Presupuestos para caracterizar la cultura integracionista latinoamericana
| Autor | Pablo Guadarrama González |
| Páginas | 151-179 |
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Capítulo 6
Presupuestos para caracterizar la cultura
integracionista latinoamericana
Pablo Guadarrama González
¿Cómo citar este capítulo? / How to cite this chapter?
Guadarrama González, P. (2022). Presupuestos para carac terizar la cultura in-
tegracionista latino americana. En C. P. Sacristán-Rodríguez y F. Loss de Arau-
jo (Eds.), Integ ración lati noamerica na en tiem pos de ince rtidumbre (v ol. 12,
pp. 151-179). Ediciones Universidad Cooperativa d e Colombia . https://d oi.
org/10.16925/9789587603811
La integración no depende solamente de la voluntad política de go-
bernantes, f uncionarios o empresarios, ya que está condicionada
multifactorialmente; entre los factores que la afecta se encuentra la cultura
integracionista. El objeto del presente análisis , basado en la losofía polí-
tica, consiste en analizar algunos de los presupuestos más comunes sobre
la incidencia de la cultura en los procesos integracionistas a través de sus
principales formas.
En ning una época hi stórica, todo lo elaborado por el p ensamiento hu
-
mano y por la cultura, en general, de un pueblo especíco puede ser consi-
derado digno de ser incluido en la herencia cultural y, en consecuencia, de
formar parte sin selectividad alguna de la cultura universal. Solo aquello que
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INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
axiológicamente deba ser apreciado como un valor, y no un antivalor, habrá
de formar parte de dicha herencia. Por tal motivo, aquellos fenómenos ena-
jenantes que frenan la integración latinoamericana no deben ser considera-
dos inherentes a la conformación de la cultura que la propicia.
Las ideas nacionalistas estrechas, racistas, chovinistas, regionalistas, etno-
céntricas y elitistas que fomentan la división de los pueblos latinoamericanos
no deben considerarse parte de la cultura integracionistas. No deben ser
analizadas con base en la presunta “neutralidad axiológica” weberiana, sino
criticadas por su nocivo efecto.
Tales ideas que constituyen excrecencias sociales devienen, uyen, dejan
su huella y pueden proliferar si encuentran las condiciones favorables para
ello, pero, no están encaminadas a marcar el rumbo fundamental del devenir
de la herencia cultural. En verdad, la tradición humanista práctica, el opti-
mismo gnoseológico y ético, así como las manifestaciones de conanza en el
progreso social, entre otras ideas de signo positivo, son las que dignamente
merecen ser consideradas las más sustanciales y, por lo tanto, representativas
de la herencia cultural de un país o una región.
Aquellas ideas q ue no s e inscriben en lo que debe considerarse la van-
guardia de l legado cultural no deben ser ocultadas ni terg iversadas, sino
presentadas con el necesario análisis crítico que les posibilite a las nuevas
generaciones tomar una actitud correcta ante ellas, pues de lo contrario, se
corre el riesgo de que por ser ocultadas o incluso perseguidas llamen más la
atención de lo que normalmente deberían hacerlo y produzcan, a la larga,
un efecto mucho más negativo que si se hubieran dado a conocer de mane-
ra oportuna y debidamente enjuiciadas. En todo momento histórico, cada
pueblo debe conocer y cultivar aquellas ideas que constituyen una legítima
y enorgullecedora representación de la herencia cultural particular, pero sin
ningún tipo de regionalismo que hiperbolice sus méritos, del mismo modo
que no puede permitir que sean subvaloradas.
Según el criterio de que la “cultura integracionista” la constituyen aquellas
ideas y acciones propiciadoras de un mayor grado de dign icación de los
pueblos a través de su unión, en aras de facilitar el intercambio recíproco de
productos (Biagini, 2000, pp. 118-119), pero no solo y de procesos materiales
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