Nuevas ideas para viejas estrategias: cooperación y gobernanza desde la Unión Europea en el posacuerdo de Colombia
Autor | Miguel Gomis |
Cargo del Autor | Politólogo especializado en Iberoamérica por Sciences-po París, Doctorando en Ciencia Política y RRII por la Universidad Complutense de Madrid & IUIOG, con Máster en RRII especialidad Finanzas y Estrategia de Sciences-po París, Máster en Gobierno y Administración Pública del IUIOG y UIMP |
Páginas | 443-480 |
Nuevas ideas para viejas estrategias:
cooperación y gobernanza desde la Unión
Europea en el posacuerdo de Colombia1
Miguel Gomis2
Introducción
El primero de octubre 2015, Federica Mogherini, alta representante de la
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en su ruta hacia la normalización, al tiempo que se posiciona de cara a las
entendido algo de sus experiencias latinoamericanas: los conjuntos re-
gionales han resultado ser interlocutores menos efectivos de lo esperado.
ideas para estrategias ya conocidas. Las relaciones se redirigen hacia los
1 Un especial agradecimiento a la diplomática colombiana María Angélica García Yatte.
2 Politólogo especializado en Iberoamérica por Sciences-po París, Doctorando en Ciencia Política
y RRII por la Universidad Complutense de Madrid & IUIOG, con Máster en RRII especialidad
Finanzas y Estrategia de Sciences-po París, Máster en Gobierno y Administración Pública del
IUIOG y UIMP. Consultor en gobernabilidad y gestión pública latinoamericana. Docente de la
Ponticia Universidad Javeriana de Bogotá.
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países por separado al tiempo que proponen una mezcla entre coopera-
ción y liberalización comercial. Se genera entonces interdependencia eco-
nómica al tiempo que se reconoce que la integración regional en América
Latina y el Caribe (ALC) no puede seguir la misma progresión que la ex-
periencia europea, la cual ha marcado indudablemente iniciativas como el
Mercosur (Dri, 2010).
cierto es que algunos cambios internos han originado una heterogenei-
dad entre las estrategias y los compromisos de los países (Sanahuja,
2008). A pesar de querer lanzar la tan anunciada alianza estratégica de
distintos a los de ALC. El alejamiento en las preocupaciones regiona-
les tiene repercusiones claras en cómo ambas regiones se piensan e in-
teractúan. Además, las narraciones y los imaginarios de la integración
internas. Los actores europeos así como estadounidenses han de com-
prender que las razones de ser de las alianzas han mutado (Boniface,
2001) y que hay una distancia entre sus visiones, anhelos y realidades.
La vía estadounidense centrada en la estabilidad y la interdependencia
comercial preferida por los europeos muestran claras limitaciones que
los otros actores internacionales, entre ellos China, están aprovechando.
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ciones de sus partenariados estratégicos, lo cual crea de facto una com-
petencia entre cooperantes sobre esquemas de valoración diferentes a
las cifras monetarias.
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ceptos y verdades como las fronteras, tan relevantes en las narrativas de
política exterior misma; se enfrenta a sus propios límites. Las estrategias
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lar dependen del restablecimiento de la credibilidad del euro, de la uni-
dad de mensaje y política entre los países miembros, así como una política
exterior coherente con el nuevo contexto internacional (Smith, 2013). El
primer criterio se ha conseguido a pesar de los tanteos y tambaleos liga-
dos a la recurrente crisis griega; los dos otros son tareas pendientes.
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do esté marcada por sus problemas internos en dos niveles. Primero, lo
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ve de manera efectiva, yendo más allá de las posturas y las declaracio-
progresando. Desde China o Rusia la crisis del euro y la defensa de los
valores democráticos no son percibidos como inherentemente positivos
(Chaban y Elgström, 2014). De la misma manera, en ALC la percepción es
igualmente mitigada entre los países adheridos a la nueva izquierda ade-
más de los recelosos de su independencia para maniobrar en el escenario
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más dinámicos, con China a la cabeza. Sin embargo sigue existiendo una
dependencia de cara a la formulación de la agenda (económica y geopolí-
sistema de gobernanza mundial (de Zoysa y Newman, 2009).
Esta contradicción se explica por la multiplicación de subagendas
que no compiten de facto con la agenda global pero permiten a las nuevas
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tiza las contradicciones y limitaciones de su capacidad exterior. La inter-
dejó claro que aunque la agenda siga ligada a la gestión de las amenazas
a la seguridad internacional (llámense DAECH o separatismos como en
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marcada por la desilusión del Tratado Constitucional de 2005.
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radójica con Colombia. Se entiende que la visión de la cooperación sigue
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dad, inclusión social y política) así como contra los factores que han faci-
por su lado, ha privilegiado de manera directa la inestabilidad derivada de
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