Conflicto de fenomenologías y legitimidad de la violencia - El exterminio de la isla de Papayal. Etnografías sobre el Estado y la construcción de paz en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 850197058

Conflicto de fenomenologías y legitimidad de la violencia

AutorJuan Felipe García Arboleda
Páginas49-73
49
Conflicto de fenomenologías
y legitimidad de la violencia
El corazón del sistema circulatorio de la isla
El primero de abril de 2015, a Misael Payares Guerrero (figura 5) le entró
una llamada de una de sus hijas, quien partió a los Estados Unidos a abrir
los caminos que en la Isla de Papayal se habían cerrado. Con lágrimas
en los ojos, y a pesar de la difícil comunicación, le decía: “Mija, esta fue
la tierra que nos heredaron sus abuelos y aquí seguimos luchando por
defender esta tierra”. Nacido en 1947 –al igual que Efraín Alvear Olivares–,
Misael fue quien me introdujo en la comprensión de los ciclos vitales de
la Isla de Papayal y me enseñó a percibirla. A principios de los años cua-
renta, su abuelo y su padre habían abierto los caminos de la isla en una
correría que procedía de otra isla: Mompox. Como Efraín, creció entre
aguas y tierras que lo proveían todo, pero, a diferencia de este, abandonó
muy pronto la educación oficial. En segundo de primaria, la profesora de
la escuela estatal, en lugar de impartirle las clases, lo ponía a cuidar un
ganado de su suegro. La “maestra” era yerna1 de Luciano Iglesias, uno de
los primeros ganaderos foráneos, esos que menciona Efraín en su mapa.
Un hombre con poder. El papá de Misael fue a reclamarle por su abuso
de autoridad y la amenazó con poner la queja ante las autoridades, para
que la destituyeran2.
1 En la región se usan los términos yerno y yerna, prescindiendo del de nuera.
2 Conversación con Misael Payares Guerrero, 6 de junio de 2015.
50 EL EXTERMINIO DE LA ISLA DE PAPAYAL
Figura 5. Misael Payares Guerrero
Fuente: archivo personal.
Días después, el papá de Misael mató un marrano para comer en la
casa y sacar algo a la venta. Hasta el día de hoy, esta es una práctica muy
común entre los habitantes de la isla. La “maestra”, valiéndose de las
influencias políticas de Iglesias, denunció al papá de Misael por venta
ilícita de marrano, pues no tenía la licencia para hacerlo, y el papá de
Misael fue puesto preso por la policía. Esa noche tenía que dormir en el
calabozo de San Martín de Loba, pero un amigo le prestó los treinta pesos
de la multa. Para pagar esta deuda, el papá de Misael tuvo que entregar
diez cargas de maíz –a tres pesos cada una–, la mitad de la cosecha de
año. Misael volvió a la escuela. Un día en que se armó un desorden en
el salón, la maestra lo castigó con una golpiza, de la cual todavía existe
huella en su pantorrilla. Mejor era no volver a ese lugar, pensaron Misael
y su padre. En sus memorias quedó grabada, para siempre, la forma en
que el Estado hacía presencia en la isla, dejando sus huellas en el cuerpo
de sus habitantes3. No obstante, pese a que Misael no fue a la escuela
oficial, o quizás precisamente por eso, sus conocimientos sobre la isla
son excepcionales. Fue Misael quien me mostró cómo, en las temporadas
de lluvia, la isla recibe las aguas desbordadas del río Magdalena en sus
playones y sus ciénagas. En estas, durante el verano, se conserva el agua,
por lo que la isla está abastecida permanentemente de agua y alimento.
3 Conversación con Misael Payares Guerrero, 6 de junio de 2015.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR