Justificaciones, influencias y antecedentes - La tensión entre lo jurídico y lo político. Un debate sobre la juridicidad de la mediación internacional - Libros y Revistas - VLEX 777688593

Justificaciones, influencias y antecedentes

AutorLaura Betancur Restrepo
Páginas13-36
CAPÍTULO PRELIMINAR
JUSTIFICACIONES, INFLUENCIAS Y ANTECEDENTES
En este capítulo haré una breve mención a algunas de las influencias teóricas
más importantes que sustentan este estudio, así como algunas explicaciones y
limitaciones de lo que quiero hacer con él. En ese sentido, comenzaré refirién-
dome a la aproximación teórica que defiendo (§1 y §2). Luego, hablaré de las
limitaciones temporales y tipos de fuentes que voy a tener en cuenta (§3). Por
último, mencionaré algunos antecedentes sobre el concepto de la mediación en
derecho internacional antes del periodo histórico elegido (§4).
§1. Discursos y sensibilidades internacionalistas
El estudio que hago sobre cómo se ha entendido la mediación, cómo se ha di-
ferenciado (o confundido) con otros mecanismos y cuál ha sido su lugar en el
derecho internacional se hará influenciado por una perspectiva histórico-crítica
de y para el derecho internacional. Esta perspectiva analiza diferentes narrativas
históricas sobre cómo la doctrina internacionalista ha entendido el derecho in-
ternacional en diferentes momentos y contextos. A continuación, voy a elaborar
algunos aspectos e influencias importantes sobre lo que entiendo por perspec-
tiva histórico-crítica y cómo es relevante para mi estudio.
Para examinar la manera como se ha entendido el concepto de la mediación in-
ternacional en el derecho internacional, resulta pertinente ver cómo se ha estu-
diado este en diferentes contextos y momentos por la doctrina internacionalista,
al tiempo que se da seguimiento a los instrumentos jurídicos más importantes
sobre el tema de la resolución pacífica de conflictos. Mi interés por estudiar
los instrumentos jurídicos no es el de hacer un estudio dogmático que permita
definirla “correctamente”, o hacer un seguimiento sobre el “progreso” de la
mediación internacional y los otros mecanismos en los instrumentos de derecho
internacional, sino el de examinar la influencia de la doctrina en ellos, ver de qué
forma se plasmaron o no los cambios sugeridos por ella, así como dar segui-
miento a los cambios del papel que se le otorga a los diferentes mecanismos de
resolución de conflictos en el derecho internacional.
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La tensión entre Lo jurídico y Lo PoLítico
El énfasis gira, entonces, alrededor de la doctrina internacionalista, lo cual me
permite aproximarme al estudio de la mediación analizando la manera como di-
versos discursos o narrativas internacionalistas han comprendido la mediación
internacional. Con este estudio doctrinal tampoco busco mostrar una línea fija
sobre la “evolución” o “involución” del concepto, sino ver las fluctuaciones
doctrinales, con especial énfasis en las narraciones históricas de diferentes auto-
res. Esto con el objetivo de poder entrever las sensibilidades en que se dan los
distintos discursos o narrativas doctrinales y así tratar de entender por qué la
atención se centra en ciertos temas, mientras que otros se dejan de lado.
Acá es importante señalar que al hablar de discursos (o narrativas) sigo de cerca
los lineamientos del filósofo francés Michel Foucault8. Para este autor es im-
posible separar al locutor de su discurso: el discurso no es un simple vehículo
(transparente, neutro, ajeno) de una idea (externa, significante, subjetiva). El dis-
curso existe materialmente con y en su enunciación misma, es un acto singular y
subjetivo con una fuerza y poder propios y nunca es objetivo o verdadero. Para
enfrentar la aparente veneración y respeto por el discurso (o lo que Foucault
llama logofilia y que para él parece imperar en la tradición occidental), propone
“poner en duda nuestra voluntad de verdad; restituir al discurso su carácter de
acontecimiento; levantar finalmente la soberanía del significante”9.
Lo anterior contiene ciertas exigencias metodológicas para lo cual propone
cuatro principios: (1) principio de trastocamiento: en los lugares donde la tra-
dición parece utilizar las figuras como las del autor, la disciplina o la voluntad
de verdad, es preciso reconocer el “juego negativo” y el enrarecimiento que ha
sufrido el discurso, para dejar de considerar esas figuras como fundamentales y
creadoras de este. (2) Principio de discontinuidad: no tratar de encontrar “deba-
jo” de los discursos enrarecidos un discurso “ilimitado, continuo y silencioso”,
sino entender que los discursos son discontinuos, que se yuxtaponen o cruzan,
se ignoran o se excluyen10. (3) Principio de exclusividad: el discurso es “una vio-
lencia que hacemos a las cosas” no tiene sentido, entonces, pretender que el dis-
curso nos está transmitiendo unos significados previos que debemos descifrar.
(4) Principio de exterioridad: no hay que buscar un núcleo o corazón oculto
en el discurso, un significante que se manifiesta en el discurso, sino analizar el
discurso mismo, su materialidad, sus condiciones externas de posibilidad junto
con las motivaciones de su aparición.
8 Véase Michel Foucault, El orden del discurso: Tusquets, [1970] 1992.
9 Ibid., p. 43.
10 Ibid., p. 44.
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