Tipos ideales y casos - La transgresión moral - ¿Por qué los buenos soldados hacen cosas malas? - Libros y Revistas - VLEX 879445149

Tipos ideales y casos

AutorGiovanni Alberto Gómez Rodríguez
Páginas189-207
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Capítulo 2
Tipos ideales y casos
Hemos llevado a cabo la discusión de cada una de las formas de transgresión
moral mediante la formulación de seis tipos ideales predominantes que anali-
zamos con algunos casos documentados. La intención es comparar la realidad
con los tipos ideales a n de determinar la coherencia lógica del fenómeno
según intuimos y hemos descrito—, en función de variables como la vio-
lencia y sus formas o el uso de la fuerza militar. Para comprender mejor cómo
este recurso que integra abstracción y realidad ayuda a nuestro propósito, pre-
sentamos una breve explicación de la forma en que operan según la formula-
ción de Max Weber a quien se atribuye su génesis. En palabras de este autor:
Un tipo ideal se obtiene mediante el realce unilateral de uno o de
varios puntos de vista y la reunión de una multitud de fenómenos
singulares, difusos y discretos, que se presentan en mayor medida
en unas partes que en otras o que aparecen de manera esporádica,
fenómenos que encajan en aquellos puntos de vista, escogidos unila-
teralmente, en un cuadro conceptual en sí unitario. Este, en su pureza
conceptual, es inhallable empíricamente en la realidad: es una utopía
que plantea a la labor historiográca la tarea de comprobar en qué
medida la realidad se acerca o se aleja de ese cuadro ideal.1
De esta forma, Weber alerta sobre la existencia de conceptos y fenóme-
nos que pueden ser generalmente válidos, pero no generalizables, y que no
pueden ser comprendidos mediante el registro de regularidades observadas,
pues con frecuencia quedan fuera atributos que son particulares a cada caso.
Esta limitación metodológica es, según Weber, una característica de la rea-
lidad y de la vida:
1 Max Weber, Ensayos sobre metodología sociológica (Buenos Aires: Amorrortu, 2012), 86.
¿Por qué los buenos soldados hacen cosas malas?
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Tan pronto como tratamos de reexionar sobre la manera en que se
nos presenta inmediatamente, la vida nos ofrece una multiplicidad
innita de procesos que surgen y desaparecen, sucesiva y simultánea-
mente, tanto “dentro” como “fuera” de nosotros mismos […] Cualquier
conocimiento conceptual de la realidad innita por la mente humana
nita descansa en el supuesto tácito de que solo una parte nita de esta
realidad constituye el objeto de la investigación cientíca, parte que
debe ser la única “esencial” en el sentido de que “merece ser conocida”.2
De ahí la utilidad de los tipos ideales para reducir nuestro espacio de posibili-
dades, como hemos denido, al marco teórico y empírico al que se restringe nues-
tro estudio. En su momento reconocimos que no es viable pensar y abarcar todas
las transgresiones en las que los militares pueden incurrir de forma distintiva en
relación con el contexto postmoderno. Así, los tipos ideales, espacio de atributos
o “concepto límite”, como el mismo Weber los denomina, que emplearemos
para compararlos con la realidad empírica y obtener conclusiones son aquellos
que consideramos de mayor criticidad y que agrupan los atributos que conside-
ramos que exhiben y hacen visibles los condicionamientos éticos, morales y del
contexto con arreglo a nuestras descripciones. Weber explica que no se trata solo
de reunir de forma abstracta aquello que es común a varios fenómenos concretos,
también es necesario aportar de forma inconsciente e intuitiva una signicación
relativa a aquella precisión particular. De esta manera nos aproximamos al pro-
cedimiento para la formulación de los tipos ideales:
Constituye este un cuadro conceptual que no es la realidad histórica,
al menos no la “verdadera”, y que mucho menos está destinado a ser-
vir como esquema bajo el cual debería subsumirse la realidad como
espécimen, sino que, en cambio, respecto del cual la realidad es medida
y comparada a n de establecer determinados elementos signicativos
de su contenido empírico. Tales conceptos son formaciones en las cua-
les, por aplicación de la categoría de posibilidad objetiva, construimos
conexiones a las que nuestra fantasía, disciplinada y orientada en vista
de la realidad, juzga adecuadas.3
2 Ibíd., 67.
3 Ibíd., 89.

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