Sin ficción no hay realidad (II) - 23 de Febrero de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 703946225

Sin ficción no hay realidad (II)

Confiar es un privilegio. Sin un mínimo de confianza en otras personas, en médicos y abogados, en psicólogos y mecánicos, en tenderos y profesores, en policías y jueces, la vida sería imposible. Dado que no sabemos de todos los oficios y profesiones, que nuestras horas no alcanzan para conocer cada detalle de lo que sucede y que la convivencia social requiere de normas e instituciones establecidas para funcionar con un mínimo de armonía, solo la ficción de creer en los demás hace posible la realidad; al menos una realidad tolerable. El respeto al semáforo en rojo, la firma en un cheque por cobrar, la receta del doctor para comprar una medicina, son parte de esa ficción sin la cual no sería posible el día a día. La fuerza legítima del Estado es una ficción que existe para cuando los individuos incumplen la ley. Sin la posibilidad de usar la fuerza o la capacidad sancionatoria, sería imposible garantizar el orden mínimo. La gran mayoría de personas cumplen la ley porque la aceptan como razonable, por costumbre, por razones éticas o, en última instancia, por miedo a la sanción. Cada una o varias de estas razones se hacen presentes, por ejemplo, cuando respetamos esa luz roja y nos detenemos en el carro. Sin embargo, si percibimos que otros incumplen y cuando lo hacen logran evadir la sanción, empezamos a sospechar de la norma, de los demás individuos y de quien le corresponde sancionar. Y así, se inicia una espiral perversa que conlleva al caos. Desconfiamos de la policía por tantos casos de corrupción que conocemos o se escuchan en los medios. Otros desconfían porque tienen actitud de desprecio hacia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR