La actual reflexión pedagógica
| Autor | Bedoya Madrid, José Iván |
| Páginas | 151-185 |
CAPÍTULO 10
LA ACTUAL REFLEXIÓN
PEDAGÓGICA
1. La investigación y el plan de formación
Hoy pensamos la investigación de otra forma: más desprevenida, más orientada
en educación a lo que debe ser, no propiamente dirigida a la producción o aan-
zamiento o comprobación de supuestas teorías que otros habrían producido,1
sino a la formación de los sujetos2 que participan activamente en dicho proceso.
Investigar en educación debe tener esta orientación o sentido fundamental: se
investiga no tanto para producir conocimiento nuevo –con el que se pretendería
llegar a la explicación denitiva del problema (o de los datos de los que se habría
partido)– sino para que a través de este proceso llamado investigación (o proceso
de conocimiento) se dé o se aance mejor el proceso de formación, concebido
como un proceso integral en el que no sólo el adelanto cientíco –o conocer cada
vez más– está presente, sino la construcción de la subjetividad como entidad que
está en capacidad de serlo.
En este nuevo contexto postmoderno se entienden las nuevas propuestas en torno
a la investigación: la superación de un único enfoque válido para orientar, avalar
1 Aunque ésto pueda ser tomado como un argumento para negar la posibilidad de que la investi-
gación pedagógica y/o educativa pueda o deba ser cientíca.
2 Tanto estudiantes como profesores.
EPISTEMOLOGÍA Y PEDAGOGÍA
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o aprobar proyectos de investigación que se presentaban para tal efecto a la única
instancia administrativa dedicada a esta tarea: el Centro o Depto. de Investigación
de cada dependencia o Facultad. Hoy ya se plantea la discusión sobre los suje-
tos de la investigación, hasta ahora quienes podían hacer investigación eran sólo
ciertos sujetos: los profesores que tenían ciertas prerrogativas o privilegios para
hacerla o que se les exigía, porque les habían aprobado un determinado proyecto
y tenían que contar con las condiciones –descarga académica, presupuestos, etc.–
para poderlo realizar. Para poder investigar había que contar con todo un apara-
taje burocrático y administrativo adecuado (lo que a la larga habrá desmotivado
a más de uno que hubiera intentado con muy buena voluntad iniciar su proyecto
de investigación).
Tenemos ahora, la exigencia y no simplemente la sugerencia de otros paradigmas
que orienten o deban orientar la investigación –y no sólo la investigación sino
todo el proceso educativo concebido como proceso de conocimiento y de con-
frontación con la realidad–.3
Previamente se propone que se dé la discusión sobre lo que se entienda por inves-
tigación, ciencia, práctica, proyecto, etc., para identicar en qué paradigma nos
movemos, o cuál es el que se pretende cambiar (o cuál es el que aún se mantiene
en la institución, aunque haya perdido ya su vigencia o fundamentación o credi-
bilidad).
¿Qué es investigar actualmente? ¿Cómo se ha entendido hasta ahora la investiga-
ción? Se ha creído que solo se puede investigar de una forma única o estandari-
zada, o que esa forma estandarizada es la que debe seguirse de una vez por todas,
como si no hubiera otras que igualmente se han o se vienen practicando o como
si ya hubiera sido jada en lo que se puede denominar metodología de la investi-
gación o método cientíco, aplicable a cualquier campo o disciplina.
En este sentido, estamos de acuerdo con lo que dice Magendzo:
el centro del proceso curricular es tratar de comprender, de profundizar en el
qué y el para qué del conocimiento […] visión epistemológica que dé cuenta cuál
es el tipo de conocimiento que se está valorando. Ese esfuerzo de buscar el senti-
do, de buscar la signicación del conocimiento, el proceso que está implícito en
el hacer currículo (s.f., p. 2).
3 Es en este sentido que se puede decir que todo proyecto educativo y formativo debe implicar
o tener o trascender a un proceso de investigación y de conocimiento. Educar implica o debe
implicar no tanto dar o entregar conocimientos como permitir y propiciar que el sujeto llamado
estudiante o educando inicie, continúe o emprenda auténticos procesos de conocimiento, o
sea que pueda conocer –e investigar– por sí mismo las realidades a las que se está abriendo, de
pronto a partir de las incitaciones que un profesor abierto al cambio y como decía Bachelard,
orientado por un verdadero espíritu cientíco le está ofreciendo y en ningún momento exi-
giendo u obligando.
CAPÍTULO 10. LA ACTUAL REFLEXIÓN PEDAGÓGICA 153
Y más adelante:
Si decimos que las universidades son espacios para desarrollar el conocimiento
a través de la investigación, va a haber que tomar posición como parte del di-
seño del currículo, ¿de qué tipo de investigación estamos hablando? Estamos
enfatizando una investigación más empírica, más cuantitativa o estamos pre-
riendo una investigación más cualitativa, más etnográca, ambas responden
a epistemologías distintas [Tomar una decisión u otra […] va a conducir o va a
generar consecuencias en la estructura del currículo, no solamente en el diseño]
(Magendzo, s.f., p. 2).
Hay que plantear entonces "cómo organizar el conocimiento curricular en torno
a núcleos problematizadores que permitan profundizar el conocimiento, porque
el conocimiento en sus orígenes es un conocimiento problemático". Estos núcleos
"invitan a integrar el conocimiento, a hacer un conocimiento mucho más inter-
disciplinario".
Para que la investigación se integre realmente al currículo:
• Se debe propiciar la apropiación creativa y crítica del saber por parte del
estudiante, superando el enfoque por asignaturas separadas y el modelo
transmisionista.
• Se debe orientar la formación de una auténtica actitud investigativa que
supere los obstáculos epistemológicos que en la actualidad encuentra el es-
tudiante en los planes de estudios. Que éstos se conviertan en auténticos
planes de formación. Es decir, hay que superar la orientación positivista y
la racionalidad tecnocrática y pasar a una racionalidad crítica: es indispen-
sable romper con una razón instrumental y trabajar en el contexto de una
razón crítica con respecto a la investigación.
• Se debe formar en y para la investigación. Es decir, se debe enseñar a apren-
der a buscar la verdad, el saber, y no sólo transmitir conocimientos como
datos ya elaborados o producidos por otros.
• Se debe optar por la investigación como eje de la formación en el sentido
de que se enseñe en y mediante la investigación, ya que se considera que
actualmente es la forma más racional y por lo tanto pedagógica de hacerlo,
que inyectando conocimientos que el estudiante recibiría como ya elabora-
dos por otros, como datos que sólo tendría que recibir sin la menor crítica.
En el nuevo currículo hay que crear ante todo condiciones para la producción,
difusión y formación de la investigación. No se puede continuar considerando el
tema al margen de sus reales posibilidades. Mediante la forma como se estructure
el currículo, de acuerdo con un auténtico plan de formación, se debe propiciar
que la investigación esté presente en cada uno de los núcleos del saber pedagógico
según los criterios aceptados previamente de integralidad, transdisplinariedad,
etc., a partir de la formación pedagógica como eje directriz y orientador.
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