Retomemos la empresa, distribuyendo los excedentes - Retomemos la economía. Una guía ética para transformar nuestras comunidades - Libros y Revistas - VLEX 851267550

Retomemos la empresa, distribuyendo los excedentes

AutorJ. K. Gibson-Graham/Jenny Cameron/Stephen Healy
Páginas81-118
Retomemos la empresa, distribuyendo
los excedentes
¿Qu é
son
las empresas?
Las empresas son organizaciones en las cuales se producen e intercam-
bian bienes y servicios. En ellas, empresarios y trabajadores transfor-
man los recursos, la tecnología y el trabajo en algo nuevo. El mensaje
tradicional es que la empresa es la fuente del crecimiento económico
de la cual uyen riqueza y bienestar.
A pesar de esta retórica, muchas de las empresas no están pri-
mordialmente organizadas alrededor de producir para el bien mayor.
Para usar una frase familiar “una empresa es para resolver problemas,
obteniendo ganancias”. Es el deseo por la ganancia lo que alimenta la
dedicación —e, inclusive, la obsesión— especialmente por parte de
los propietarios de las empresas.
Aunque para algunas personas las empresas son una fuente
de gran recompensa individual para otras son un lugar de adversi-
dad y opresión —un lugar plagado de explotación—. Para otras, las
empresas son simplemente un lugar para trabajar y ganarse la vida, un
ambiente que exige las mejores horas de vigilia.
Entonces ¿qué sucede realmente con la ini-
ciativa empresarial? Una forma de mirar esto es
seguir el proceso por medio del cual la vieja rique-
za se transforma en una nueva. Por el momento,
vamos a centrarnos en las empresas que producen
algo y luego lo venden (sea un bien o un servicio)
más que en aquellas que compran y venden pro-
ductos ya existentes.
k
La responsab ilidad social
de las empresas es aumentar
las ganancias.
Milton Friedman,
New York Times
81
Las empresas usan riqueza almacenada, a la que usualmen-
te nos referimos como recursos económicos, para adquirir insumos
laborales e insumos materiales, tales como materias primas, terrenos,
edicios y maquinaria. Durante el proceso de producción, el trabajo
se agrega a la riqueza de insumos ya existente para así producir algo
cuyo valor ampliado se reeje en el proceso de venta. Dependiendo
de la estructura de propiedad y gobierno de la empresa, esta nueva
riqueza es compartida por los productores directos (los que producen
directamente los excedentes) y los no productores (los que no produ-
cen directamente los excedentes), tanto dentro de la empresa como
fuera de ella.
Durante los últimos  años, una forma de generar empre-
sa, la empresa capitalista, ha sido elogiada como la mejor forma de
organizar la transformación de riqueza y alcanzar la producción más
eciente. La planta y los equipos en una empresa capitalista son de
propiedad privada. A los empleados se les pagan salarios por trabajar
durante determinados períodos de tiempo, las mercancías se produ-
cen y se venden en los mercados mientras las ganancias son acumula-
das de manera privada por los propietarios o socios de las empresas.
Lo que se argumenta es que las ganancias privadas brindan el incenti-
vo apropiado para que los empresarios asuman riesgos, compitan con
otros empresarios y hagan su mayor esfuerzo para alcanzar mejores
resultados. Y que la recompensa privada tiene benecios que uyen
constantemente hacia la mayoría en forma de mercancías más baratas.
El mayor punto débil de este argumento es que al privilegiarse
la ganancia en la solución de problemas, se pasa por alto que hemos
sobrepasado el nivel sostenible del uso de los recursos. El agotamiento
de nuestro ambiente ha crecido exponencialmente. La nueva riqueza
producida por las empresas capitalistas ha agotado de forma voraz
minerales, energía no renovable, la fertilidad de los suelos y especies
de plantas y animales. Estos invaluables “regalos” de la naturaleza han
sido transformados en ganancias privadas mientras la ecología y la
atmósfera han sido degradadas a tal punto que las formas de vida se
ven amenazadas. Únicamente hasta ahora nos estamos dando cuenta
de qué tan seriamente estos  años de industrialización han afecta-
do la salud planetaria.
82 • RETOMEMOS LA ECONOMÍA
En la cima de este problema fundamental está el hecho de que las
nuevas riquezas creadas por las empresas capitalistas no han elevado
equitativamente los estándares de vida en general. Es verdad que en
algunos lugares los niveles de consumo individual y colectivo han cre-
cido rápidamente y que muchas personas ahora están llevando unas
formas de vida inimaginables para una o dos generaciones anteriores.
Pero la distribución de nuevas riquezas ha producido mayor inequi-
dad que nunca antes, tanto dentro de los países como entre ellos. En
el , el  de la población mundial era propietaria del  de
lariqueza global y el  de la población era propietaria del  dela
riqueza mientras que el  de la población mundial escasamente
poseía el . Es este tipo de inequidad el que ha impulsado a nivel
mundial movimientos ciudadanos como Ocupa Wall Street (Occupy
Wall Street) y que ha dado origen al grito “Somos el ” en oposi-
ción al  de los propietarios con ingresos superiores en quienes se
concentra la riqueza.
Al parecer las empresas son unos de los mayores contribuyentes
a los problemas que enfrentamos en nuestro planeta. Pero ¿pueden
también las empresas ser un medio para el cambio? ¿Podrían orientar
la nueva riqueza hacia el bienestar planetario?
En muchas iniciativas (aunque frecuentemente no se reconozcan
algunas como “empresas”, tales como los hogares, las granjas, las coo-
perativas y las organizaciones estatales y comunitarias) se producen y
distribuyen los nuevos bienes y servicios y se asignan o comparten las
riquezas de modos diferentes. Las preocupaciones éticas giran en tor-
no al reclamo de que la riqueza y la distribución de los benecios sean
identicadas y debatidas. No hay nada que impida a las empresas tra-
dicionales convertirse en un espacio innovador de negociación sobre
la distribución de excedentes entre productores y no productores.
Lo que suceda en las empresas es de vital importancia para la
manera en que vivimos nuestra vida diaria y habitamos nuestro pla-
neta. Para retomar la empresa de modo que contribuya al bienestar
de las personas y del planeta, necesitamos mirar más de cerca quiénes
toman las decisiones sobre la producción y la distribución de la nue-
va riqueza. En algunas industrias de Argentina, el poder de toma de
decisión ha sido trasformado con resultados dramáticos.
RETOMEMOS LA EMPRESA • 83

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