Retomemos la propiedad, comunalizándola - Retomemos la economía. Una guía ética para transformar nuestras comunidades - Libros y Revistas - VLEX 851267553

Retomemos la propiedad, comunalizándola

AutorJ. K. Gibson-Graham/Jenny Cameron/Stephen Healy
Páginas163-199
Retomemos la propiedad, comunalizándola
¿Qué
es
la propiedad?
La propiedad usualmente se reere a todas las cosas que poseemos
y usamos para vivir bien. Si tenemos suerte, tenemos una casa y un
carro así como una serie de otros objetos materiales —las “cosas” que
nos dan confort, estatus, identidad y placer—. Si fuéramos personas
de negocios, nuestra propiedad incluiría toda las cosas que nuestras
empresas necesitan para funcionar exitosamente —sean estas las mer-
cancías que vendemos, el terreno, la planta física y los equipos que
hacen parte de la instalación productiva—.
Cuando pensamos en la propiedad, de manera inevitable pensa-
mos en la propiedad privada, en el mecanismo legal que nos da dere-
cho a usar y controlar lo que poseemos y a obtener las recompensas
que provienen de la propiedad. La propiedad privada nos da un sen-
tido de seguridad. Tomemos la vivienda como ejemplo;
alrededor del mundo las personas aspiran a tener su
propia casa de tal modo que tengan un espacio que es
“suyo” —un espacio que pueden decorar y cambiar tal y
como les gusta, un espacio en el cual pueden invertir su
tiempo y su trabajo, un espacio del cual pueden derivar
disfrute y placer—.
Pero la propiedad privada también signica exclu-
sión. El aviso “Propiedad privada ¡Manténgase alejado!
expresa este mensaje sin rodeos. La propiedad privada
designa a quienes tienen derecho a acceder y usar la pro-
piedad y a quienes pueden derivar benecios de ella.
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La propiedad privada es vista como uno de los pilares funda-
mentales de las democracias modernas. Los individuos que poseen
propiedad son vistos como seres soberanos e independientes que
pueden ejercer libremente sus derechos democráticos y que no tienen
obligaciones con ningún propietario de tierra ni se encuentran ata-
dos a ningún clan. Por supuesto, esta visión excluye tradicionalmente
los derechos de las mujeres y esclavos, quienes, hasta no hace mucho
tiempo, eran considerados formas de propiedad privada y se les nega-
ba el voto democrático.
La propiedad privada también es vista como uno de los funda-
mentos de la economía moderna. El argumento es que la tierra y otros
recursos están mejor en manos de propietarios privados, quienes los
cuidarán y usarán productivamente. Por supuesto, este argumento
ignora las incontables formas en que esta productividad descansa sobre
recursos compartidos como el derecho común y los regalos de la Tierra.
La prominencia que se le ha dado a la propiedad privada no deja
ver otras formas de propiedad que también resultan esenciales para
nuestro bienestar. La propiedad pública, por ejemplo, la posee un
gobierno o autoridad y es administrada en nombre de la ciudadanía y
para su benecio. Y cuando llegamos a nuestro bienestar más básico,
la sobrevivencia depende de muchas cosas que no se poseen formal-
mente —por ejemplo, nuestra atmósfera, las fuentes de agua, la luz
del sol, los recursos del mar y nuestra propiedad intelectual compar-
tida—. Estas son formas de propiedad de acceso abierto que pueden
beneciar a todo el mundo. Pero frecuentemente no hay reglas forma-
les de propiedad y uso y, como resultado, estos recursos esenciales son
fácilmente degradados y se abusa de ellos.
Hoy hay una fuerte presión para privatizar la propiedad pública.
Gobiernos y organizaciones son considerados como administradores
inecientes, incapaces de manejar la propiedad pública y que deben
mantenerse al margen y dejar a los propietarios privados encargarse
de ella. Todas las cosas están disponibles para quienes las quieran, des-
de las carreteras y los acueductos hasta los parques y las bibliotecas.
La propiedad privada también se presenta como la forma más
eciente de administrar los recursos de acceso abierto. La privatiza-
ción está tomando lugar mediante la liquidación de los derechos fami-
liares a recursos tales como el agua, las fuentes pesqueras, los bosques
164 • RETOMEMOS LA ECONOMÍA
y los minerales, al igual que los nuevos
“recursos”, tales como las emisiones
de carbón. La privatización también
se está produciendo mediante la apro-
piación de recursos que están supues-
tamente “improductivos”. Los recursos
de los conocimientos ancestrales de
las comunidades indígenas están sien-
do pirateados y comercializados por
compañías privadas en una nueva ola
de colonización. El suelo submarino
está siendo explotado de forma privada
para adquirir cobre y oro, y el Círculo
Ártico está siendo socavado para obte-
ner mineral de hierro y otros recursos.
Este período de privatización está comenzando en el momento
justo en que nuestras circunstancias globales exigen no solo pensar
y actuar colectivamente sino alejarse de los límites que separan lo
mío de lo tuyo y a ti de mí. ¿Podemos retomar la propiedad y cui-
dar mejor los recursos que nos sostienen a todos quienes habitamos
este planeta? Tenemos la convicción de que podemos, pero para eso
necesitamos considerar las formas de relacionarnos con las cosas que
nos rodean y en especial necesitamos reconsiderar el privilegio de la
propiedad privada.
En la parte norte de Australia, los pueblos aborígenes están cui-
dando “su” tierra no solo para su inmediato benecio como “propieta-
rios” sino para el bien de toda la población australiana. Están creando
un “nosotros” que reconoce bajo circunstancias muy diferentes la
interdependencia entre humanos y entre humanos y planeta. A partir
de su ejemplo, podemos ver cómo podríamos relacionarnos con la
propiedad en formas tales que van más allá de la distinción entre lo
tuyo y lo mío y entre tú y yo.
¿Retomamos un bien común o ponemos bajo llave la riqueza?
Por más de   años, los pueblos aborígenes han ocupado y com-
partido el continente australiano, atravesando grandes acontecimien-
tos de cambio climático y extinción de especies. A lo largo de esta
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