Prólogo
| Autor | Ignacio F. Benítez Ortúzar |
| Cargo del Autor | Doctor en Derecho - Catedrático de Derecho penal - Universidad de Jaén, España |
| Páginas | 13-15 |
PRÓLOGO
I F. B O
Doctor en Derecho
Catedrático de Derecho penal
Universidad de Jaén, España
La violencia como producto de las relaciones sociales ha demandado la creación de
mecanismos para la resolución de los con ictos. Varios de estos, han estado atados a
las tradiciones culturales de los colectivos. Por ejemplo, en la Antigüedad la venganza
fue el principal método de sanción bajo la premisa de la equivalencia del castigo al
daño generado. Por su parte, en la Edad Media se posicionaron las creencias religiosas
en los escenarios políticos y sociales dando la pauta para la sanción. Así, el castigo fue
visto como resultado de la voluntad de Dios, siendo su mandato incuestionable y el
cuerpo un escenario del suplicio. Con la llegada del Iluminismo, la sanción corporal
fue rechazada y la dignidad se convirtió en el pilar para rechazar la tortura. En este
momento, surgen los principios del derecho penal moderno: proporcionalidad, lega-
lidad, favorabilidad, entre otros.
Con el surgimiento de la burguesía la capacidad de trabajo y la libertad se convirtie-
ron en características preciadas. Cuando se priva de la libertad al sujeto tanto la mente
como el cuerpo son sometidos. Se entendió que no bastaba con usar la capacidad de
trabajo del reo, sino que también debía ser disciplinado para obedecer al sistema. Y,
aunque con el paso de los años, se prohibieron los trabajos forzados, la prisión sigue
siendo la pena privilegiada.
Sin embargo, la cárcel ha fracasado como mecanismo de erradicación del delito. A
pesar de esto, la respuesta ha sido endurecerla y limitar la garantía de los derechos de
los condenados, más no defender métodos alternos. No obstante, el endurecimiento
de la cárcel y la exibilización de las garantías procesales entran en contradicción con
las ideas iluministas, momento en que la dignidad emergió como pilar de igualdad.
La cadena perpetua es una sanción ambivalente. Para unos, es una forma de
humanizar las penas cuando se propone como alternativa a la pena de muerte y, para
otros, es un mecanismo para endurecerlas ante los pocos resultados de la cárcel. Esto
último tiene eco en las masas que demandan garantías de seguridad, peticiones que
son usadas para legitimar la imposición de medidas regresivas.
España en el 2015 cayó en la trampa de la seguridad de la cadena perpetua y
reglamentó la prisión permanente revisable. En algunos paises europeos la prisión a
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