Capítulo I: Como introducción y presentación personal - Curiosidades legales aspectos de la vida judicial de los Estados Unidos - Libros y Revistas - VLEX 1027235979

Capítulo I: Como introducción y presentación personal

Páginas15-22
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CURIOSIDADES LEGALES. ASPECTOS DE LA VIDA JUDICIAL DE LOS ESTADOS UNIDOS
CAPÍTULO I
COMO INTRODUCCIÓN Y PRESENTACÓN
PERSONAL
ANTES DE LA VIDA ESTUDIANTIL
En un libro publicado recientemente bajo el título de Country Lawyer, Mr. Bellamy
Partridge ha presentado un agradable retrato de su padre y hecho notar el contraste
entre la vida tranquila de ha ce ochenta años y la existencia artificial de hoy. Con
humor y eficacia, el autor pinta las experiencias jurídicas de su padre, hace casi un
siglo, como pidiendo «que vuelva el ayer, que el tiempo retroceda». Su descripción
me recordó las visitas que hacía mi familia —padre, madre, tres hijos varones y una
niña— a la casa del padre de mi madre, Samuel D. Torrey, en Millbury, un pequeño
pueblo de Massachusetts. Nosotros vivíamos en Cincinnati, Ohio, y las moderadas
rentas —aun las de los principales miembros del foro de esa ciudad de menos De
200,000 habitantes— no permitían más que visitas ocasionales a lo que entonces era el
«Lejano Este».1 Nos hospedábamos en la espaciosa mansión colonial de Millbury,2
previos algunos ajustes financieros entre mi padre y mi abuelo, que reconocían la
existencia de ciertas situaciones, es decir que dar alojamiento gratuito a una familia
de cinco personas durante el verano hubiera sido la hospitalidad ideal, pero no podía
ofrecerse porque mi abuelo padecía estrechez económica. Pero nunca se le oyó que-
jarse; ni tampoco se jactó jamás de saber cómo mantener sus gastos al nivel de sus
ingresos, ni dijo cómo l o hacía. No era tacaño, pero él mismo iba de compras y
pagaba al contado. Como había sido comerciante en Boston, los vendedores nunca
trataban más de una vez de obtener beneficios indebidos a expensas suyas, porque en
aquellos días, «un poco de ahorro no era pecado». (NOTA A.). Mi a buelo cuidaba
mucho su casa. Una muchacha de servicio hacía la mayor parte del trabajo y mi tía
1Incluyendo transbordo de trenes en Cleveland, Albany y Worcester.
2Con una sola bañera do lata, sin agua corriente.
NOTA A.: Una vez, durante una visit a a Millbury, alquilé un cochecito de un caballo a Dave
Powers, cuidador del establo, y me hice llevar a una distancia de doce mill as. Al llegar a
destino, le dije: «¿Cuánto es, Dave?» —y me respondió— «Setenta y cinco centavos. Antes
eran cincuenta, pero no se gana ba nada».
Que el espíritu de economía no estaba muerto aún el 27 de o ctubre de 1901, lo prueba una
carta del Juez Holmes a Lady Pollo ck, en la que dice: «Mi tío, John Holmes, fuma siempre
cigarro» de cinco c entavos, por temor de que e l gusto se le refin e demasia do». ( Cartas
Holmes-Pollock. «La correspondencia del Juez Holmes y Sir Frederick Pollock - 1874/1932» . Vol.

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