Gestión de la seguridad basada en los comportamientos
| Autor | Ricardo Montero Martínez/Ciro Martínez Oropesa |
| Páginas | 55-171 |
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Capítulo 2
Gestión de la seguridad basada en los
comportamientos
Introducción
Como en cualquier tema de gestión, la gestión de la seguridad de lo que
trata es de inuenciar a todos los actores que intervienen en un sistema
dado para lograr, en primer lugar, que no existan accidentes y, como ob-
jetivo supremo, que se logre el bienestar del ser humano en el trabajo ya
que, a n de cuentas, nos pasamos buena parte de nuestra vida trabajando.
La forma de inuenciar a las personas está mediada por muchas variables,
entre ellas el modelo mental con el cual operan las mismas, el cual tiene su
base en los valores, creencias, conocimientos, rutinas, etc. (ya sean estos
objetivos, subjetivos, mediados por el conocimiento de la persona, con una
base ingenua o con cualquier otra base). En el caso de la gestión de la se-
guridad, para la inmensa mayoría de las organizaciones poco ha cambiado
desde los primeros tiempos en que la gerencia moderna comenzó a aten-
der esta función en la industria. Esto no niega el que se haya avanzado mu-
cho en la seguridad de los trabajadores, pero, en la opinión de este autor,
un porcentaje relativamente escaso de esta mejoría se debe a los procesos
de gestión de las personas, en cambio mucho se debe a la mejoría inge-
niera de los equipos y procesos. No obstante lo anterior, nos encontramos
que, por una parte, esta mejora ingeniera no se produce en la mayoría de
las organizaciones y, por otra, que, aun en las fábricas donde se introdu-
cen estas maquinarias, equipos y herramientas más seguras, por lo regular
no se logra consistentemente disminuir los accidentes ocupacionales; casi
cualquier informe reporta sobre ello. La situación es peor en la mediana y
pequeña industria, donde se acumulan la mayoría de las personas.
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S - R. M, C. M
¿Por qué sucede esto? Esencialmente, por un manejo incompleto del com-
ponente humano en la gestión de la seguridad y la falta por años de un
enfoque adecuado hacia el mismo. Pero los sistemas de gestión también
evolucionan y, desde los principios de la década de los años 80 a nuestros
días, ha venido emergiendo, con la fuerza que garantiza el éxito, un nuevo
modelo de gestión de la seguridad que se pone a tono con los avances
en la gestión del resto de las funciones industriales, especialmente de la
gestión de la calidad, de la productividad y del medio ambiente. En este ca-
pítulo se tratarán de explicar los antecedentes, las bases, un procedimiento
concreto y ejemplos de aplicación de este modelo.
Algunos aspectos teóricos de las ciencias del
comportamiento
No es la intención de los autores profundizar en un tema tan complejo
como lo es la ciencia del comportamiento; de hecho, no somos especia-
listas de este extenso campo. Se tratará de explicar algunas bases que per-
mitan comprender lo que se relata en las próximas secciones, así que se
recomienda al lector que desee profundizar en estos temas que acceda a
los textos especializados sobre los mismos.
ANTECEDENTES–COMPORTAMIENTOS-CONSECUENCIAS
Cualquier comportamiento está precedido por uno o varios antecedentes
y, posteriormente, provocará una o varias consecuencias (ver gura 6). Pero
el fenómeno es aún más que una secuencia de ocurrencia, los comporta-
mientos están en función de sus antecedentes y de sus consecuencias.
Figura 6.
Secuencia del fenómeno
Antecedentes Comportamiento Consecuencias
Pongamos un ejemplo sencillo: suena el timbre del teléfono (antecedente),
se levanta el auricular y se pregunta quién es o a quién se desea (comporta-
miento), entonces se sabe quién es o a quién se desea (consecuencia). Una
pregunta básica que se puede hacer en este fenómeno es: ¿qué es lo que
más inuencia?, ¿qué levantemos el auricular (comportamiento)?, ¿qué oí-
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C. 2 -
mos el timbre del teléfono? o bien ¿qué sabremos qué desea quien llama?
Todas las investigaciones hasta ahora realizadas concluyen que, para la
mayoría de las personas, la regla está en que sus comportamientos están
mayoritariamente inuenciados por las consecuencias que provocan los
mismos. La inmensa mayoría de los comportamientos humanos se hace,
o bien para obtener una consecuencia conveniente a la persona, o para
evitar una consecuencia no deseada.
Por supuesto que los antecedentes también inuencian a los comporta-
mientos, pero lo hacen de forma diferente. Las consecuencias controlan a
los comportamientos de forma directa y poderosa, mientras que los ante-
cedentes inuencian a los mismos indirectamente, primariamente porque
sirven para predecir las consecuencias.
Se debe tener en cuenta que, tan fuerte sea una consecuencia o grupo de
consecuencias que sigue a un comportamiento dado, así se reforzará o se
debilitará el comportamiento en cuestión. Esta es una regla que tiene una
consistencia de la que no siempre somos conscientes, aunque la utilizamos
constantemente en prácticamente todos nuestros actos, hacia nosotros
mismos y para inuenciar los comportamientos de los demás.
Piense el lector en sus comportamientos rutinarios y busque las conse-
cuencias que lo motivan a hacerlos, tenga en cuenta que las consecuencias
no tienen que ser necesariamente materiales, más bien la mayoría son espi-
rituales, sociales, en n, subjetivas. Piense también en los actos que realiza
para lograr determinados comportamientos de otras personas. ¿Represen-
tan estos actos directa o indirectamente consecuencias para estas terceras
personas? De nuevo tenga en cuenta que las consecuencias pueden ser
positivas para las personas, con lo cual refuerza un tipo de comportamien-
to deseado, o pueden ser negativas, con lo cual desestimula algún tipo de
comportamiento no deseado. Este es, por ejemplo, el principio psicológi-
co que se utiliza al emplear las multas de tránsito: tratan de desestimular
comportamientos inseguros en las vías (si se pregunta el porqué de todos
modos hay tantas violaciones de tránsito, siga leyendo y más adelante eva-
lúe el tipo de consecuencia —multas— que se está utilizando, así como su
frecuencia y signicado).
Por otra parte, no puede soslayarse el hecho de que una consecuencia que
siguió a un comportamiento en el pasado se convierte de hecho en un an-
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