Víctimas invisibles: situación psicosocial y de derechos humanos de menores que enfrentan la reclusión de al menos uno de sus padres en México. Primera aproximación
| Autor | Francisco Maffioletti Celedón - anesa Díaz Padilla - Stella Maris Puhl |
| Páginas | 365-399 |
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Capítulo 16
Víctimas invisibles: situación psicosocial y de
derechos humanos de menores que enfrentan
la reclusión de al menos uno de sus padres
en México. Primera aproximación.
José Manuel Bezanilla
Ma. Amparo Miranda
Resumen
Se realiza una primera aproximación a la situación psicosocial y de derechos hu-
manos que enfrentan los menores mexicanos ante el internamiento penitenciario
de al menos uno de sus padres. En México, los menores viven condiciones de vul-
nerabilidad y exclusión que son generadas por la prevaleciente violencia estructu-
ral, misma que impacta de manera más profunda y deteriora el desarrollo cuando
al menos uno de los progenitores es encarcelado. El Estado mexicano, violenta
en primera instancia los derechos humanos de estos menores, al no contar con
datos y estudios sistemáticos sobre los mismos, además de no garantizar sus con-
diciones de seguridad, salud, nutrición y educación, lo que genera la transmisión
intergeneracional de la violencia y delincuencia.
Palabras clave: Derechos humanos, infancia, prisionalización, violencia estructural
Introducción
El presente trabajo parte de la pregunta sobre cuál es la situación psicosocial y la
vulnerabilidad de los derechos humanos de las niñas, niños, adolescentes y sus
familias que enfrentan la reclusión de uno de sus padres, así como las responsabi-
lidades del Estado ante ellos.
PSICOLOGÍA JURÍDICA DERECHOS HUMANOS Y DERECHO PENAL
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Antecedentes en México de esta investigación, son el “Informe Especial de la Comi-
sión Nacional de los Derechos Humanos sobre las condiciones de hijas e hijos de las
mujeres privadas de la libertad en los centros de reclusión de la república mexicana”
(CNDH, 2016) y el Informe especial. Adolescentes: Vulnerabilidad y Violencia (Azao-
la-Garrido, 2017).
El primero considera que, no obstante, los trabajos que se han realizado a lo largo
del tiempo, aún persisten situaciones signicativas que dicultan una vida digna
y segura, así como condiciones que vulneran los derechos humanos de las hijas
e hijos de mujeres privadas de la libertad, considerando principalmente la insu-
ciencia de infraestructura, las deciencias en el servicio médico, educación inicial y
preescolar, deciencias alimentarias e inadecuada atención y clasicación.
Este estudio, concluye principalmente que se ha observado un incremento pro-
gresivo de la estancia de menores de internas en los centros penitenciarios, siendo los
derechos humanos de las personas y especialmente de los menores inalienables e
irreductibles, por lo que se debe tener en cuenta siempre y en primera instancia el
interés superior del menor, “…en todas las decisiones en las que están involucradas
las autoridades, se garantizará su mejor atención de manera integral” (CNDH, 2016),
cosa que no ocurre de manera plena e integral.
Mientras que el segundo (Azaola-Garrido, 2017), fue realizado entre adolescentes
que se encuentran privados de la libertad en centros de internamiento de 17 en-
tidades de la república mexicana y analiza las condiciones de vulnerabilidad que
enfrenta una porción signicativa de la población adolescente en nuestro país.
De este se desprende, que un número signicativo de los adolescentes que se
encuentran recluidos atravesaron por experiencias que les resultaron difíciles, do-
lorosas y dañinas, que, a su vez, estos han replicado a otros; que los centros de
internamiento en que se encuentran, en general no les permiten sanar sus heridas
y hacerse cargo de su responsabilidad comprendiendo a fondo sus condiciones.
Este estudio, resalta la necesidad de atender a estos, dentro del sistema de justi-
cia juvenil, para que puedan sanar los daños que sufrieron durante su infancia y
proceso de desarrollo, garantizando que este sistema no les ocasiones daños ma-
yores; por lo que clarica que México, tiene pendientes signicativos para brindar
a sus niñas, niños y adolescentes, mejores condiciones de vida, especialmente a
aquellos que se encuentran en mayores circunstancias de vulnerabilidad.
Consideramos que los menores que enfrentan el internamiento penitenciario de
al menos uno de sus padres, son “víctimas invisibles”, porque si bien como lo mues-
tran los estudios previamente referidos, los menores en general se encuentran en
situación de vulnerabilidad, al enfrentar el encarcelamiento de uno de sus padres,
quedan invisibilizados, por la exclusión y estigmatización que enfrentan, y parti-
AUTORES VARIOS
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cularmente por la mirada adultocéntrica que se focaliza en el proceso penal del
adulto, ocultando los impactos y perdidas que reciben sus menores hijos.
Vulnerabilidad, exclusión y violencia estructural de las niñas, niños
y adolescentes
Uno de los aspectos fundamentales para asegurar la continuidad y desarrollo de
cualquier nación, es garantizar que sus niños, niñas y adolescentes, desarrollen
al máximo sus capacidades en un contexto que les permita el pleno ejercicio de
sus Derechos Humanos y la total realización de su proyecto de vida, alejados de la
violencia y de aquellas situaciones que los vulneren.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información (INEGI), reporto en el
boletín “Estadísticas A Propósito Del…Día Del Niño (30 De Abril)” (2016), que en Mé-
xico hasta el 2015, habitaban 39.2 millones de niñas, niños y adolescentes, especi-
cando que el número de niños menores de cinco años ascienden a 10.5 millones,
de cinco a 14 22.2 millones y 6.4 millones de adolescentes entre 15 y 17 años.
Resaltando el INEGI, que durante estas etapas primarias, pueden presentarse as-
pectos o situaciones que vulneren el sano desarrollo de los menores cómo “…
la pobreza, marginación, discapacidad, violencia intrafamiliar o trabajo infantil…”
considerando, que estos contextos pueden ocurrir de forma aislada, o de manera
conjunta “…y quien lo experimenta tiene pocas oportunidades de mejorar su nivel de
vida, si sociedad y Estado no generan los mecanismos jurídicos y asistenciales para
hacer cumplir sus derechos” (Idem.).
La presencia de estos factores, son generadores de exclusión y vulnerabilidad,
ya que como menciona Azaola-Garrido (2017), la exclusión “… puede entenderse
como una serie de procesos socioeconómicos y políticos que se vinculan con la ciuda-
danía plena, es decir, se trata de personas o grupos que no disfrutan de sus derechos y
libertades fundamentales”.
En el mismo orden de ideas, La Parra y Tortosa (2003), mencionan que la violencia
estructural, deviene de como el sistema en su totalidad estructura los procesos so-
ciales que bajan de manera directa hasta las bases de la población sin que medie
o se tramite ningún acto especíco para que esta actúe sobre las condiciones de
vida y posibilidades de desarrollo de las personas.
Pérez-Mendoza (2013), señala que la violencia estructural, se conforma como una
privación elemental de necesidades humanas, que se encuentra presente de ma-
nera continua y sistemática mediante la organización y funcionamiento de las ins-
tituciones, con una amplia capacidad para confundir a los individuos, debido a lo
invisible de su complejidad.
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