Reflexiones en torno a la reforma universitaria
| Autor | Guillermo Hoyos Vásquez |
| Cargo del Autor | Estudió Humanidades, Matemáticas y Filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana y obtuvo la licenciatura en Filosofía y Letras en 1960 |
| Páginas | 155-190 |
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REFLEXIONES EN TORNO
A LA REFORMA UNIVERSITARIA
Guillermo Hoyos: Espero que podamos entendernos. Traigo
unas ayudas de Power Point, fundamentalmente para orientar-
me con algunos textos, con citas textuales, para no tenerlas que
leer, y así poder hablar libremente. Yo, normalmente —los que
me han visto en esta universidad lo saben—, hablo desde una
cátedra, desde un púlpito, si se quiere. Pero, no estoy en condi-
ciones de estar una hora entera de pie, de manera que me van
a perdonar que yo esté sentado, y que desde aquí tratemos de
entendernos.
No tengo ninguna preocupación de que la charla, la conver-
sación, el debate que vamos a tener, sea en medio de un movi-
miento estudiantil —me imagino que en Pereira y, por supuesto,
en todo el país—, y yo creo que esto no es un fenómeno aislado.
En este momento, Hernando Gómez Buendía, en su periódico
digital Razón Pública, ya relacionó lo que ocurría en Chile, y lo
que podía ocurrir aquí con el movimiento de los «indignados»,
y Hernando Gómez daba el enlace hacia Mayo del 68. Yo tuve
la fortuna de haber estado, no necesariamente en París, que es
el lugar de la revuelta, el lugar del fervor, pero sí estaba en Ale-
mania en Mayo del 68. Inclusive, como estudiante de doctorado
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en Filosofía, naturalmente con un poco más de años que los de la
revuelta parisina, hicimos nuestro paro, a nuestro modo, durante
todo un semestre. Y, hace dos años, cuando empezó la agitación
universitaria en Europa —fundamentalmente en Alemania— co-
mo protesta contra la Carta de Bolonia, la reforma de Bolonia
del año 2000; reforma a la que se refería en algún momento un
estudiante en Madrid, que puso en la puerta de la Decanatura
de Filosofía de la Universidad Carlos III: «en Bolonia nació la
Universidad hace mil años, en Bolonia está muriendo la Univer-
sidad desde hace diez años».
El gran problema comienza cuando se hacen reformas uni-
versitarias sin tener en cuenta a la comunidad universitaria; la
reforma de Bolonia es una reforma que pactaron, en cierta ma-
nera, los ministros de educación, de pronto también algunos de
los rectores. Pero, cuando uno pregunta qué fue lo que paso, los
profesores responden: «a nosotros no nos tuvieron en cuenta»,
y si no tuvieron en cuenta a los profesores, pues mucho menos,
pensarán ustedes, tuvieron en cuenta a los estudiantes. Esa fue la
reforma de la Universidad europea, que quién sabe si necesitaría
una reforma tan radical, como es la que caracterizaban muchos
de ellos como la americanización de la Universidad europea.
Pues bien, hace dos años, ya la prensa europea pedía a los
movimientos estudiantiles, tanto en España como en Alemania:
«por favor, que no nos ocurra lo de Mayo del 68», en el senti-
do de que se provocó a la revuelta estudiantil, la radicalización,
porque de entrada no hubo oídos para lo que expresaba esa de-
nuncia estudiantil, esa lucha o esa crítica al sistema, si se quiere.
Yo pensaría, en este momento, de América Latina… sabemos
lo de Chile y yo estoy seguro de que el movimiento colombiano
no es un fenómeno aislado; naturalmente es la respuesta a esa
propuesta de reforma, que es la que vamos a analizar precisa-
mente. Pero, el objetivo mío es mostrar cómo puede ser necesa-
ria una reforma, pero que esa reforma, en primer lugar, debe ser
fruto de mucha maduración desde el punto de vista de la comu-
nidad académica, desde el punto de vista de la Universidad. Y
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la Universidad somos nosotros, no solo ustedes, los estudiantes,
somos también los docentes; somos, en cierta manera, los maes-
tros los que mantenemos una tradición en esa Universidad. Yo
me siento de la Universidad Nacional; pues trabajo en la Jave-
riana, y también pienso que la Javeriana, así sea una universidad
privada y confesional, también puede tener una incidencia fuerte
en una reconfiguración, en una transformación de la educación
superior en el país.
Y bueno, lo que ocurre es eso, y por eso lo primero que yo
quiero confrontar son los dos proyectos de ley que hay. Natu-
ralmente, el proyecto vigente es la ley regulatoria, es la reforma
de la Ley 30, es la propuesta de la ministra de educación y del
presidente Santos, a finales del año pasado, o principios de este,
cuando, inmediatamente, nos salieron con la sorpresa de que el
proyecto ya está escrito, de que todo es muy fácil. Casi que la
primera reunión que tiene la ministra y el presidente con los rec-
tores, es para contarles: «aquí tenemos el proyecto, por si quieren
irse enterando, porque en seguida nos vamos para el Congreso».
Lo que creo yo es que el Gobierno Nacional, fundamental-
mente, Javier Botero Álvarez —que es paisano de ustedes—, al
que yo llamo el «viceministro repitente», porque las ideas que
él nos está trayendo de educación «con ánimo de lucro», de pri-
vatización, en cierta manera, de moderación por parte del Go-
bierno, el Consejo Nacional de Acreditación, que era el primer
proyecto que presentaron, ya nos las había presentado en el año
2004, en su primera gestión como viceministro de la ministra
Cecilia María Vélez.
Y la resonancia que tuvo con su idea de Universidades «con
ánimo de lucro» fue tremendamente fuerte en dos grandes uni-
versidades privadas: el Externado de Colombia y la Universi-
dad del Rosario, cuyos rectores, en 2004, en una reunión —yo
no digo que a puerta cerrada, pero sí una reunión muy selecta;
el Consejo Nacional de Acreditación, aScun, los rectores de
las universidades— nos contaron los planes que el Ministerio
de Educación tenía con respecto a Universidades «con ánimo
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