Hacer el mundo - Hacer la ciudad - Invitación a la filosofía. Un modo de pensar el mundo y la vida - Libros y Revistas - VLEX 857125095

Hacer el mundo

AutorCarlos Thiebaut
Cargo del AutorDoctor en Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid (España) y diplomado en Sociología Política del Instituto de Estudios Políticos de Madrid
Páginas209-227
209
Capítulo 9
HACER EL MUNDO
MÁS ALLÁ DE LOS MUROS DE LA CIUDAD
En los dos capítulos anteriores nos hemos fi jado en lo que hemos
llamado la ciudad, en cómo es, en lo que limita y en lo que po-
sibilita, por una parte, y en cómo aparece en tanto espacio de lo
que en nuestros juicios se muestra como lo que debería ser, como
espacio de la justicia. Vimos al fi nal del capítulo anterior que lo
que consideramos justo amplía el campo de trabajo de la felici-
dad, porque integra en sus intereses todo aquello que el sentido
de la justicia considera relevante. También dijimos, entonces,
que esa ampliación somete el camino de nuestra felicidad a ma-
yores contingencias, a ulteriores difi cultades: no sólo vemos los
intereses de nuestra vida desde cada uno de nosotros —aunque
esa perspectiva sea irreemplazable, y si la perdiéramos nos per-
deríamos—, sino también en la perspectiva del nosotros, de una
república que a todos interesa porque a todos nos constituye y
eso, porque ensancha el campo en el que debe realizarse nuestro
autogobierno, nos deja más desarbolados y en un fi lo de nosotros
mismos que, con frecuencia, nos resistimos a aceptar: si, por una
parte, dependemos de esa república, por otra, ella misma, si es
una república de justicia, parece depender de cada uno de no-
sotros. Puede ya nacer alguna urgencia por entender qué quiere
Invitación a la filosofía_nov 10.indd 209Invitación a la filosofía_nov 10.indd 209 13/11/08 17:27:5013/11/08 17:27:50
210
decir todo ello: son ideas que podemos entender pero que, a su
vez, demandan mayor claridad, mayor concreción. Para enten-
derlas necesitamos saber qué se sigue de ellas, en qué nos afectan
y cómo, qué nos demandan y cómo. Demos otro paso más para
pensarlas, para intentar aclarar su signifi cado. Fijémonos ahora en
la idea de que la república es un espacio, y tomémosla en su sen-
tido literal: las ciudades son entidades que existen en un espacio
geográfi co, pertenecen a entidades más amplias que las engloban,
las naciones y los Estados, y éstas, a su vez, están en relaciones
con otros y parecería que el espacio público al que pertenecemos
y que construimos se amplía hasta abarcar todo el globo. Ir des-
cubriendo que pertenecemos a cosas que son cada vez más gran-
des —la humanidad, el globo, el mundo— no tendría por qué
inquietarnos si no fuera, no obstante, por dos consideraciones
importantes. En primer lugar, los confl ictos y las diferencias que
sabemos forman parte de la dinámica del nosotros se amplían y
se modifi can cuando pensamos espacialmente en la humanidad
toda, en el amplio espacio del mundo: éste es el espacio en el que
las diferencias tienden a aparecer como guerras, como confl ictos
que, de manera creciente, destruyen masivamente vidas, confl ic-
tos que desbordan muchas veces nuestra comprensión porque
pensamos que los intereses que los promueven —intereses de na-
ciones, de corporaciones, de imperios— no tendrían que ser así o
no tendrían por qué haber sido así. Así como quisiéramos que el
espacio más cercano de nuestras ciudades y de nuestras repúbli-
cas nacionales fuera de tal manera que los confl ictos de intereses
y las diferencias de opinión se resolvieran sin daño, quisiéramos
también que el amplio espacio del mundo estuviera de tal manera
organizado que fuera un terreno vedado al daño. Pero sabemos
que eso es más un deseo que una realidad posible: el realismo de
cómo es el mundo se hace más agudo y más hiriente cuando lo
contemplamos como mundo, como globo, como humanidad. El
ideal de pertenecer a la humanidad, a un nosotros moral, nos de-
vuelve de un tortazo a la realidad de un nosotros sometido a los
poderes y los confl ictos. A veces confi amos en que las cosas no
tienen por qué ir peor (¿pueden ser peores para muchas gentes
Invitación a la filosofía_nov 10.indd 210Invitación a la filosofía_nov 10.indd 210 13/11/08 17:27:5013/11/08 17:27:50

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR