Urbanismo y género. El derecho de las mujeres a la ciudad
| Autor | María Olga Bula |
| Páginas | 183-199 |
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Urbanismo y género
El derecho de las mujeres a la ciudad
María Olga Bula*
Las ciudades tienen la capacidad de proporcionar
algo para todo el mundo, sólo porque, y sólo cuando se crean
para todo el mundo.
Jane Jacobs
Introducción
El 74% de la población colombiana habita en zonas urbanas (por encima
del promedio mundial de población urbana estimado en un 55% en 2019,
según las Naciones Unidas) y este porcentaje va en aumento. El crecimiento,
tanto de las grandes ciudades como de las ciudades intermedias y cabeceras
municipales, se da con escasa planicación, y en muchos casos al margen de
los planes de ordenamiento municipales. El resultado son ciudades con un
crecimiento desregulado, infraestructuras de servicios públicos que deben
ir adaptándose a la demanda, un alto décit de equipamientos colectivos,
sistemas de transporte público rezagados y colapsados y una red de espacios
públicos insuciente para la población. Esto hace necesario revisar cuáles son
las prioridades en las actuaciones que se llevan a cabo sobre la ciudad en el
ámbito del espacio público, ya que la manera de habitar en el entorno físico es
un factor particularmente importante para la calidad de vida cotidiana de sus
habitantes. Históricamente, la ciudad ha sido pensada, diseñada y construida
desde una perspectiva androcéntrica. El objetivo de este capítulo es revisar
*
Investigadora independiente.
Derecho administrativo y ciudades inteligentes
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cuáles son las contribuciones que un enfoque de género puede aportar para el
diseño de los espacios públicos de la ciudad, de manera que estos se conviertan
en escenarios de inclusión, diversidad e igualdad para todos sus habitantes.
Los sistemas de transporte, tipos de espacio público, diseño de aceras,
equipamientos, iluminación, zonas verdes y, en denitiva, todos los aspectos del
planeamiento y diseño de lo público han carecido históricamente de un enfoque
de género en el que las necesidades, deseos e inquietudes de las mujeres sean
tenidos en cuenta. En varios países europeos esta discusión se ha comenzado
a plantear y se cuenta con un importante archivo de experiencias y estudios al
respecto, que deben ser aprovechados por las Administraciones locales en Amé-
rica Latina para su incorporación en los planes de desarrollo de las ciudades. En
este sentido, existe una gran diversidad de actuaciones sobre el entorno urbano
que, aunque aparentemente se trate de detalles de diseño y de funcionamiento
que pueden no ser demasiado visibles, representan un aumento considerable en
la calidad de vida y la equidad entre los habitantes de la ciudad.
Aproximadamente la mitad de la población de cualquier ciudad son muje-
res, 23% son niños menores de 14 años, 10% son personas mayores de 60,
6% son personas con movilidad reducida y, dependiendo del municipio, un
30% de la población está en situación de vulnerabilidad o pobreza extrema.
Según esto, solamente un 20% de los ciudadanos entrarían en la categoría de
hombres en edad adulta y buen estado de salud. Esto sin contar el aumento
de población migrante, personas LGTBI, minorías étnicas, etc. Sin embargo,
el diseño y construcción de las ciudades, así como la toma de decisiones sobre
obras e inversiones, se lleva a cabo en un 80% por hombres. Existe una gran
variedad de necesidades entre la población y la ciudad debería aportar para
todos igualdad de oportunidades, posibilidades y espacios. El entorno urbano
que habitamos tiene en la calidad de vida una importancia que muchas veces
pasa desapercibida; nos acostumbramos a lo existente, y día tras día la vida
cotidiana y las necesidades de los ciudadanos se adaptan al entorno, indepen-
dientemente de su estado, diseño o capacidad.
Uno de los objetivos del urbanismo con enfoque de género es poder
analizar más detenidamente la conformación del entorno construido y lo que
damos por sentado sobre su concepción. A partir de estos cuestionamientos
es posible hacer preguntas que puedan hacer aportes que, si bien están formu-
lados desde una mirada de género, son modicaciones, adaptaciones o trans-
formaciones que, a nal de cuentas, nos benecian a todos. La ciudad debe
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