De la percepción a la objetividad: cómo la búsqueda de la credibilidad de los think tanks puede conducir a una evaluación más rigurosa de la calidad de la investigación
| Autor | Enrique Mendizabal |
| Páginas | 198-221 |
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CAPÍTULO
11
De la percepción a la objetividad:
cómo la búsqueda de la credibilidad de
los think tanks puede conducir a una
evaluación más rigurosa de la calidad
de la investigación
Enrique Mendizabal
Introducción
La investigación académica está cambiando en todo el mundo. Hay
pruebas de que el número de comunidades de investigación en las que
la presión para conseguir, especialmente, demostrar el impacto no
académico está aumentando rápidamente (Villanueva y Mendizabal,
2016). En algunos casos, esta presión está regulad a y forma parte de las
políticas naciona les de ciencia y educación. En otros casos, en los que la
financiación nacional de la investigación es insuficiente, esta presión
se ve reforzada por los cambios en el sector del desar rollo internacio-
nal, que han prestado mayor atención a las medidas de rentabilidad
eimpacto.
Esta presión para demostrar el impacto, sin embargo, no ha ido
acompañada de cambios en el sector académ ico o, más concretamente,
en la forma como las universid ades producen y comunican la s pruebas.
En general, los investigadores de las un iversidades siguen siendo juzga-
dos, para bien o para mal, por la publicación en las mejores revistas
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DE LA PERCEPC IÓN A LA OBJETI VIDAD
académicas, que tienen relativamente poco efecto en el impacto no
académico. Esto plantea una serie de dilemas a los que se enfrentan
las universidades de todo el mundo; especialmente, en relación con su
papel en la sociedad.
En este capítulo se señala que los g rupos de reflexión, que suelen ser
juzgados sobre la base de una evaluación subjetiva de su credibilidad,
en lugar de una evaluación objetiva de la calidad de su investigación,
ofrecen una rica cartera de alternativas para las universidades que
quieren maxim izar el impacto no académico de su investigación. Ya sea
adoptando algunas de sus prácticas o trabajando en colaboración con
ellas, las universidades pueden tener su pastel, y comerlo también; en
otras palabras, pueden in fluir en los profanos e inspirar a los exp ertos.
La excelencia de la i nvestigación no debe verse comprometida.
Lo anterior se debe, en parte, a que, como sostengo, los think tanks
están empezando a establecer con éxito relaciones más estrechas,
profundas y duraderas con múltiples (y a menudo, nuevas) audiencias
en una búsqueda de credibilidad. En estas nuevas relaciones se puede
prestar más atención a los indicadores de calidad más objetivos; sin
embargo, para ello primero es necesario entender la excelencia de la
investigación desde la perspectiva de los think tanks, y luego exami-
nar cómo se pueden utilizar las diferentes formas de comunicación
deimpacto.
No pretendo defender que las universidades deban parecerse más
a los grupos de reflexión. Tampoco es mi intención abogar por una
concepción estrecha de la investigación que tenga como objetivo
aportar soluciones a las cuestiones planteadas por otros —responsa-
bles políticos, empresas, etc.—. Tampoco estoy sugiriendo que todas
las universidades sean iguales: estoy reconociendo la riqueza de los
patrimonios regionales y n acionales que dan cuenta de la diversidad de l
sector en todo el mundo. Esto es diversidad, si también se enc uentra en
los grupos de reflexión; sin embargo, en casi todos los contextos, los
think tanks y las universidades s e superponen y se definen mutuamente.
La interacción entre los think tanks y las universidades permite
que estas aprendan de los think tanks y adopten ciertas prácticas que
pueden ayudarlas a abordar, entre otras cosas, el reto de evaluar la
calidad de la i nvestigación.
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