La situación carcelaria en Colombia
| Autor | Norberto Hernández Jiménez |
| Cargo del Autor | Abogado, especialista y magister en Derecho Penal de la Universidad Libre (Bogotá) |
| Páginas | 83-189 |
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Capítulo II
LA SITUACIÓN CARCELARIA EN COLOMBIA
Comparar el tratamiento que se le da a los presos, con el de los
animales, para describir las condiciones carcelarias a las que
se ven sometidos los individuos privados de la libertad en Co-
lombia y en otras partes del mundo, no es tan descabellado ni
sensacionalista1. Además de las condiciones en las que viven,
que serán descritas en este capítulo, no se deben pasar por alto
las estructuras arquitectónicas en las que aquellos son encerra-
dos2, en donde salen mejor librados los primeros, frente a los
1 En este sentido, y recurriendo al contexto evidenciado en otras latitudes, algu-
nas voces afirman que Sudáfrica trataba a los presos como animales (Mandela,
1994, p. 187). En sentido similar ver Crespo y Bolaños (2009, p. 69), para el
caso venezolano, y Matthews (2011, p. 314), en referencia a las condiciones
carcelarias en Uruguay. En nuestra jurisprudencia constitucional se advierte
algo similar: “La deshumanización de las personas en los actuales contextos
carcelarios es evidente. Las condiciones en que son mantenidas las personas
privadas de la libertad, por ejemplo, suelen ser relacionadas con las condi-
ciones en que existen algunos de los animales relegados en nuestra sociedad
a los lugares de suciedad” (Sentencia T-388/13).
2 Recordemos que las características fundamentales del panóptico de Bentham
son: 1) inspección central, 2) minucioso dispositivo de seguridad, 3) celda como
unidad de alojamiento de varios individuos, 4) paredes interiores formadas
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segundos —por lo menos en la longitud del espacio al cual se
encuentran conminados—3. Estos últimos, a pesar de su cali-
dad de individuos de la especie humana, son rebajados a ese
contexto. Parece así que los presos no hubieran alcanzado la
transformación de individuo zoológico en sujeto jurídico, pre-
gonada por Pasukanis (1976, pp. 95 y 97)4. En sentido similar,
expresan Melossi y Pavarini (1987, p. 191) que la cárcel es el
“parque zoológico” de todas las especies criminales y, sin duda,
allí se puede encontrar un “cóctel” de internos de la más varia-
da naturaleza, cuyas condiciones en la actualidad pueden ser
valoradas como deplorables e infrahumanas, dentro del ámbito
nacional, rotulando este escenario como dantesco, de la misma
En este capítulo se analizarán las condiciones en que se en-
cuentran los establecimientos de reclusión en Colombia, para
lo cual serán examinadas las sentencias proferidas por la Corte
Constitucional, en las cuales se ha declarado el estado de cosas
inconstitucional en las prisiones del país, luego de constatar la
difícil situación que enfrentan en el día a día las personas que
por una reja, que permiten la visibilidad plena, y 5) principio de clasificación
moral (García, 1957, p. 594). Estas características pueden vislumbrarse en
mayor o menor medida en los zoológicos y en las cárceles. Al respecto señalaba
Foucault que “Bentham no dice si se inspiró, para su proyecto, en la casa de
fieras que LeVaux había construido en Versalles: primera colección zoológica
cuyos diferentes elementos no estaban, según era tradicional, diseminados en
un parque: 312 en el centro, un pabellón octogonal que, en el primer piso, solo
tenía una estancia, el salón regio; en todos los lados se abrían anchas ventanas
que daban a siete jaulas (el octavo lado se reservaba a la entrada), donde estaban
encerradas diferentes especies de animales” (1976, p. 207). Curioso incluso
que algunos la cataloguen como “prisión-jaula” (cfr. Sozzo, 2007, p. 104).
3 Uno de los internos entrevistados (int91) en la cárcel La Modelo manifiesta:
“Ni los animales viven así de amontonados como nosotros”.
4 “Si no me equivoco, somos seres humanos, no animales”, manifiesta en su
entrevista uno de los internos de la cárcel La Modelo (int54).
M. P. Manuel José Cepeda Espinosa, y con ponencia de la magistrada María
nor bert o hernández ji mén ez
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se encuentran privadas de la libertad, al interior de una cárcel
o penitenciaría. A lo anterior se sumará el estudio de caso de
la cárcel La Modelo de Bogotá, con base en la labor de investi-
gación individual realizada en ese establecimiento carcelario,
para lo cual se recurre a una estrategia cualitativa que incluye
trabajo de campo a partir de observación no participante durante
varios años, así como entrevistas semiestructuradas realizadas
durante el año 2015 a las personas que se encontraban privadas
de la libertad, en distintos patios de este complejo carcelario.
Aunque la narrativa de esta situación se corresponderá con
las vivencias que en las últimas décadas ha enfrentado nuestro
sistema carcelario, las circunstancias que aquí se verán no son
del todo novedosas y pueden ser extrapolables a otros periodos
históricos, característicos de la implementación de esta clase de
pena. Para citar un ejemplo, podemos encontrar en la obra de
Rusche y Kirchheimer el siguiente pasaje, que resulta similar a
la descripción que se hará del contexto colombiano:
Cuando Buxton visitó las cárceles en 1818, no encontró prácti-
camente ninguna que no estuviera superpoblada, que no fuera
fría, húmeda, llena de alimañas y exhalara la más insoportable
hediondez” (1984, p. 123).
Igualmente, será congruente observar que la sobrepoblación
de las prisiones es el rasgo más importante de la política penal
contemporánea, sumada a la ausencia de una política criminal
consistente e informada, que responda de manera adecuada a
la situación de los presos en Colombia.
el sistema penitenciario colombiano a partir
de cifras oficiales
En esta primera sección se ofrecen los datos generales sobre
las prisiones en Colombia, a fin de responder a las preguntas:
¿cuántos presos?, ¿qué presos? y ¿cuántas cárceles?
la situación c arc ela ria en c olo mbi a
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