Capítulo I: Conceptos
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Conceptos
S: 1. Observaciones introductorias. – 2. Objetos de interpre-
tación. – 3. Interpretación como solución de dudas sobre el signi-
cado. – 4. Interpretación como comprensión del signicado. – 5.
Interpretación como conocimiento del signicado. – 6. Interpreta-
ción como solución de controversias. – 7. Interpretación como siste-
matización del derecho. – 8. Interpretación como manipulación del
signicado. – 9. «Interpretar normas» e «interpretar hechos». – 10.
Interpretación y aplicación. – 11. Interpretación y dogmática. – 12.
Sobre la interpretación de la costumbre.
1. Observaciones introductorias
En ocasiones, ocurre que dos o más cosas llevan el mis-
mo nombre. En otras palabras, ocurre que un mismo
vocablo designa objetos diversos y quizá desvinculados,
heterogéneos.
De te fabula narratur: el vocablo «interpretación» es usa-
do en los más variados contextos para referirse a activi-
dades que poco o nada tienen en común.
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Riccardo Guastini
Bastan algunos ejemplos para demostrar cuán diferentes
y heterogéneas son las actividades que solemos denomi-
nar «interpretación»:
- Interpretar el clavecín bien templado (referido a un
clavicembalista);
- interpretar el clavecín bien templado (referido a un
oyente);
- interpretar Macbeth (referido a un actor);
- interpretar Macbeth (referido a un espectador);
- interpretar los síntomas de una enfermedad;
- interpretar los datos de un experimento;
- interpretar un gesto como un saludo (en lugar de
como una amenaza);
- interpretar un sueño;
- interpretar la primera guerra mundial como resulta-
do de las tendencias imperialistas del capitalismo;
- interpretar una muerte como asesinato predetermi-
nado (en lugar de como suicidio o accidente);
- interpretar los resultados de las última elecciones; e
Naturalmente, cualquier conjunto de objetos diversos
puede ser reconducido a unidad: no obstante, con la
condición de usar conceptos tan indeterminados que
resulten carentes de toda utilidad. Así, por ejemplo, al-
guno podría decir –y, de hecho, muchos dicen– que in-
terpretar siempre es atribuir «sentido» o «signicado».
Sin embargo, por desgracia, existen tantos conceptos de
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Cap. I. Conceptos
«sentido» y de «signicado» como conceptos de «inter-
pretación»1. De modo que, la idea de que las distintas ac-
tividades que llevan el nombre de «interpretación» con-
sistan en atribuir sentido o signicado a algo, en absoluto
es ilustrativo. Por el contrario, a la vez es síntoma y fuente
de confusión mental.
Toda teoría «general» de la interpretación que pretenda
reconducir bajo un único concepto las distintas cosas
que en el uso común son denominadas «interpretación»
está destinada al fracaso2.
2. Objetos de interpretación
Como hemos dicho, según el uso común, muchas cosas
heterogéneas pueden constituir objeto de interpretación,
y los signicados que el vocablo asume, según los casos,
1 Además, no siempre «interpretar» y «atribuir signicado» son
sinónimos.
2 Evidentemente, la alusión es a E. B, Teoria generale
dell’interpretazione, quien oportunamente escribe (vol. I, p.
96): «Es impropio hablar de “interpretación” en materia de
fenómenos naturales, que subyacen enteramente a leyes de la
naturaleza y, por tanto, se explican sin dejar residuos con la
categoría de la causalidad. Cuando, en esta materia, se dice
que un fenómeno es “interpretado” en uno u otro sentido –por
ej., el síntoma de una enfermedad por parte de un médico– se
alude en realidad a la simple diagnosis […]. En consecuencia,
no se trata de interpretación, sino de diagnosis causal según
una ley de la naturaleza». B (vol. I, p. 95) circunscribe la
interpretación al «fenómeno espiritual del entender, con el que
un espíritu pensante responde al mensaje de otro espíritu, que
le habla a través de formas representativas». Cfr. también L.
B G, L’interpretazione.
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