Culturas del banano en perspectiva comparativa - Culturas bananeras: producción, consumo y transformaciones socioambientales - Libros y Revistas - VLEX 857239833

Culturas del banano en perspectiva comparativa

AutorJohn Soluri
Cargo del AutorDoctor en Historia de la Universidad de Michigan (EE.UU.)
Páginas331-370
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CULTURAS DEL BANANO EN PERSPECTIVA
COMPARATIVA
La expansión global del capitalismo y la creación de un mercado
global de mercancías se han conducido por el esfuerzo
en la búsqueda de ganancias obtenidas del control no solo
del trabajo, la tecnología o los mercados baratos, sino también
de la naturaleza.
Fernando Coronil, 1997
Cuando los hondureños encendieron sus radios en la mañana del 22 de
abril de 1975, se enteraron de que el consejo supremo de las fuerzas ar-
madas había instalado al coronel Juan Melgar Castro como nuevo jefe de
Estado, remplazando al general Oswaldo López Arellano, quien apenas dos
semanas antes había sido acusado de aceptar un soborno de la corporación
United Brands.1 Cuando López Arellano le impidió a un comité especial de
investigación que revisara sus cuentas bancarias, fue destituido en un golpe
sin sangre. El soborno salió a la luz durante una investigación de la Secu-
rity and Exchange Comission () de los Estados Unidos sobre la muerte
del ex presidente de la United Brands, Eli Black, quien se suicidó saltando
1 Alan Riding, “Honduran Army Ousts Leader Named in Bribery Case in U.S”. New York
Times, 23 abr. 1975.
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desde una ventana de su ocina en el piso 44 del edicio panamericano en
la ciudad de Nueva York.2 Tras un reportaje del Wall Street Journal sobre
la investigación, la United Brands emitió un comunicado de prensa el 8
de abril, revelando que un soborno de 1,25 millones de dólares había sido
pagado a un “alto ocial” del gobierno de Honduras.3 Black supuestamente
autorizó el soborno para obtener una reducción al impuesto de exportación
del banano. El  acusó a la United Brands de fraude, por no informar a
sus inversionistas sobre el soborno. Tras muchos meses de litigio, la com-
pañía aceptó una orden de una corte federal que la obligaba a corregir sus
reportes nancieros “sobre aquellos pagos ilegales a ociales y empleados
de gobiernos foráneos, y contribuciones foráneas ilegales”.4
Desde los días de Sam “el bananero” Zemurray, hasta nales del siglo
, las compañías bananeras usaron medidas legales y extralegales para
obtener tierras, restringir a los competidores, evadir impuestos, debilitar
movimientos obreros y monopolizar el mercado. Solo los más ardientes
apologistas de las compañías fruteras pueden relegar dichas actividades a un
pasado lejano que no tiene ningún efecto sobre el presente. Sin embargo,
este libro ha demostrado que el poder económico y político de las com-
pañías bananeras condicionó, pero no determinó, la trayectoria histórica
de la industria bananera. Las ncas bananeras estaban simultáneamente
enlazadas a cadenas de comercio transnacionales y a una red de relaciones
agroecológicas que limitaban, resistían y confundían el poder de las com-
pañías bananeras y sus aliados.
Al analizar la transformación de una planta tropical en un alimento
de consumo cotidiano en los Estados Unidos, he tratado de revelar cómo
las prácticas culturales y procesos biofísicos han dado forma a instituciones
económicas (incluyendo corporaciones y mercados) y viceversa. Este marco
revela las limitaciones de modelos explicativos en los que el capital ejerce
un poder “global” y los actores subalternos responden de manera “local”.
Claramente, existían asimetrías de poder entre las compañías bananeras y los
2 Robert Cole, “ Suit Links a Honduras Bribe to United Brands”, New York Times, 10 abr.
1975.
3 Cole, “  Suit”.
4 Ningún otro cargo contra la compañía procedió. “Business Briefs”, New York Times, 28 ene.
1976.
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campesinos que vivían en las zonas bananeras. Sin embargo, incluso la Uni-
ted Fruit estaba obligada a ejercer su poder a través de personas situadas en
localidades especícas, a lo largo de una cadena transnacional de comercio.5
Aún más, las personas no eran los únicos elementos dinámicos con los que
las compañías fruteras tenían que enfrentarse. Las plantas y patógenos que
las compañías necesitaban controlar para generar benecios sobre el largo
plazo no eran ni pasivas, ni predecibles. En n, la historia de la industria
bananera parece más una serie de improvisaciones (tanto creativas como des-
tructivas en su naturaleza) que un guion redactado por intereses poderosos.
Aceptando la importancia de las contingencias, la particularidad de las
localidades y la entremezclada acción de personas, plantas y patógenos, no
se excluye la posibilidad de hacer comparaciones con otras regiones y mer-
cancías para formular nuevos modelos explicativos, capaces de intervenir en
las discusiones actuales sobre política. En este capítulo nal, aprovecho los
estudios sobre otras mercancías agrícolas para situar el comercio del banano
en una perspectiva comparada. Una comparación minuciosa me obligaría
a escribir otro libro; el objetivo más humilde del presente capítulo es com-
parar selectivamente el banano con dos importantes mercancías agrícolas
en la historia de Latinoamérica y El Caribe: el café y el azúcar. Como otra
vuelta de tuerca, también examino la industria frutera (incluyendo naranjas,
peras, y viñedos) en California, para reconceptualizar modelos de industrias
agroexportadoras, yuxtaponiendo mercancías que viajan grandes distancias
tanto dentro como fuera de sus fronteras nacionales.
A tono con los temas principales de este libro, las comparaciones se
centran en las dinámicas de producción y consumo masivo y su relación
histórica con los cambios socioambientales. La primera parte del capítulo
compara los mercados masivos del banano, café, azúcar y cítricos en los
Estados Unidos durante los siglos  y . La tesis, en pocas palabras, es
que el patrón de consumo fue único por su escala masiva y su selectividad.
La población de los Estados Unidos consumió mil millones de bananos,
naranjas, tazas de café y cucharadas de azúcar en el siglo . Sin embargo,
los mercados masivos no eran insaciables, y cuando el consumo per capita
5 El autor de un estudio publicado sobre bananos en Ecuador señala un punto similar: que el
poder de la compañía se ejercía a través de “verdaderos agentes que ocupaban lugares parti-
culares”. Véase Strier, In the Shadows of State and Capital, 207.
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