Los cuatro hermanos ingeniosos: El camino hacia la realización de la felicidad - Una mirada jurídica a los cuentos de los hermanos Grimm - Segunda Parte - Libros y Revistas - VLEX 972352892

Los cuatro hermanos ingeniosos: El camino hacia la realización de la felicidad

AutorGiuseppa Ottimofiore
Cargo del AutorInvestigadora independiente
Páginas130-166
“Hijos míos, es cuestión de que os marchéis por esos mundos, pues
yo no tengo nada para daros. Id al extranjero, aprended un oficio y
procurad abriros camino”.
Hermanos Grimm, “Die vier kunstreichen Brüder”, en Kinder-
und Haus-Märchen, Vol. II, 7ª ed., Gotinga, Dieterich, 1857, p.
206 y ht tps://bit.l y/3FwzgeZ.
1. EL CUENTO2
“La evidente traducibilidad del Märchen de los Grim m a
innumerables lenguas, formas artísticas y culturas también expresa
la persistencia o supervivencia del elemento utópico que se resuelve
en el final; final que realiza el triunfo (ilustrado) de la inteligencia
del hombre”3.
1.1. trAmA del Cuento
El cuento se divide entre la introducción, la iniciación,4 la prueba
y el desenlace. La puntuación marca cada una de estas fases casi de
modo exacto, con una única excepción: a cada fase corresponde un
párrafo diferenciado en el cuento.
1.2. lA introduCCión
Érase un pobre hombre que tenía cuatro hijos. Cuando fueron
mayores los llamó y les dijo: “Hijos míos, es cuestión de que os
marchéis por esos mundos, pues yo no tengo nada para daros. Id al
extranjero, aprended un oficio y procurad abriros camino”. Los cuatro
hermanos se dispusieron a marcharse, se despidieron de su padre,
y juntos cruzaron la puerta. Al cabo de algún tiempo de caminar a
2 El cuento que está transcrito es el de la última edición publicada en 1857
por los hermanos Grimm. La versión utilizada es la traducción disponible en
https://bit.ly/3FWzgeZ, con rectificaciones y modificaciones aportadas por
la autora con base en el texto original de los hermanos Grimm: Hermanos
Grimm, “Die vier kunstreichen Brüder”, en Kinder- und Haus-Märchen, Vol.
II, 7ª ed., Gotinga, Dieterich, 1857.
3 Mariela FerrAri, Hernández, Isabel y sánCHez, Paloma (eds.): “Los cuentos
de los hermanos Grimm en el mundo”, Revista de Filología Alemana. Madrid:
vol. 24, 2016, p. 205.
4 “Essai de décryptage des ‘quatre frères habiles’» [Agosto de 2018], disponible
en: https://bit.ly/3hxxSGe, consulta: octubre 3 de 2022.
132 Giuseppa Ott imofiore
la ventura, llegaron a un cruce del que partían caminos en cuatro
direcciones. Allí dijo el mayor: “Aquí hemos de separarnos. Pero dentro
de cuatro años, en este mismo día y lugar, volveremos a reunirnos.
Entretanto, que cada cual busque fortuna por su lado”.
1.3. lA iniCiACión
El viaje inic iático
Se marcharon cada uno por su lado. El primero se encontró con un
hombre que le preguntó adónde iba y cuál era su propósito. “Quiero
aprender un oficio”, le respondió. “Vente conmigo y sé ladrón”, le
contestó el desconocido. “No”, le respondió, “éste no es un oficio
honorable. Se acaba siempre en badajo de horca”. “¡Oh, no temas por
eso! Sólo te enseñaré a apropiarte lo que nadie más podría obtener, y
de modo que no quede rastro”. Se dejó convencer y, al lado de aquel
hombre, aprendió a ser un ladrón perfecto, tan hábil, que nada de que
se hubiera prendado estaba ya al seguro. El segundo hermano halló
a otro hombre que le hizo la misma pregunta: ¿qué quería aprender?
“Todavía no lo sé”, respondió. “En este caso, vente conmigo y sé
astrólogo. No hay oficio mejor, pues nada habrá que se te oculte”. Le
gustó la idea al joven, y llegó a ser un astrólogo tan consumado que,
al terminar su aprendizaje, y al despedirse su maestro, este le dio un
catalejo, diciéndole: “Con esto podrás ver cuanto ocurre en la tierra
y en el cielo. Nada se ocultará a tu mirada”. Al tercer hermano le
adiestró un cazador, y le enseñó todas las mañas y recursos del arte de
cazar, con tanto provecho que salió hecho un consumado cazador. Al
despedirse, el maestro lo obsequió con una escopeta y le dijo: “Donde
pongas el ojo, allá irá la bala; jamás errarás la puntería”. El menor de
los hermanos se encontró también con un hombre que se dirigió a él
y le preguntó por sus propósitos. “¿No te gustaría ser sastre?”, le dijo.
“No sabría”, contestó el joven. “No quiero pensar pasarme desde la
mañana hasta la noche las horas con las piernas cruzadas, y estar de
un lado a otro con la aguja y la plancha”. “¡Oh pero cómo!”, exclamó
el hombre. “Tú dices lo que te imaginas; pero conmigo aprenderás
un arte muy distinto, decente, productivo, y muy honroso incluso”.
Se dejó persuadir, se fue con el sastre y aprendió a fondo su profesión.
Cuando se despidió, le dio una aguja, diciéndole: “Con ella puedes
coser cuanto te venga a la mano, aunque sea tan delicado como un

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR