Revalorización de la excelencia en la investigación: del excelentismo a una evaluación responsable
| Autor | Robert Tijssen |
| Páginas | 68-90 |
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CAPÍTULO
4
Revalorización de la excelencia en la
investigación: del excelentismo a una
evaluación responsable
Robert Tijssen
Excelencia y excelentismo
La excelencia en investigación (RE) se ha convertido en un concepto
muy poderoso en las políticas científicas del siglo X XI. El Ox ford
English Dictionary define la “excelencia” como “ser superior o preemi-
nente; superar a los demás”; es un concepto normativo que adquiere
su significado solo en un contexto comparativo adecuado. A menudo
se la presenta como “calidad suprema”, una marca distintiva (el
verbo “sobresalir” se originó a partir del verbo latino cellere; es decir,
elevarse). La fusión de “excelencia” e “investigación” sugiere una casi
indiscutible medida de calidad, de ser el mejor dentro de un grupo
de comparables. Dentro del área de la ciencia y la investigación cien-
tífica, la noción se ha impuesto como referencia de un alto nivel de
rendimiento deseable. Los premios Nobel se consideran a menudo,
especialmente por el público en general, la máxima recompensa a la
excelencia internacional. Las personas o las organizaciones de alto
rendimiento y excelencia son considerada s activos de relaciones públi-
cas y marketing, que no solo pueden atraer una mayor atención en la
prensa, sino también, impuls ar las tasas de éxito de la fina nciación de
la investigación.
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REVALOR IZACIÓN DE LA E XCELENCIA EN L A INVES TIGACIÓN
Parece que todas las ciudades, l as regiones o los países importantes
del mundo aspiran ahora a tener al menos u n centro de investigación de
excelencia en su sistema científico nacional, preferiblemente ubicado
de manera prominente en la universidad local. Cualquier búsqueda en
la web mostrará una proliferación de organizaciones de investigación,
sitios web de universidades y agencias de f inanciación de la ciencia que
han etiquetado alguien o algo como excelente. Pero, ¿hasta qué punto
son válidas la s evidencias? Suelen referirse a algún premio prestigioso
bien merecido o a un logro notable, pero, cada vez con más frecuenc ia,
sin evidencias que respalden tal afirmación de fama, cada vez más a
menudo sin pruebas convincentes que respalden esta pretensión de
fama (Sørensen et al., 2015). Con el auge actual, la R E corre el riesgo
de convertirse en una construcción estratégica que está cada vez más
vagamente conectada con su sentido origi nal. Este proceso de “excelen-
tismo”1 crea un a mbiente en el que la excelenci a parece ser un objetivo
cada vez más fáci l de malinterpretar y util izar. Algunos críticos severos
llegan a describir la retórica actual como nada menos que un fetiche
donde la RE se ha convertido en un esloga n en el que el rendimiento ha
adquirido cua lidades casi místicas (Moore et al., 2017).
Evaluación responsable de la excelencia en la investigación
Al igual que en la “calidad de la investigación”, la RE sigue siendo un
aspecto difuso e inestable. Y no es difícil de entender por qué: la RE
sufre de perspectivas teóricas divergentes, una plétora de marcos
analíticos y una a mplia var iedad de indicadores de rendimiento (tanto
cuantitativos como cua litativos). Los criterios estr ictamente definidos
de lo que puede o no puede implicar una RE de ca lidad son vulnerables
a las crítica s de quienes están siendo evaluados, y pueden crear fuertes
conflictos entre todas las partes involucradas. Algunos argumentan
que, como cualquier otra evaluación subjetiva, dichos procesos de
evaluación son necesariamente desordenados y pragmáticos, impulsa-
dos por información incompleta y consideraciones cambia ntes.
Ejecutar un sistema de eva luación significa enfrentarse a muchos
desafíos, aspectos práct icos analíticos y problemas de implementación
con respecto a la información requerida para emitir un juicio. Además
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