Capítulo II: Los estados de emergencia en el período de Belisario Betancur Cuartas - Excepción y emergencia: el estado de emergencia económica, social y ecológica en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 940110796

Capítulo II: Los estados de emergencia en el período de Belisario Betancur Cuartas

Páginas46-79
CAPÍTULO II
LOS ESTADOS DE EMERGENCIA EN EL PERÍODO
DE BELISARIO BETANCUR CUARTAS
Una democracia se compone con el sí, con el no,
y con el quizás”
BELISARIO BETANCUR
I. ANTECEDENTES MACROESTRUCTURALES EN AMÉRICA LATINA Y EN
COLOMBIA DEL PRIMER ESTADO DE EMERGENCIA
En las décadas de 1960 y 1970 la banca privada internacional, fundamentalmente la
estadounidense y la europea, disponía de los excedentes financieros de los países
productores de petróleo. Los denominados petrodólares hicieron posib le una abun-
dante oferta de empréstitos con bajas tasas de interés. Y entonces la imprudencia se
apoderó de la banca: los créditos se otorgaban a quien los solicitara, indistintamente
de su capacidad de pago82.
Al mismo tiempo, los países de América Latina habían incrementado ostensible-
mente su nivel de gasto público, aparentemente ocasionado por el desarrollo “hacia
dentro” que implicaba el modelo de la sustitución de importaciones83, en el cual el
82 Ver por ejemplo, a TATIANA GUARNIZO USECHE et al., Sostenibilidad social de la deuda externa
en América Latina, Cartagena de Indias, U. San Buenaventura, 2006, págs. 26 y s. Ver tam-
bién a MIGUEL CARRERA TROYANO & RAFA EL MUÑOZ DE BUSTILLO, Tres décadas de economía,
ideología económica y políticas en la evolución de la pobreza y la desigualdad en América Latina,
Múnich, MPRA, 2013, http://mpra.ub.uni-muenchen.de/51867/ (29.6.20), pág. 10.
83 El concepto de industrialización por sustitución de importaciones es tan ambiguo como im-
preciso desde puntos de vista históricos y técnicos. Por eso, refiriéndose al mismo fenó-
meno, autores como el economista colombiano JOSÉ ANTONIO OCAMPO, Más allá del Con-
senso de Washington, Una agenda de desarrollo para A mérica Latina, México, CEPAL, 2005,
pág. 8.
EXCEPCIÓN Y EMERGENCIA
EL ESTADO DE EMERGENCIA ECONÓMICA, SOCIAL Y ECOLÓGICA EN COLOMBIA
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Estado desempeñaba un papel primordial en la asignación de los recursos del sis-
tema financiero, el control de precios, la regulación de la actividad económica, la
protección de la industria local y la prestación de servicios públicos84, que había sido,
además, promovido desde la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América
Latina (CEPAL) desde su fundación en Santiago de Chile en 1948 85.
De esta manera, mientras que Latinoamérica avanzaba en la provisión de servi-
cios de salud, educación y en la construcción de infraestructura, había al mismo
tiempo un estancamiento en la generación de recursos fiscales. Esto explicaría el dé-
ficit presupuestal que habría dado lugar a la contratación de empréstitos exter nos y
a la monetización de ese déficit en prácticamente todos los países de la región. Esa
circunstancia ayudaría a explicar, también, el elevado nivel de inflación en los países
latinoamericanos, que en conjunto llegó a ser del 1.500% en 199086.
Así pues, según los eco nomistas inscritos en los nuevos paradigmas de las cien-
cias económicas (y de otros que no lo están)87, y de acuerdo con las Institucio nes Fi-
nancieras Internacionales, la quiebra fiscal de los Estados endeudados se debía básica-
mente a sus excesos en la distribución, la regulación y el proteccionismo88. En otras
palabras, el diagnóstico de la crisis tendría su origen tanto en la indisciplina fiscal (el
84 CARRERA T. & MUÑOZ DE B., Tres décadas, op. cit., pág. 10.
85 Ver a BERND MARQUARDT, “La revolución industrial en América Latina, 1840-2009, Una
interpretación desde la perspectiva de la Teoría de los Sistemas de Energía”, en ÍD. & ROLF
PETER SIEFERLE, La Revolución Industrial en Europa y América Latina, Interpretaciones ecohistó-
ricas d esde la Perspectiva de la Teoría de los Sistemas de Energía y del Metabolismo, Bogotá,
UNAL, 2009, págs. 93-324, 219. Un interesante análisis sobre el derecho social derivado de
las medidas anticíclicas keynesianas en América Latina, configurado por el capital para
prevenir las revoluciones, se encuentra en JUAN FERNANDO ROMERO TOBÓN, “Constitucio-
nalismo social en América Latina, Los casos de Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba y Uru-
guay”, en MARQUARDT, Constitucionalismo Científico II, Entre el Estado y el mercado, Bogotá,
Temis, 2012, págs. 69-97.
86 PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PAR A EL DESARROLLO, Informe sobre desarrollo humano
1996, Madrid, Eds. Mundi-Prensa, 1996, pág. 20.
87 Paradigma que enfatiza al mercado como asignador de los recursos y en el crecimiento
del Producto Interno Bruto (PIB) como medida de éxito. Ver sobre esto, en general,
CARRERA T. & MUÑOZ DE B., Tres décadas, op. cit. Ahora bien, esta fue la misma conclusión
a la que, durante la década de 1970, llegó esa organización privada sinárquica ideada por
David Rockefeller que se conoce como Comisión Trilateral. Ver a MICHEL CROZIER &
SAMUEL HUNTINGTON & JO JI WATANUKI, The crisis of Democracy, Report on the governability
of democracies to the Trilateral Commission, Nueva York, University Press, 1975.
88 Ver, por ejemplo, a JOÄO MÁRCIO MÉNDES PEREIRA, El Banco Mundial y la reforma del
Estado ¿Más allá del Consenso de Washington?”, en ÍD. et al., Pensar a Contracorriente III,
La Habana, Ed. de Ciencias Sociales, 2006, pág. 34.
LA EMERGENCIA EN EL GOBIERNO DE BELISARIO BETANCUR CUARTAS
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Estado gasta más de lo que recibe) como en el estatismo proteccionista de la sustitu-
ción de importaciones89.
La explicación de esta hipótesis, y su justificación en términos económicos, suele
sustentarse alrededor del ataque al modelo cepalino de desarrollo, de forma que
existe cierto consenso al argumentar que el aislamiento de las empresas privadas de
la competencia extranjera con ocasión de las medidas proteccionistas (aranceles y
otras trabas) en el marco de la sustitución de importaciones, trajo consigo la inefi-
ciencia en término s de la calidad de los productos ofrecidos al público, además de
precios extraordinariamente elevados que en última instancia afectaban al consumi-
dor. Las empresas públicas, también ineficientes, ocasionaban pérdidas que profun-
dizaban el déficit porque requerían continuamente de la inversión del Estado para
sobrevivir. La política monetaria favorecía la hiperinflación y existía indisciplina fis-
cal90.
Al mism o tiemp o, la industrialización favorecida por el Estado ocasionaba un
mayor gasto público por el otorgamiento de los subsidios a privados. La lógica libe-
ral indicaba en ese momento que la solución a tales problemas era, con toda seguri-
dad, permitir que fuera el propio mercado el que determinara las asignaciones de
los recursos y de los incentivos91.
No es fácil establecer con precisión los datos del endeudamiento de América La-
tina en el período transcurrido desde 1982 a 1990 porque las diferentes fuentes, como
el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la CEPAL, entre otras, publicaban
estadísticas que no necesariamente coincidían entre sí debido al tipo de metodología
de medición que utilizaban y a la cobertura de la información que suministraban.
Ahora bien, hay puntos de convergencia respecto de los datos que arrojan las diver-
sas fuentes: por un lado, según autores de la época, la deuda externa acumulada de
Latinoamérica superaba los 300.000 millones de dólares. Brasil, México, Argentina y
89 Se recomienda, para el efecto, la lectura de un interesante artículo de la época: LUIS CARLOS
BRESSER PEREIRA, “La Crisis de América Latina, ¿Consenso de Washington o Crisis Fiscal?”,
en revista Pensamiento Iberoamericano, núm. 19, Madrid, Agencia Española de Cooperación
Internacional, 1991, págs. 13-35, 16.
90 Ver a VALPY FITZGERALD, “La CEPAL y la teoría de la industrialización”, en Revista Cepal,
núm. extraordinario, 1998, https://repositorio.cepal.org/handle/11362/12123 (29.6.20). Por otro
lado, uno de los mayores críticos de la globalización impuesta desde el FMI, el premio
Nobel de 2001 JOSEPH E. STIGLITZ, menciona que los problemas de los Estados Latinoame-
ricanos que conllevaron a la implementación de las medidas del consenso de Washington
eran reales, y que el famoso decálogo estaba justificado, sólo que su aplicación fue desme-
dida y apresurada. JOSEPH E. STIGLITZ, El Malestar en la Globalización, Madrid, Santillana,
2007, pág. 113.
91 JORGE IVÁN CUERVO RESTREPO, “La reforma del estado y el ajuste estructural en América
Latina”, en Revista Ópera, núm. 3, Bogotá, U. Externado, 2003, pág. 73.

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