El lado oscuro del capital - Economía para el ser humano. Sentido y alma del capital - Libros y Revistas - VLEX 857251814

El lado oscuro del capital

AutorUlrich Hemel
Cargo del AutorCursó estudios de licenciatura en Filosofía, Teología, Economía y Ciencias Sociales en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (Italia) donde se graduó summa cum laude y realizó su doctorado en Teoría de la Pedagogía de la Religión en la Universidad de Regensburg (Alemania)
Páginas89-119
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CAPÍTULO IV. EL LADO OSCURO
DEL CAPITAL
El lado luminoso del capital como leitmotiv del mejoramiento
en las condiciones de vida, como condición de las acciones que
le otorgan sentido a la libertad personal y como medio que hace
posible la búsqueda de felicidad, es solo uno de sus aspectos.
Su lado oscuro, que podemos experimentar diariamente, no
puede ni debe ser silenciado, al ser el aspecto contrario del lado
luminoso. El dinero, como medio de una economía capitalista,
se muestra ambivalente, incluso cuando los sistemas de seguri-
dad social, en el marco de una economía de mercado, mitigan
las más penosas enfermedades. Y esto tiende a ser cada vez
menos el caso, incluso en los países con un sólido sistema de
seguridad social. Así, por ejemplo, en Alemania la desigualdad
social va en crecimiento.
Es fácil entender que el dinero es, sobre todo, el medio
circu lante, como lo da a entender la corriente de agua en un
río; mientras que el capital, por el contrario, es la forma coa-
gulada de acumulación del dinero; como una represa que no
fluye, ni tampoco debe fluir, porque contiene la fuerza potencial
del agua, que puede mover grandes turbinas o, en caso de una
avería, causar daños enormes.
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Ulrich Hemel
1. eL imperativo deL incremento
Lo primero que se observa en el lado oscuro del capital es el
imperativo del incremento que le es inherente, como si llevara
marcada la consigna: suficiente nunca es suficiente. Precisamente
por ello es tan difícil disfrutar de la riqueza y del patrimonio, por-
que el disfrute establece como presupuesto soberano: ¡apartarse
de la lógica del incremento y del constante acrecentamiento!
El lado oscuro del capital, en la lógica del incremento inexo-
rable, es sobre todo seductor. Altius, citius, fortius (más alto,
más rápido, más fuerte), como lema de los Juegos Olímpicos,
es trasladado a la vida práctica cotidiana, donde significa: “más,
y siempre más”, porque “suficiente nunca es suficiente”. No
deja de ser extraño que el consumidor insatisfecho se incline
más a esa lógica del mercado que el consumidor satisfecho. Por
eso, el tema central de la publicidad, de las conversaciones y
de la vida social no suele ser cómo satisfacer las necesidades,
sino cómo crearlas.
Es claro que se trata de una lógica de oropel y de abalorios.
El carácter insaciable de la voluntad capitalista lleva a la falsa
infinitud, porque cada partícula de bienestar, cada nueva lógica
de superación y cada nuevo incremento, que no conoce límites,
se logra con un esfuerzo cada vez mayor. Donde no hay lími-
tes, no hay, por principio, identidad. Se dice, entonces, que “la
meta es el camino”, pero ello no es cierto: la lógica del eterno
incremento es igualmente una lógica de no autodeterminación,
de dependencia, que conduce finalmente a profundas crisis
tanto individuales como sociales.
El imperativo del incremento estimula la comparación so-
cial y fomenta el resentimiento y la envidia. Quien se compara
con otros, busca aquellos aspectos que le permiten mostrarse
superior e inflar así su propio ego. Pero con frecuencia se fija
también en aquellos puntos que provocan disgusto. Alguien
es muy inteligente, pero se siente demasiado gordo; otro es
un excelente deportista, pero se considera feo; el siguiente se

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