Urabá en el periodo de la reforma
| Autor | Leah Anne Carroll |
| Páginas | 63-126 |
Urabá en el periodo de la reforma
Logros de los movimientos sociales en medio de una gra n violencia
Con la excepción de una breve paz negociada en los años -, la reforma
trajo un punto muerto entre las partes en conicto en el Urabá: hubo logros
para la izquierda, pero con altos niveles de violencia patrocinad a por las élites.
La izquierda electoral era fuerte y estable a lo largo del periodo de la reforma,
por el continuo éxito del sindicato de los trabajadores bananeros. Sin embargo,
la creciente inuencia económica de los dueños de las plantaciones de banano
y de los grandes ganaderos les dio a estos dos sectores élite tanto la voluntad
como el camino para trata r de dar marcha atrás, por medio de la violencia, a las
concesiones materiales y al poder político institucional ga nado por la izquierda
durante el transcurso de la década. Las divisiones cada vez más profundas
entre las distintas tendencias política s de la izquierda, a nales del periodo de
la reforma, facilitaron aún más esta mac abra tarea.
Por un lado, una serie de circunstancias coincidentes fortalecieron a la
izquierda. Los intentos previos de obtener logros laborales organizando a los
trabajadores bananeros habían fracasado debido a la falta de mediación del
Estado. No obstante, el proceso de paz entre el gobierno y las dos principales
insurgencias armadas del Urabá permitió la “desclandestinización” y reacti-
vación del movimiento laboral del sector, el cual se hizo a ltamente militante y,
para mediados de los años ochenta, era poderoso, exitoso y legal. E l crecimiento
o estabilidad del sector bananero en el contexto de dicha militancia hizo que
las concesiones a los trabajadores fueran la opción más factible, por lo menos
las concesiones de carácter más económico, no tanto aquellas que involucraban
sus derechos políticos. Una vez que las reformas democráticas permitieron que
esta fuerza laboral s e tradujera en fortaleza electoral y luego en poder político
local, dicho poder, a su vez, beneció aún más al movimiento laboral a sí como
a sus corolarios: los movimientos de los barrios populares y de los ca mpesinos.
Por otra parte, los rápidos logros de la izquierda en el sindicato de trabaja-
dores bananeros y dentro de las instituciones políticas provocaron una reacción
igualmente rápida, violenta y sostenida por par te de las élites que habían sido
desplazadas política mente de un importante bastión regional. La m isma esta-
bilidad económica del sector bananero, que había mantenido el éxito laboral
y electoral de la izquierda, también impulsó continuamente altos niveles de
represión a lo largo del periodo de la reforma, con unas cuantas breves inte-
rrupciones. La crisis cafetera y el cambio a un modelo nacional de desarrollo
orientado a las exportaciones impulsaron aún más l a inuencia nacional relativa
de los bananeros respecto a otros sectores élites, lo que les permitió incrementar
la militari zación de la región.
La rápida expansión a nales de los ochenta de los grandes na rcoganaderos
—élites que se habían enriquecido enormemente a partir de la economía coca lera
y que luego adquirieron grandes haciendas ganaderas en el norte del Urabá—
conformó un nuevo aliado regional para los propietarios de las plantaciones
bananeras. Que el movim iento laboral y sus representantes políticos pudieran
soportar esta embestida y que la izquierda pudiera sostener su fortaleza elec-
toral hasta es en sí algo sorprendente, y un contexto de élites debilitadas
podría haber dado lugar a una paz reg ional. Pero en la medida en que las élites
detectaron que quizás su bata lla para dar marcha atrás a los logros políticos y
materiales de la izquierda podr ía ganarse en el largo plazo, no estuvieron dis-
puestas a negociar una paz regional du radera con la izquierda.
Finalmente, la desunión de la izquierda —que tenía sus ra íces en las reaccio-
nes dispares de los distintos gr upos guerrilleros a las ofertas de pa z del gobierno
nacional— saboteó aún más la efímera paz negociad a. Hubo escasos momentos
de relativa unidad cuando las y el compart ieron posiciones simil ares
respecto al proceso de paz (antes de , de a , desde nales de
hasta principios de y en ), y estos momentos se correlacionaron con los
mayores logros laborales y políticos de los trabajadores bananeros del Urabá.
Pero en las épocas de desunión —de hasta inicios de y especialmente
después de mediados de , tras la desmovilización del —, l as divisiones
entre los dos sectores se ahondaron y se tornaron más violentas. Las insu rgen-
cias aún activas acus aron al sector desmovilizado del , que había tomado el
nombre Esperanza, Paz y Libertad, de haberse convertido en cómplice de los
represores de la derecha; y la necesidad de protección de estos últimos contra
los ataques de las insurgencias aún activas dieron pie, en algu nos casos, a que se
cumpliera la profecía, naliz ando la corta paz regional negociada. Por lo tanto,
aunque el Urabá representa un claro caso de éxito electoral de la izquierda y de
urabá en el per iodo de la reforma
fortaleza de los movimientos sociales a pesar de la intensa represión, también
ilustra que el éxito sostenido no es suciente para gana r una solución regional
pactada o negociada, si las élites son fuer tes o si la izquierda está dividida.
La narración cronológica que sigue resalta la evolución de la movili zación,
el éxito electoral de la izquierda, la represión y especia lmente las acciones de los
alcaldes en Apartadó. El pri ncipal centro urbano del eje bananero, Apartadó, es
un bastión de los trabajadores y, por tanto, desde hasta nales de contó
con gobiernos municipales de izquierda que intervinieron abierta mente en favor
de los movimientos sociales de izquierda —movimientos de los trabajadores, de
los barrios de los trabajadores y de los campesinos asociados con la izqu ierda—,
y también contó con altos niveles de represión. En los años cincuenta y sesenta,
estos territorios fueron ocupados por colonos y entonces se establecieron las
plantaciones de banano. Desde mediados de los sesenta hasta principios de los
ochenta, dos tendencias de izquierda llegaron a la zona y se aanzaron entre
los trabajadores bananeros, campesinos y movimientos de barrios populares
urbanos. No obstante, la falta de mediación del Est ado condenó estos esfuerzos
iniciales a un li mitado éxito a pesar del rápido crecimiento sectorial.
De a , el proceso de paz, al cual la s dos tendencias de izquierda res-
pondieron al principio de manera similar, permitió que el movimiento de los
trabajadores bananeros tuviera sus principales logros, a pesar de que el creci-
miento sectorial había aojado el paso, pero también se incrementó la violencia.
Entre y se alcanzaron los mayores logros, respaldados una vez más por
la apertura política, l a unidad de la izquierda y la estabilidad sectorial. A mbas
tendencias de izquierda respondieron a la reforma permitiendo la elección popu-
lar de alcaldes media nte la nominación exitosa de candidatos y en coalición, y la
creación de un sindicato unicado de trabajadores bana neros, pero la violencia
organizada por la élite se dispa ró en respuesta a dicho éxito.
A partir de na les de hasta nales de , una paz negociada se logró
entre los dueños de las plantaciones bananeras, los grupos para militares y Espe-
ranza, Paz y Liber tad. Esta paz fue respetada mientras las negociaban con
el gobierno y redujo brevemente la violencia contra los movimientos sociales en el
Urabá, incluso mientras promovían conquistas laborales. Pero la paz term inó de
manera violenta después de nales de , debido a la animosidad entre los gru-
pos de izquierda y la incrementada fortaleza e i nuencia de las élites en la región.
¿Por qué Apartadó?
La región del Urabá está ubicada cerca de la frontera colombiana con Panamá,
en proximidad al Golfo de Urabá, lo cual le da u n puerto sobre el mar Caribe
y acceso fácil al canal de Panamá. Urabá está dividida en tres subregiones: el
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