Prólogo - El ascenso de Geras. Seguridad en la atención del anciano hospitalizado - Libros y Revistas - VLEX 588766946
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Prólogo

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Vincent
AutorRafael Riveros Dueñas
Cargo del AutorProfesor emérito de la Universidad del Rosario, Director Científico de Méderi
Páginasxiii-xvi
xiii
Prólogo
Cuando Francisco González me honró con la inmerecida labor de este
múltiplo libro acerca de la atención del anciano hospitalizado, no hube
más que sentirme orgulloso en disertar sobre un tema que de un tiempo
acá me ha infatuado: cómo envejecer y cómo ejercer el derecho y el deber
de ser atendido bien, no solo por la familia y el entorno, sino también por
parte del equipo cuidador de nuestra salud.
Antes de analizar y promover la lectura de un texto, me centro en la
sustancia que en este cerebro de privilegiado ha logrado plasmar en hecho
las  que Francisco se ha propuesto en su vida propia. Y no deja
de maravillarme la creatividad, la facción de los hechos, que no los sueños
propuestos, por su fertilidad neurológica y productiva.
En Francisco no solo se vive su viveza, sino la inquietud permanente
ante la sorpresa que le producen los otros, nosotros los seres humanos de
quienes aprende y extracta; pero, sobre todo, nos enseña permanentemente
todo lo que haya que aprender y construir. Con él no hay silencios ni vacui-
dades. Todo en él es actividad permanente en la velocidad que caracteriza,
afortunadamente, al internista. Y no es esta actividad desprovista del humor
y del gracejo, siempre creativo. No hay juicios en su ejercicio, sino propues-
tas de trabajo en la mejoría, sea de la relación humana, de la mejoría del
enfermo o del inicio y la creación de un proyecto.
El ejemplo de Francisco, en lo prolíco de su vida propia y de su en-
torno íntimo y extendido, da para un análisis profundo del viaje que desde
su vida consciente ha emprendido: construirse para servir y servirse de los
otros, en el mejor sentido. Francisco logra extractar lo mejor de nosotros, si
es posible. Si no lo es, hace un intento nuevo y hasta allí, p orque no se debe
perder el tiempo en ocios vanos.

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