Respeto por la persona y la vida - Integridad moral de las empresas - Libros y Revistas - VLEX 930832970

Respeto por la persona y la vida

AutorHoracio Martínez Herrera
Páginas47-72
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1. El respeto
En el proceso económico se debe respetar la dignidad y la
centralidad de la persona humana. Esto significa reconocer a los
demás como iguales a uno, no manipularlos y promover su desa-
rrollo personal. La actitud fundamental de respeto es la base de
todos los modos de conducta moral ante nuestro prójimo y ante
nosotros mismos(D. von Hildebrand).
El respeto por las personas y por toda forma de vida es el cen-
tro de la cultura. No sólo hay que respetar la vida humana sino
también la vida en la naturaleza. La persona con ética respeta la
vida y no la destruye.
El respeto por la persona autónoma
Nosotros somos personas, por lo cual tratar y lograr conocer-
nos es comprender lo que es persona. La persona se revela en
nosotros como un YO. El Yo es "el fondo último de mi ser y de
mi historia, que está presente en todos los procesos de mi tiempo
vivido como centro intemporal, que se reconoce en su pasado,
que responde de él, que recoge la correspondiente gloria o ver-
güenza, que permanece cuando pasan sus estados" (J. Guitton).
Analizando lo que es el Yo encontramos:
a) Que el Yo es la auto posesión consciente del propio ser, lo
cual revela que la persona es un ser reflexivo. Reflexión es el
poder de la conciencia de replegarse sobre sí misma, y de tomar
posesión de sí misma como de un objeto dotado de una consis-
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Respeto por la persona y
la vida
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tencia y un valor particulares: no solamente conocer, sino cono-
cerse; no solamente saber, sino saber que se sabe.
b) Que el Yo es el sujeto inmutable de todos los actos huma-
nos. Yo veo, Yo leo, Yo estoy alegre, Yo amo: la naturaleza de
los actos cambia pero el sujeto que lo respalda es único. El Yo es
el centro intemporal de los actos de conocimiento y de voluntad
de mi ser. Intemporal porque se reconoce idéntico con su pasado
y proyectado hacia el futuro.
c) Que el Yo es el sujeto responsable de los actos libres. Es el
Yo aquel centro íntimo donde nos sentimos llamados por los va-
lores. El Yo es aquello que se siente responsable de sus actos de
respuesta o de rechazo a los valores morales.
Tratando de expresar nuestra experiencia de lo personal, po-
demos definir la persona como el individuo capaz de conocerse a
sí mismo y que es sujeto de actos libres.
Individuo: la susta ncia singular y completa que constituye un
todo.
Capaz: la mera potencialida d de ejercer a ctos personales. Un
feto y un loco son personas.
Conocerse a sí mismo: dotado de reflexión y lo tanto un ser
espiritual.
Sujeto de actos libres: ser con liberta d.
La persona es un fin en sí mismo
El carácter personal hace de un ser un fin en sí mismo. La
persona como espíritu dotado de conocimiento y amor es supe-
rior a los seres materiales y merece que se le respete y no se le
"use" como un objeto. La persona humana es un ser espiritual,
pero limitado en su naturaleza, que está dotado de unicidad y
singularidad, de independencia e indivisión interior.
Por ser un fin en sí (para otros y para sí misma) la persona es
sujeto de derechos. Es un fin en sí, un ser para sí, aunque no en
sentido absoluto y total, porque es un fin en dependencia de
Dios, fin último de todas las cosas y personas finitas.
Como persona el hombre tiene el poder de dominar y juzgar
el mundo. "El hombre no es sino un junco, el más débil de la na-
turaleza; pero un junco que piensa. No es menester que el univer-
so entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota de agua

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