Los militares en el desarrollo del Estado, 1970-1983 - Estado y política en Colombia - Estudios sobre el Estado y la política en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 777560941

Los militares en el desarrollo del Estado, 1970-1983

AutorAngelika Rettberg - Laura Wills-Otero - Luis Javier Orjuela Escobar
Páginas193-252
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Capítulo sexto
Los militares en el desarrollo
del Estado, 1970-1983
El Estado capitalista y la institución militar
E   se considera el Estado capitalista, en un sentido amplio,
como el conjunto de relaciones de dominación existentes históricamente en
una formación social, y el Estado institucional (o el sistema de instituciones
estatales) como la objetivación de tales relaciones que formaliza la separación
entre lo público y lo privado, condición inherente a las sociedades capitalistas.
Como lo anota Weber al denir el Estado capitalista, el monopolio le-
gítimo de la coacción física es una de sus características fundamentales. Por
ello, es condición para el desarrollo de las formaciones capitalistas la profesio-
nalización de los militares como institución pública, en la medida en que el
Estado toma para sí la función legítima y legalmente exclusiva de la coacción,
como una de las expresiones de la separación entre lo público y lo privado.
Los militares, como institución del Estado, entran a formar parte del proceso
de reproducción del capital, en su papel de soporte del monopolio legítimo de
la fuerza por parte del Estado, fuerza que no se circunscribe solamente a la
 Al respecto de esta denición puede verse en mi ensayo “Intereses de clase e instituciones del
Estado”, en el capítulo I de este libro.
 Max Weber, Economía y sociedad, México, Fondo de Cultura Económica, , tomo ,
pp. -.
 Samuel P. Huntington señala muy bien el surgimiento del proceso de profesionalización
militar en la sociedad occidental, a raíz de los cambios operados por la aparición de los Estados
nacionales que, aunque él no lo menciona, son el fundamento político del capitalismo. Véase e
Soldier and the State, New York, Vintage Books, , capítulo .

represión sino también, a través de esta como posibilidad y realidad, a la ideo-
logía y, en general, a las formas de articulación política propias de la aceptación
de la dominación como fenómeno “natural”. En consecuencia, un componente
básico de las relaciones de dominación en la sociedad capitalista son los milita-
res, adscritos a los aparatos del Estado a través de su profesionalización.
Pero los aparatos estatales operan subordinadamente con respecto a la dis-
tribución de fuerzas sociales presentes en las relaciones de dominación, o sea
que dependen de las vinculaciones políticas entre las clases sociales. De esta
manera, el Estado institucional en su conjunto, y dentro de él los militares,
está representando permanentemente, a través de sus funciones, las múltiples
relaciones de las fuerzas políticas de la sociedad. Para que ello se cumpla, en el
contexto social se dan siempre variadas formas de organización y representa-
ción políticas de tales fuerzas, como son, por ejemplo, los partidos políticos, y
las mismas instituciones del Estado cuando están diseñadas formalmente para
cumplir funciones de representación, como es el caso de los parlamentos. Las
organizaciones abierta y veladamente políticas sirven para canalizar las presio-
nes provocadas por los intereses de clase, con una intensidad que depende del
mismo tipo de organización y del peso global que la clase o clases sociales que
representan tengan en un momento dado dentro de la sociedad.
Internamente, el sistema institucional del Estado capta orgánicamente, pero
en forma heterogénea, las necesidades de clase expresadas en forma de presión
política. Las diferencias estructurales de control de poder y organización que
ostentan las distintas instituciones estatales, la variedad funcional entre ellas y
la posición de clase que tengan sus cuadros directivos, provoca una gran hete-
rogeneidad en su papel de canalizadoras e institucionalizadoras de los intere-
ses y conictos de clase. Así, las fuerzas armadas, como institución, canalizan
también, en el mejor de los casos subordinadamente dentro del Ejecutivo, las
presiones políticas que, mediatizadas de distinta manera, se generan en la so-
ciedad. Por esta razón, las así llamadas relaciones civiles-militares, formuladas
o no como contradicción, carecen de un consistente asidero teórico dentro del
análisis político del problema militar. El meollo del asunto se relaciona con la
especicidad de la institución militar para cumplir su papel de canalizadora de
intereses. Esta especicidad, con todas las características que encierra, tiende a
hacer ver el problema como una polarización entre lo particularmente militar
y una abstracta generalización, por contraposición, de lo civil. La entidad mili-
tar tiene características que hacen ver su necesaria relación política de manera
exclusiva. Estas características se condensan en su esencia militar, que es la
expresión más elaborada del monopolio público de la fuerza, en el sentido de
 Este problema se desarrolla en la tercera parte del ensayo ya citado, “Intereses de clase….

L      E, -
que existen muchos otros organismos represivos dentro del Estado institucio-
nal, todos ellos de carácter civil y generalmente armados. La esencia militar se
dene por la capacidad de defensa de la soberanía del Estado-nación, tradicio-
nalmente hacia el exterior, lo que le da su condición de preeminencia dentro
de los aparatos represivos del Estado. Esta capacidad de defensa de la sobera-
nía se materializa operativamente por medio de la profesionalización para el
combate colectivo.
De esta manera, la característica de uso legítimo de la fuerza, que es la que
particulariza la institución militar, se adscribe como un componente especial
en el papel de representación política institucional. En consecuencia, la insti-
tución militar profesional siempre tiene en su seno un ingrediente de politi-
zación; solo que este ingrediente tendió a encubrirse a medida que se fueron
consolidando los procesos de profesionalización militar. En contraste con la
toma de partido de los ejércitos en las etapas de formación de los Estados na-
cionales, una vez que estos se fueron congurando denitivamente, es decir,
una vez que se aanzó el capitalismo en las diferentes formaciones sociales, los
militares como institución profesional pasaron a ser parte visible de la formali-
dad de la separación entre el Estado (lo público) y la economía (lo privado). En
otras palabras, la institución militar se colocó, a través de su imagen ideológica,
por encima de la sociedad, como árbitro que raticaba la aparente neutralidad
del Estado en la sociedad. En esta situación, sus actos de fuerza presentan un
carácter formal de apoliticidad, ya que forman parte del mandato del Estado,
máxime cuando tradicionalmente se han proyectado hacia el extranjero en re-
presentación del conjunto de intereses de la sociedad.
Sin embargo, las necesarias respuestas políticas de la institución militar a
los intereses existentes en las formas de representación política en las socie-
dades capitalistas no siempre han estado subordinadas a los centros formales
de poder institucionalizado del Estado, aunque esto haya sido una tendencia.
Como casi cualquier otra institución estatal, los militares tienden también a
captar separadamente las presiones políticas de las clases, mediatizadas por
sus formas especícas de organización y representación. Esta captación por se-
parado no signica la existencia de una autonomía institucional, y menos de
una desmembración del conjunto estatal. Implica, más bien, por una parte, la
manifestación concreta de la función global de los aparatos del Estado en su
objetivación e institucionalización del conjunto de relaciones de dominación
de la sociedad, manifestación particularizada según la función especíca que
cumple cada institución dentro del todo estatal; por otra parte, con mucho me-
nor incidencia, implica también la articulación política de los intereses de clase
que tienen mayor peso decisorio según la composición de clase de la burocra-
cia de cada institución estatal y su posibilidad de expresión ideológica dentro
de su organización. En el caso de los militares, por sus mismas características de
organización, la captación separada de las presiones políticas se lleva a cabo

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