Neurociencias y derecho - Neurociencias y derecho: reflexiones sobre la cognición social, el libre albedrío, la dignidad humana, la culpabilidad y la prueba novel - Libros y Revistas - VLEX 950069863

Neurociencias y derecho

AutorCarlos Arturo Gómez Pavajeau, Carolina Gutiérrez de Piñeres Botero
Páginas95-121
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neurociencias y derecho
La neurociencia se define por los expertos como la “disciplina que estudia el
desarrollo, estructura, función, farmacología y patología del sistema nervioso”,
a través del estudio de los procesos químicos y físicos que ocurren a lo largo de
todo este sistema. Los prefijos “neur”, “neuri” y “neuro”, que siempre aparecen
asociados a expresiones utilizadas en nuestra temática, están referidos “al nervio
o al sistema nervioso”, por lo que la expresión “neural” se asocia con “las células
nerviosas (neuronas) o partes de ella (dendritas y axones)”1.
El sistema nervioso humano es un conjunto de estructuras, que incluyen
receptores, nervios, neuronas, entre otros, conectadas entre sí y que dan origen,
desde el punto de vista anatómico, a dos subsistemas: el sistema nervioso central
(snc) y el sistema nervioso periférico (snp); y desde el punto de vista funcional
al sistema vegetativo o autónomo (sna) y al sistema nervioso somático (sns)2.
La integración de estos sistemas hace posible la inteligencia, el pensamiento,
el lenguaje, el movimiento, la toma de decisiones, el razonamiento moral y las
emociones, por mencionar algunos de los muchos procesos que gracias a este
sistema son posibles. La principal función del sistema nervioso es la de recibir
estímulos tanto del medio externo como del interno, organizarlos y hacer que se
produzca una respuesta, todo con el objetivo de tener éxito en la supervivencia,
la adaptación y garantizar así la subsistencia de las especies.
El sistema nervioso central está integrado por el encéfalo y la médula espinal,
ambos compuestos por dos tipos de sustancias: la gris y la blanca. La primera
obtiene su color gracias a la cromatina de los núcleos celulares, está formada
por los cuerpos de las neuronas, la mayoría de las dendritas, axones no mieli-
nizados y por células de la glía. Es el lugar donde se producen las sinapsis. En
la médula esta sustancia forma astas y en el encéfalo forma los núcleos (como
el tálamo, la amígdala y los núcleos basales) y la corteza (situada en la periferia
del cerebro y en el cerebelo)3.
De otro lado, la sustancia blanca está compuesta por fibras nerviosas mie-
linizadas, las cuales contienen un gran número de axones encargados de la
transmisión de información entre neuronas.
El encéfalo o cerebro es un órgano denominado el “asiento de las funciones
mentales superiores”, y es el principal responsable de procesos y funciones
1 mora y sanguinetti, ob. cit., pp. 172 y 173.
2 nieuWenhuys. El sistema nervioso central humano, Panamericana, 29, pp. 337-356.
3 nieuWenhuys, ob. cit., pp. 87-818.
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como la memoria, el lenguaje, el procesamiento de la información, la vida en
sociedad, la toma de decisiones, las emociones, entre otras. Este órgano forma
un sistema que no funciona aislado de otros sistemas y se subdivide en cerebro
anterior, medio y posterior, involucrando cuatro estructuras conocidas como
telencéfalo, diencéfalo, tallo cerebral y cerebelo. Posee dos mitades denominadas
hemisferios, ubicados a la derecha e izquierda de una estructura conocida con
el nombre de cuerpo calloso, cuya principal función es llevar información de
la corteza cerebral a un lado del cerebro en la misma región que del otro lado.
Estas subdivisiones son útiles cuando se intenta entender las funciones que
cumple cada una de ellas.
El telencéfalo es la región más grande del sistema nervioso central. Está con-
formado por la corteza cerebral, la sustancia blanca subyacente, los ventrículos
laterales y los núcleos de la base (estriado [putamen y causado] y pálido [interno y
externo]). Esta región tiene funciones conscientes, sensitivas, motoras, planeadas,
voluntarias y motivadas, relacionadas con funciones superiores como el lenguaje,
la planeación, la toma de decisiones, el pensamiento, la planeación, el monitoreo,
entre otras.
El diencéfalo está conformado por el tálamo, el hipotálamo (hipófisis), el
subtálamo y el epitálamo (habénula y glándula pineal). El tálamo es un centro
de integración y relevo de una serie de estímulos sensoriales. El hipotálamo hace
parte del sistema endocrino e influye sobre el control hormonal y la actividad
visceral. El subtálamo5 está asociado con el sistema motor y presenta conexiones
con los núcleos de la base. El epitálamo está conformado por la habénula y la
glándula pineal y participa en la producción de melatonina y en la regulación
de los ritmos circadianos. El diencéfalo hace parte de un sistema más grande
denominado sistema límbico, considerado el asiento de nuestras emociones,
sobre el cual se profundizará más adelante.
El tallo cerebral6 está conformado por mesencéfalo, protuberancia, puente
y bulbo o médula oblongada. Esta región une al encéfalo con la médula espi-
nal; además, sirve de puente para diversas vías ascendentes y descendentes.
Por esta región pasan nervios craneales y vías sensitivas y motoras. Participa
en funciones como la lacrimación, la respiración, la temperatura corporal, los
movimientos corporales involuntarios como la tos, la deglución y el vómito, el
control cardiorrespiratorio y la sensación de hambre. Además, es el encargado
de transmitir los mensajes sensoriales de dolor, calor y frío.
Ibid., pp. 281-322.
5 alcázar. Texto de neurociencias cognitivas, México, El Manual Moderno, 21, pp. 51-63.
6 Ibid., pp. 61-65.

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