La imagen personal
| Autor | OCU Ediciones, S.A. |
| Páginas | 80-107 |
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Protocolo y etiqueta
La imagen es el primer mensaje que recibimos cuando conocemos a una perso-
na y, en ese primer contacto, ya nos ha transmitido una infinidad de datos e ideas.
Nos guste o no, según los psicólogos, la belleza exterior y el atractivo físico son
lo primero que atrae al ser humano. Por eso, la primera impresión es decisiva, ya
que genera una imagen en la otra persona que no siempre es fácil de modificar.
También el saber estar es decisivo para mejorar nuestra imagen; nos ayuda a
mejorar las relaciones personales, pero siempre permitiendo que nos compor-
temos de una forma natural.
La imagen personal va mucho más allá de la vestimenta. También el saber estar
contribuye a conseguir una mejor imagen: los gestos, movimientos, manera de
caminar, tono de voz, forma de mirar, etc. De alguna manera, la imagen personal
se puede equiparar al concepto de estilo de vida.
EL LENGUAJE DEL CUERPO
Ya Cicerón en su “Tratado de los deberes” decía: “Al estar quietos, al andar, al
sentarse en la mesa, el gesto, la mirada, el rostro deben conservarse siempre
con decoro y dignidad”.
El lenguaje corporal es un conjunto de hábitos que se adquieren y desarrollan de
forma progresiva casi desde el nacimiento y se manifiestan en reacciones refle-
jas al caminar, sentarnos, gesticular, en el tono de voz que utilizamos, etc. Por
eso vemos, por ejemplo, personas con un encanto personal y una capacidad de
seducción mucho mayor que otras consideradas físicamente más atractivas.
Esto ocurre gracias a su lenguaje corporal.
Como norma general, para proyectar una buena imagen corporal deben evitarse
en lo posible los tics y las posturas o maneras excesivamente rígidas o tensas,
pero sin caer en una relajación extrema. La regla de oro consiste en sentirse a
gusto con uno mismo, sin olvidar nunca que el lenguaje corporal no es el mismo
en todo el mundo.
La expresión facial
La cara y la cabeza dan mucha información al interlocutor. Veamos algunos
ejemplos de gestos habituales y cómo suelen interpretarse:
•Dedos sobre los labios: inseguridad.
•Rascarse el cuello: duda o incertidumbre.
•Aflojarse el cuello de la camisa: incomodidad.
•Palmada en la frente: olvido.
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•Ligero ladeo de cabeza: interés.
•Pulgar bajo la barbilla o índice en el pómulo: actitud analítica.
•Frotarse la barbilla: sopesar opciones.
La expresión facial refleja nuestro estado de ánimo.
En general se aconseja mostrar un rostro apacible y tranquilo, pero no apagado
ni frío, y procurar demostrar interés.
En la expresión facial existen ciertos aspectos especialmente importantes, como,
por ejemplo, la risa. Generalmente, las personas que sonríen son consideradas
más atractivas y con mayor credibilidad. Además, esa primera sonrisa suele ser
correspondida, lo que convierte el saludo en una situación más agradable.
Desde la sonrisilla tímida hasta la carcajada sonora, hay muchos tipos de risa y
de sonrisa. Lo ideal es emplear la más adecuada en cada momento y hacerlo
con prudencia. Se dice también que la verdadera sonrisa se transmite más con
los ojos que con la boca.
También una mirada puede reflejar involuntariamente muchos matices. Por eso
se dice a menudo que los ojos son, después de la palabra, el medio de comunica-
ción más potente. Veamos algunos ejemplos de gestos habituales con la mirada
y cómo suelen interpretarse:
•Bajar la vista: timidez, modestia o humildad.
•Abrir mucho los ojos: admiración, incredulidad o temor.
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