Venezuela: equipamiento militar en la Guerra Fría (1947-1991)
| Autor | Carlos E. Hernández González |
| Páginas | 401-446 |
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Venezuela: equipamiento militar
en la Guerra Fría (1947-1991)
Carlos E. Hernández González
Universidad Central de Venezuela
[...] las Fuerzas Armadas son el índice de una na-
ción. No se ve el caso de una nación desarrollada con
unas Fuerzas Armadas de bajo orden y viceversa.
General de división Marcos Pérez Jiménez
Introducción
En mayo de 1944, un año antes de que nalizara la guerra
en Europa, la Junta de Jefes de Estado Mayor1 de las Fuerzas
Armadas de Estados Unidos consideró de manera formal el
problema de la colaboración militar con América Latina en la
posguerra. En el primer documento se abordó el tema como
“Sistema Interamericano de Defensa”, haciendo énfasis en la
“estandarización” como el medio para obtener la integración
del sistema. Estandarización, desde el punto de vista de la Junta
de Jefes de Estado Mayor, signicaba persuadir a las fuerzas
1 Joint Chiefs of Sta.
Guerra Fría, política, petróleo y lucha armada
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armadas de los países de Latinoamérica a emplear armamento,
doctrina y entrenamiento de Estados Unidos.2
A comienzos de 1945, la Junta de Jefes de Estado
Mayor y los dos ministerios militares (Department of War y
Department of Navy), denieron los principales objetivos estra-
tégicos en Latinoamérica: cooperación con las fuerzas armadas
latinoamericanas para mejorar la defensa del Canal de Panamá,
preservación de la paz en el hemisferio, acceso de Estados Uni-
dos a bases aéreas y navales en Latinoamérica, establecimiento
de misiones militares de Estados Unidos en cada república
americana, estandarización del armamento y equipos militares
de las Fuerzas Armadas latinoamericanas bajo el patrón único de
Estados Unidos, entrenamiento de militares latinoamericanos
en escuelas militares de Estados Unidos, impedir la desviación
innecesaria de recursos militares de Estados Unidos al hemisfe-
rio occidental, y continuar con las especiales relaciones militares
bilaterales con Brasil y México.3
El hecho cierto es que al nal de la Segunda Guerra Mun-
dial, Estados Unidos disponía de un descomunal arsenal con-
formado por material militar de todo tipo, cientos de barcos,
miles de aviones. Parte sustancial de esos excedentes de guerra
iban a ser transferidos a distintos países del mundo identi-
cados con los objetivos geopolíticos e intereses económicos
estadounidenses. Con esto se pretendía, muy especialmente
en el caso de América Latina, homogenizar el armamento de
las fuerzas armadas receptoras con las estadounidenses, lo cual,
2 Child, Jhon, Unequal Alliance: e Interamerican military System 1938-
1978, Boulder (Colorado, EE. UU.): Westview Press, 1980, pp. 72-73.
3 Ibíd., p. 73.
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a su vez, implicaba la adopción de la doctrina, entrenamiento
y organización militar.
Cabe señalar, además, que con ese mismo propósito se
estableció, más adelante, un sistema de defensa mutua del
continente americano, mediante la suscripción de pactos mul-
tilaterales y la creación organismos enmarcados en la Organi-
zación de Estados Americanos. En ese contexto, en septiembre
de 1947, se rmó el Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (), también conocido Tratado de Río.4
En denitiva, Estados Unidos buscaba crear unas Fuer-
zas Armadas latinoamericanas similares a las suyas en cuanto
a organización, equipamiento, instrucción y doctrina, con la
intención de mantener bajo su control a todos los ejércitos de
tierra, mar y aire del continente. Y es que para los estrategas
estadounidenses ya era inminente el enfrentamiento este-oeste
entre el mundo comunista y el mundo capitalista, periodo
histórico que se conoció como la Guerra Fría. Sin embargo,
esto no llegó a concretarse en los términos previstos por el
Gobierno de Washington, porque cada uno de los países de
la región tenía sus propias hipótesis de conicto e intereses
geopolíticos, que se centraban más en reclamaciones terri-
toriales y disputas fronterizas que en la defensa conjunta del
hemisferio occidental, como lo fue en el caso de Venezuela.
Por otra parte, hay quien sostiene que Estados Unidos “en
vista a promover, acrecentar y consolidar su predominio sobre
las fuerzas armadas latinoamericanas”, puso de maniesto “la
tendencia de aquella política, lamentablemente apoyada por
4 Pacto de defensa mutua rmado por la mayoría de los países americanos
(incluida Venezuela) reunidos en Río de Janeiro, Brasil, el 2 de septiembre de 1947.
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