El control judicial al poder público y a la administración
| Autor | Carlos Andrés Zambrano Sanjuán |
| Páginas | 61-95 |
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EL CONTROL JUDICIAL AL PODER
PÚBLICO Y A LA ADMINISTR ACIÓN
INTRODUC CIÓN
La cuestión principal que se ha planteado en este trabajo radica
en el control al ejercicio del poder público, control a cargo de la
función judicial dentro de lo que es la estructura de un Estado Social
y Democrático de Derecho. Para poder abordar dicha cuestión, se
hace necesario analizar los elementos básicos que la componen y
que subyacen a ella, como subconstructos conceptuales:
Por un lado, respecto del poder público y su ejercicio, se torna
imperativo revisar la cláusula y principio de “Estado de Derecho”
en dos de sus principales dimensiones: como reformulación de
la vieja noción de “soberanía” del Estado, en cuanto concepto
absoluto e ilimitado; y como sometimiento del ejercicio de dicho
poder al derecho, en lo que constituye una manifestación del
principio de legalidad.
De otro lado, frente al control al ejercicio del poder público, y
consonante con esa cláusula y principio de “Estado de Derecho”, hay
que dar una mirada desde dos perspect ivas diferentes1 a la manera
en que, bajo dicha fórmula, opera el control y límite al poder: de
una parte, el principio de separación de poderes, que tomó forma
y fuerza en las tesis de y que fue reivindicado en la
revolución francesa; y de otra, el sistema de “frenos y contrapesos”
1 Aun cuando no excluyentes sino, como se verá, complementarias la una
con la otra y que, así armonizadas en la práctica, permiten potenciar las
de Dere cho”.
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norteamericano, incorporado en el movimiento independentista y
en la posterior expedición de la Constitución de los Estados Unidos
varios trabajos de El Federali sta ( y s .f.) .
Luego de lo anterior, se examinará el estado de cosas respecto del
la doctrina especializada, la interdicción a la arbitrariedad de la
administración, control que se ejerce por parte de una de las rama s
o funciones del poder público -la judicial- sobre otra -la ejecutiva-.
Sin embargo, se estima pertinente, antes de dar inicio formal a la
temática propuesta, hacer una aproximación de lo que es un aspecto
crucial para el propósito de este trabajo, cual es, un breve análisis
del poder público (político-jurídico) respecto de sus estructuras o
relaciones entre las personas y las instituciones y su necesidad de
control. Se procederá, en consecuencia, a desarrollar tal cuestión de
manera concisa para, a partir de allí, adelantar el análisis atinente
al fundamento y forma de contención en el ejercicio de tal poder.
EL PODER PÚBLICO: ¿UNA BESTIA M AGNÍFICA?2
Como se acaba de mencionar, se ha considerado pertinente y
útil a los propósitos de este trabajo llevar a cabo un breve análisis
naturaleza y, sobre todo, la necesidad de control y contención.
Una labor que, aunque breve, resulta valiosa al lector a la hora de
ir construyendo el hilo argumentativo que nos lleve a formular
alternativas de solución a la situación que este ensayo aborda y a
los niveles de análisis que para ello se requiere.
Así, pues, el poder se ha entendido, en términos generales,
desde una perspectiva negativa, como dispositivo encaminado a
someter a las personas por medio de atribuciones o prerrogativas
a favor de quien lo detenta y lo utiliza. Si se hace un recuento
2 Paráfrasis que se hac e de la compilación de textos y algunas conferencias
y entrevistas de Michel que se editó y publicó por Siglo XXI
bajo el título (2012).
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por las principales corrientes del pensamiento de la época
contemporánea, es posible establecer, con bastante precisión,
cuatro premisas esenciales acerca del poder: primero, que siempre
implica y establece la posibilidad de imponerse por la fuerza,
de ser coercitivo, de tejer y replicar relaciones de dominación;
segundo, que en virtud de ese tipo de relaciones que estructura
y la dinámica que las caracteriza, el ejercicio del poder puede
entenderse como una curva que siempre tiende hacia el abuso, hacia
el exceso, hacia la arbitrariedad; tercero, que precisamente por esa
«vocación totalitaria» ( 2012, p. 51), el poder requiere
de ser limitado, controlado, “vigilado”, y siempre estar visibilizado
y cuarto, que la forma más adecuada -y natural, acorde con el
fundamento de los Estados democráticos de derecho- de llevar
a cabo esa labor de escrutinio, vigilancia, control y limitación,
radica en el discurso, en la deliberación libre, pública y abierta,
en el ejercicio de los actos comunicacionales, como manifestación
que son del contrapoder de la argumentación.
Como claramente se puede advertir, estas cuatro premisas se
yuxtaponen cada una con la siguiente, formando una línea de
análisis lógico y progresivo. Veamos entonces, de manera muy
concisa, en qué consisten3:
En primer lugar, el poder público se caracteriza por su naturaleza
coercitiva, por estructurar relaciones de dominación sobre la
sociedad. Desde se evidenció que el poder público –y
el derecho, como producto de este– constituye un instrumento
opresión sobre el resto de la colectividad, dominación que no sólo
se circunscribe al ámbito económico, sino que se extiende a todos
los productos de esa sociedad como, por ejemplo, la política, las
ideologías, la cultura, la familia, la educación, etc. (, 2014,
3 Para una profund ización acerca del estudio del fenómeno del poder público
y sus estruct uras sociales, así como la necesidad de control a través de
procesos deliberativos como ejercicio de contrapoder, todo ello a través
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