Introducción - Creer y saber. O la filosofía-de-la-reflexión de la subjetividad en la plenitud de sus formas como filosofía de Kant, de Jacobi y de Fichte - Libros y Revistas - VLEX 857329294

Introducción

AutorG. W. F. Hegel
Cargo del AutorEstudió Filosofía y Teología en Tubinga, donde tuvo como compañeros a Friedrich Schelling y al poeta Friedrich Hölderlin
Páginas13-28
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INTRODUCCIÓN
[1. Aspecto actual del conflicto entre la razón y la fe]
[1] La cultura ha elevado de tal manera a nuestro tiempo por
encima de la antigua oposición entre la razón y la fe, entre la
filosofía y la religión positiva, que esa contraposición entre
creer y saber ha adquirido un sentido muy diverso y ha sido
trasladada ahora al interior de la filosofía misma. Que la filo-
sofía sea una sierva de la fe —tal como se decía antiguamente,
y contra lo cual la filosofía afirmó de manera inquebrantable
su absoluta autonomía—, tales representaciones o expresio-
nes han desaparecido, y la razón, si por lo demás es razón lo
que se da ese nombre, se ha hecho valer de tal manera en la
religión positiva, que hasta una disputa de la filosofía contra lo
positivo, milagros y asuntos semejantes será considerada como
algo superado y oscurantista; y Kant, con su intento de revivir
la forma positiva de la religión con un significado tomado de
su filosofía, no ha tenido suerte alguna, no porque con ello se
cambiara el sentido peculiar de aquellas formas, sino porque
no parecía ya que ellas merecieran ese honor. Cabe, sin em-
bargo, preguntar si la razón triunfadora no ha experimentado
precisamente el destino que suelen tener las fuerzas vencedoras
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de las naciones bárbaras frente a la debilidad subyugada de las
más cultas, al mantener la supremacía en el dominio externo,
pero, en cuanto al espíritu, verse sometidas a los vencidos. El
glorioso triunfo reportado por la razón ilustrada sobre aque-
llo que, de acuerdo con lo menguado de su comprensión de
lo religioso, ella consideraba que se le contraponía como fe,
visto a la luz no es otro, sino que, ni lo positivo contra lo cual
ella luchaba se mantuvo como religión, ni tampoco ella, que
había triunfado, se mantuvo como razón, y la criatura, que se
cierne triunfante por encima de esos cadáveres como el hijo
de la paz que los une, tiene en sí tan poco de razón como de
fe genuina. {1-2}
[2] La razón que se hallaba ya de por sí [an und für sich]
desmejorada por haber comprendido la religión únicamente
como algo positivo y no de manera idealista, no ha podido
hacer nada mejor que, pasada la lucha, mirarse en adelante a
sí misma, lograr su autoconocimiento y reconocer su no-ser, al
poner lo mejor de ella ––ya que solo es entendimiento–– como
un allende en una fe por fuera y por encima de ella, como ha
sucedido en las filosofías de Kant, de Jacobi y de Fichte, y al
convertirse de nuevo en sierva de una fe. Según Kant, lo su-
prasensible no es apto para ser conocido por la razón; la idea
suprema no tiene a la vez realidad1. Según Jacobi, la razón se
avergüenza de mendigar, y para labrar la tierra no tiene manos
ni pies2; al ser humano solo se le ha otorgado el sentimiento
y la conciencia de su ignorancia de lo verdadero, únicamente
el presentimiento de la verdad en la razón que solo es algo
en general subjetivo e instinto. Según Fichte, Dios es algo
inconcebible e impensable; el saber solo sabe que nada sabe
1 Hegel utiliza dos términos para ‘realidad’: Realität y Wirklichkeit. Para dife-
renciar al segundo, que conlleva la raíz wirk- que expresa acción, se traducirá
como ‘realidad-efectiva’ (N. del T.).
2 Jacobis Werke, Bd. IV, Abt. 1; S. 214. La fórmula remite a la parábola del
siervo infiel narrada en el Evangelio de Lucas 16, 1-8 (N. del T.).

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