Colombia, un país que renace buscando su raíz. Arte, cultura e identidad popular - Parte Temática - Constitucionalismo y comunicación política - Libros y Revistas - VLEX 954804399

Colombia, un país que renace buscando su raíz. Arte, cultura e identidad popular

AutorJuan Camilo Villalobos Forero
Páginas295-320
295
CAPÍTULO IV
COLOMBIA, UN PAÍS
QUE RENACE BUSCANDO SU RAÍZ
ARTE, CULTURA E IDENTIDAD POPULAR
JUAN CAMILO VILLALOBOS FORERO
INTRODUCCIÓN
Colombia es un país que se sostiene desde abajo, pero su Estado e imaginario na-
cional ha sido elaborado desde arriba. De hecho, no es un secreto para nadie que la
violencia ha sido determinante en nuestro andar. Un crudo camino que ha pasado por
el exterminio de pueblos nativos, guerras civiles en el siglo XX y el penoso conflicto
armado que al día de hoy sigue vigente. La tierra en el norte de los Andes ha estado
acostumbrada a transitar el dolor, el exilio, el abandono y el acechamiento de una oli-
garquía mezquina y entreguista. Pareciera entonces, que aún hay un país por parir, una
identidad por desarrollar y un sueño conjunto por alcanzar, el de la paz.
Estas líneas, hacen un breve recorrido histórico a modo contextual, que busca dar
sustento al argumento de que nuestra cultura, al ser devorada por la guerra, debe vol-
ver y está volviendo a la raíz. Y es que para poder vernos al espejo y en vez de mirar la
sombra de la violencia, a cambio de la diversidad, los colores y la multiplicidad de
sonidos que nos acompañan en lo más profundo de nuestras fibras, es necesario sa-
narnos por medio de lo que realmente somos: un entramado identitario que se poten-
cia desde el campo, hasta los barrios populares de las urbes. Es por esto que, desde el
punto de vista del autor, la firma de los Acuerdos de paz de 20161 desata una serie de
sucesos que rompen el discurso histórico del enemigo interno y permiten que la socie-
dad ubique un elemento sustancial para su transformación estructural: la comunión
solidaria de partes significativas de la sociedad que se cristaliza en las calles por medio
del llamado Paro Nacional o estallido social.
1 Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera de 2016, Bogotá, Desde
Abajo, 2017.
ANUARIO XI: CONSTITUCIONALISMO Y COMUNICACIÓN POLÍTICA
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Los puntos de activismo, las carreteras, universidades y todos los espacios físicos y
digitales que se encontraron en una misma lucha, tuvieron un elemento común: la
convergencia de una sociedad rota, que sufre todos los días el flagelo de la hostilidad.
Sin embargo, como hormigas empezamos a darle la vuelta a ese paradigma. Se forjaba
una nueva cultura multicolor, en la que cada quien ponía lo que podía, como una ex-
tensa artesanía tejida por los Embera, el Paro Nacional empezó a sacar de la sociedad
colombiana eso que creíamos imposible: un sentido de comunidad. Artistas urbanos,
profesores, jóvenes sin empleo, madres y trabajadores del común, se unieron para
regar y labrar la posibilidad de un renacer cultural.
Es por eso, que en estas líneas busco recordarle a los lectores y las lectoras, que
cuando el poder solo lo determina una violencia represora de lo propio, es inevitable
que otra violencia se contraponga, tal como ha ocurrido entre el 2019 y el 2021 en
Colombia. Sin embargo, esta violencia no ha sido solo gasolina y pólvora por justicia.
Tampoco ha sido solo un elemento destructor; de lo contrario, quizás, nada tendría
sentido. En este caso, la violencia que acompañaba la resistencia, tenía una multiplici-
dad de factores que no desdibujaron jamás la lucha. Y es que las demandas no se cen-
tralizaron únicamente en el discurso de un sector rebelde de la sociedad, había tam-
bién una lucha étnica, cultural, artística y ambiental.
1. LA ENAJENACIÓN CULTURAL Y EL DISCURSO HEGEMÓNICO DE LA
VIOLENCIA EN COLOMBIA
Colombia, sin tomar distancia de los Estados que se han consolidado en el sur
americano, ha tenido un evidente desarrollo de la fuerza y el poder por medio de la
subordinación violenta de las mayorías. Sus instituciones han solidificado las bases de
una sociedad ajena a un proyecto de nación e identidad popular propio, desencade-
nando así, periodos extenuados de conflictos sociales, políticos, ambientales, econó-
micos, étnicos, culturales y de género. Indudablemente, la revolución constitucional de
1810-1825 ha sido un determinante para la configuración del discurso de nación. Sin
estar presente en el proceso independentista, la lengua muisca se extinguió en el siglo
XIX, debido al hispano-nacionalismo del republicanismo burgués y liberal con su
educación popular en castellano2. Además, el legado histórico de la corona se en-
marca, también, en el valor social que determinaba la Iglesia católica en relación a
costumbres, símbolos y formas de interpretar la realidad. Una prueba de esto es la
2 Sobre la supervivencia de e sta lengua muisca hasta la época de la revolución constitucional de 1810-1825:
BERND MARQUARDT, Historia del derecho de Hispanoamérica en perspectiva transnacional y socio-cultural, 2 t., Bo-
gotá, Ibáñez, 2019 & 2020, t. 1, pág. 245 y t 2, pág. 426. Otra opinión: DIANA A. GIRALDO G., “Lengua e
identidad, El caso de la lengua muisca en Colombia”, en r evista digital Lenguas en contacto y bilingüismo, núm.
4, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 2013, págs. 1-17.

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