La crisis del régimen bipartidista - Estado y política en Colombia - Estudios sobre el Estado y la política en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 777560933

La crisis del régimen bipartidista

AutorAngelika Rettberg - Laura Wills-Otero - Luis Javier Orjuela Escobar
Páginas121-148
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Capítulo cuarto
La crisis del régimen bipartidista
Presencia histórica del bipartidismo
L   políticos tradicionales, el liberal y el conservador, han da-
do la pauta de denición del régimen político colombiano. Con su existencia de
por lo menos  años, el bipartidismo ha servido de base para que el régimen
de democracia representativa haya operado con muy pocas interrupciones,
primero apoyado en elecciones indirectas y luego en la participación electoral
directa, ampliada progresivamente en sus posibilidades. Sin embargo, esta lar-
ga vida formal del régimen político ha estado cruzada por numerosos cambios
producto del transcurrir histórico. Sin desconocer la importancia fundamental
de algunas de estas alteraciones, quizás el principal cambio que ha sufrido el
régimen se relaciona con los efectos que la consolidación del capitalismo, como
forma de producción predominante, ha tenido sobre el bipartidismo. Paralela-
mente, en términos políticos, esta consolidación coincidió con la implantación
de uno de los cambios formales más importantes que ha tenido el régimen: el
Frente Nacional. Es bien claro que el capitalismo se impuso en la sociedad co-
lombiana básicamente en la década de los años cuarenta, pero los fenómenos,
en parte superpuestos, de la Violencia y del gobierno militar interrumpieron la
continuidad de la democracia representativa; por ello, el Frente Nacional mar-
có no solo la iniciación formal de una variedad del régimen, sino también el
comienzo unicado de las consecuencias de esta variación y de la organización
social capitalista sobre el bipartidismo.
Con la conguración formal del régimen político bipartidista, los dos parti-
dos tradicionales se constituyeron también en el pilar del proceso de formación
de un Estado-nación en Colombia, por lo menos hasta mediar el presente siglo.
Este proceso, sobre todo en lo que respecta a la nacionalidad, se desarrolló a
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partir de patrones ideológicos, más que todo sobre la base de la confrontación
permanente entre las dos colectividades políticas, confrontación que tuvo sus
momentos más ricos de conrmación ideológica en las guerras civiles del si-
glo . Aparte de la elaboración y evolución ideológico-doctrinaria en cada
partido, cuestión que pudo generar sustentos de reproducción dentro los
cuadros dirigentes, la ideología generalizada que realmente fundamentó el
bipartidismo fue el sentimiento ciego de pertenencia a una u otra de las dos
agrupaciones. Así, cuanto más sectaria se manifestaba esta ideología, mayor
capacidad de reproducción proporcionaba; y cuanto más abierta fuera la con-
frontación entre las dos fuerzas unicadas nominalmente por separado, más se
generalizaba y se compenetraba la ideología de pertenencia.
Las guerras civiles del siglo  inyectaron en el alma de todos los colombia-
nos el orgullo de sentirse liberales o conservadores. La organización política de
ese entonces pudo reproducirse largamente disimulando su debilidad y, sobre
todo, su tremendo descoyuntamiento regional, gracias a la grandeza funcional
del bipartidismo como integrador ideológico de la nacionalidad colombiana.
A partir de allí, todo fenómeno social de alguna importancia, aunque no fuese
visiblemente político, fue mediatizado y canalizado por los partidos.
Por lo general, las lealtades personales no tuvieron su origen en identidades
de clase social, sino que se manifestaron incondicionalmente, y con no mucho
interés material visible, como deberes de copartidario. El compadrazgo y las
relaciones de lo que hoy se llama clientelismo operaban dentro de estos paráme-
tros sociales. El tipo de relaciones de dominación apoyadas en formas de pro-
ducción diversas de servidumbre, proporcionaban una fácil compenetración
con las relaciones de clientela dentro de los partidos.
Es obvio que esta situación fue tremendamente fructífera para el ejercicio
de la dominación de clase. El disfraz ideológico bipartidista, donde se oculta-
ron las diferencias de clase, facilitó durante el siglo  la reproducción de los
terratenientes y, ya en el siglo , la de los comerciantes y nalmente la de
los industriales, como las clases dominantes que fueron disputándose el lugar
hegemónico en el concierto político de la nación. Sin embargo, este mismo
disfraz afectó también a los grupos dirigentes: a la vez que les facilitaba su pa-
pel como tales, les impedía su unicación política; ellos también fueron varias
veces víctimas de la creencia de que el enemigo estaba ubicado en el partido
opuesto. Esta contradicción, entre la funcionalidad del bipartidismo para la
dominación de clase y el obstáculo unicador de tal dominación, se manifestó
claramente en momentos conictivos como las guerras civiles posteriores a la
de , incluida la Violencia de mitad del siglo . Sin embargo, el contra-
dictorio proceso se reforzaba aún más, en la medida en que iba rearmando la
integración ideológica de la nacionalidad colombiana.
No obstante lo anterior, desde la misma constitución de los partidos, a
mediados del siglo , se fue desarrollando un juego defensivo de intentos

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