La genial libertad capitalista empresarial
Autor | Miguel De Zubiría Samper |
Páginas | 119-148 |
119
Capítulo 5.
La genial libertad capitalista
empresarial
Introducción general
“El poder económico se ejerce a través de lo positivo, ofreciendo a los hombres
una recompensa, un incentivo, un pago, un valor. El poder político se ejerce a través de lo
negativo, por la amenaza de castigo, daño, encarcelamiento y destrucción.
Las herramientas del hombre de negocios son los valores, la herramienta del burócrata
es el miedo”.
Ayn Rand
Este capítulo es denitivo para comprehender el capitalismo, desarrolla
una idea aparentemente sencilla, pero que revolucionó por completo
la historia humana: la tesis de la libertad empresarial. La tesis de que
cualquiera, sin considerar su clase, abolengo, títulos o preparación,
puede crear y poner a funcionar la empresa que diseñe. No requiere
de nada, solo de su voluntad de materializar un proyecto. No hay
condiciones, ni prerrequisitos; el mercado, con su lógica implacable,
decidirá si la empresa fructica o no.
Como hablaremos de empresas, quisiera traer a cuentas un ejemplo que
conozco bien. Ayer mi esposa pagó doscientos mil pesos, setenta dóla-
res, por cinco plantas sin or. ¡Increíble!, un buen monto, pues muchos
trabajadores en mi país ganan solo tres veces ese valor cada mes.
El empresario, a quien llamaré Eudoro, trajo hasta nuestro apartamento
cinco plantas prácticamente sin ningún valor. Allí está el mérito notable
de Eudoro, descubrir que un pequeñísimo segmento de la población
bogotana, como mi esposa, pagaría cuarenta mil pesos por una planta
por la cual nadie daría ni un peso, yo entre ellos.
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Para mi esposa y un puñado de personas, las orquídeas son especialísimas;
y todavía más las nativas, únicas en el mundo. Eudoro viaja a alejados
bosques de niebla y con su ayudante (el único empleado de su empresa)
busca, recolecta, cuida y promociona estos organismos casi invisibles,
presentes en la mente de solo un reducidísimo segmento poblacional.
Personas sin el tiempo, las destrezas o la valentía para desplazarse a esos
remotos lugares, pero con dinero y ciertos gustos renados.
¿Es la empresa de orquídeas una genuina compañía capitalista? Muchos
piensan que no. Lo iremos discutiendo durante el capítulo. Me atrevo a
proponer tres ideas para comenzar:
1. Crea un bien inexistente en nuestro mercado urbano.
2. Un segmento de la población paga por él.
3. Con los ingresos, el dueño se sostiene y les da trabajo a otros.
Preguntas iniciales: ¿son los equipos de fútbol como el Barcelona o el
Atlético de Madrid empresas genuinas?, ¿iguales o diferentes a la de
Eudoro? ¿Cuál bien o servicio ofrecen ambos equipos? Para nada son
sencillas de responder. Te invito a pensarlas.
Protéptica: existe una solución para acabar la pobreza, y
de paso con los pobres y los ricos
“... Cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos
a la división del trabajo y, con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo
manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad
vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también
las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva,
solo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la
sociedad podrá escribir en sus banderas:
¡Dé cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!”.
Karl Marx
“¡Dé cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesida-
des!”, la tesis central del marxismo. ¿Quién no desearía erradicar la po-
breza, la miseria y las extremas disparidades del mundo actual? ¡Todos!
Aunque ni en el capitalismo ni en la naturaleza dominan la igualdad y
la uniformidad, sino las diferencias; en ocasiones, enormes diferencias.
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