Capítulo 11. La nueva 'dimensión social del contrato', y la protección de la persona y su dignidad en la posmodernidad
Autor | Carlos Ignacio Jaramillo J. |
Cargo del Autor | Profesor de historia del derecho, de derecho de obligaciones II ('Teoría general del negocio jurídico y del contrato'), de derecho civil constitucional, de derecho de seguros, miembro del grupo de investigación en derecho privado y exdecano académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Javeriana. |
Páginas | 267-345 |
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DEL CONTRATO”, Y LA PROTECCIÓN DE LA PERSONA
Y DEL CONTRATO “CLÁSICO” AL CONTRATO “NEOCLÁSICO”–
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“Toda ciencia perece el día en que se cristaliza en fórmulas inmutables”.
A.
Resumen: El propósito primordial de este escrito atañe al deseo del autor
de examinar uno de los temas de mayor actualidad e incidencia no solo en el
derecho colombiano, sino en el derecho comparado, íntimamente ligado con la
responsabilidad civil, en especial con la disciplina contractual –responsabilidad
contractual–, objeto de sustantivas transformaciones en los últimos siglo y medio,
principalmente, cual es el referente a la “nueva dimensión social del contrato y a
la protección de la persona y su dignidad en la posmodernidad”, lemas del derecho
de daños en los tiempos que corren.
la “contractualización del derecho”, en general, y de la “contractualización de la
responsabilidad civil”, en particular, en cuyo caso examinar aspectos nucleares de
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la Asociación Iberoamericana de Derecho Privado, de la Red Ivs Civile Salmanticense
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la teoría general del contrato en clave posmoderna y neohumanística, ciertamente
cambiantes, resulta de interés.
Este estudio, según lo revela el subtítulo empleado, igualmente persigue auscultar
siglos y , y culmina en el siglo
denominado “nuevo orden contractual”, asimilado a una novísima “cultura”,
lozano “paradigma contractual” diverso, cimentado y enriquecido por una serie
de valores –axiología contractual– que, rectamente entendidos, forman parte del
entramado contractual posmoderno, hijo de la combinación de la tradición, y de
nova y vetera. De ahí que se subraye la valía que en dicho
“orden”, en esa renovada cosmovisión, tienen valores y postulados superiores
encaminados a sublimar el papel asignado a la protección de la persona humana
Agradecemos, en primer lugar, la honrosa, a la par que deferente invitación
y estudioso profesor Alejandro , quien con entusiasmo y amabilidad
suma, nos convocó a participar en la misma, en compañía de granados y reputados
autores nacionales e internacionales, todos interesados en rendirle un testimonio de
cuatro–, tanto en lo personal, como en lo académico, institucional y cultural.
para poder narrar algunas de las anécdotas, vivencias y pasajes que nos enlazan con
así como para poder recrear e historiar uno que otro momento especial que dejó
imborrable huella en nosotros.
No en vano, se trata de una persona de unas aqu ilatadas condiciones personales,
profesionales, académicas, difíciles de reunir en un solo ser, a quien sin ambages,
agradecimiento por su generosidad, acompañamiento, paciencia, enseñanzas,
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la referida invitación, toda vez que, desde diferentes colinas, es cierto, hemos sido
coherencia en su quehacer y en su pensamiento.
quien ha marcado un antes y un después en la esfera universitaria y doctrinal, sin
soslayar su inmarcesible aporte a la jurisprudencia patria, en la que por siempre, a
reiteramos, al que tanto debemos –y deberemos–, pues su obra, madura, curada y
cuidada, ha trascendido en la geografía colombiana y fuera de ella, no solo en el
propia, sino en general en el derecho privado, pues es un jusprivatista consumado.
insigne de la misma por espacio de numerosos lustros, se ganó el respeto de todos
sus colegas, de quien para honra mía seguí aprendiendo en tan augusta corporación
judicial, como lo sigo haciendo, pues es una mina inagotable de talento, a la par que
letras, con el buen decir, el buen escribir, el bien vivir y con la cultura en general.
, uno de esos colosos civilistas del siglo formado con
nova y vetera –a las que tanto aludimos en este texto–.
Finalmente, en lo estrictamente personal, como lo haría un hijo con su padre,
el país, como lo comprueba, con elocuencia, el hecho de la respuesta tan positiva y
entusiasta de los autores invitados a esta promisoria publicación –alrededor de treinta
y cinco, de variadas naciones europeas y americanas–, no lo ponemos en duda, una
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