Research Council (SSRC), del Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional (IDRC) de
Canadá, de la Universidad de Miami y del Departamento de Ciencia Política de la Universidad
de los Andes. Este estudio forma parte de un proyecto de investigación que examina las
relaciones entre recursos legales de alto impacto regional y el conflicto armado en Colombia,
financiado por el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional (IDRC). Agradezco a
Sebastián Bitar, Carolina Franco, Juan Diego Prieto y Camilo Vargas por su útil asistencia de
investigación. Gracias también a Juan Diego Prieto por la traducción del inglés. Agradezco
también los comentarios de Enrique Chaux, Ralf Leiteritz y Carlo Nasi. Una versión preliminar de
este texto fue publicada en Latin American Perspectives 37, fasc. 2 (2010), pp. 111-132.
** Profesora Asociada en el Departamento de Ciencia Política, Universidad de los Andes, Bogotá.
rettberg@uniandes.edu.co
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Consideradas por mucho tiempo refugio frente al conflicto armado y la po-
breza, las tierras cafeteras colombianas padecen de una mayor presencia de
actores armados ilegales y de crecientes tasas delincuenciales. Han aumentado
los homicidios y los secuestros, a la vez que el desempleo y la recesión eco-
nómica afectan a la población. Además, la economía formal ha sido penetrada
por capitales ilegales relacionados con el narcotráfico. Algunos terratenientes
cafeteros han vendido sus tierras, mientras que otros las han volcado hacia
diferentes usos, entre ellos, el cultivo de coca y amapola (véanse, entre otros,
Cadena, 2006; Pérez, 2006; Vargas, 2005; Merchán, 2002, p. 147). En la ac-
tualidad, el café sigue siendo uno de los principales bienes de exportación
de Colombia, y su representante más importante, la Federación Nacional de
Cafeteros, ha logrado reinventarse y reposicionarse en los mercados nacional e
internacional, pero en el ámbito nacional la zona cafetera dista mucho de ser
lo que fue en otro momento.
En este texto presentaré una crónica de los principales cambios relacio-
nados con el conflicto armado que ha sufrido la zona cafetera en los últimos
años. Más específicamente, el texto ilustrará cómo el conflicto armado ha au-
mentado y evolucionado en la zona cafetera colombiana. Aunque la violencia
organizada no es un fenómeno nuevo en la región –Caldas, Quindío y Risa-
ralda fueron escenarios importantes de conflicto en el periodo conocido como
La Violencia (véanse Bergquist, 1986; Ortiz, 1985; Palacios, 1980)–, según el
Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH (OPP,
2001), en el año 2000 la actividad armada se triplicó en el Eje Cafetero con
relación a los años noventa. La crisis actual, originada en la caída los precios
internacionales del café como resultado del rompimiento del Convenio Inter-
nacional del Café, condujo a la disminución de los ingresos provenientes de
mercados internacionales, lo cual a su vez agravó los niveles locales de pobreza
y afectó la capacidad de la Federación de Cafeteros para compensar la ausencia
del Estado en la provisión de estabilidad económica y servicios sociales (véan-
se, p. ej., Dube y Vargas, 2006; Pérez, 2006; Thorp y Durand, 1997; Thorp,
1991). La pobreza y el debilitamiento de la Federación, a su vez, dejaron un
vacío institucional que abrió ventanas de oportunidad para la penetración de
las estratégicas tierras cafeteras por parte de grupos armados ilegales por me-
dio del reclutamiento y el control territorial, para impulsar los cultivos ilícitos
e insertar capitales del narcotráfico en la economía legal.
Este documento intentará empezar a esclarecer si las particularidades
de la sociedad y la economía cafeteras colombianas afectan –y a su vez son
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