Conclusiones
Páginas | 307-320 |
Conclusiones
A primera vista, podr ía parecer insostenible que el diálogo entre el derecho
penal y la economía fuese capaz de colaborar para la construcción de un modelo
de fundamentación y de limitación del poder punitivo desde una perspectiva
antropológica. Estamos acostumbrados a convivir con la crítica de que tal
diálogo traería consigo el irrenunciable precio de la instrumentalización del
derecho por la economía, en una legitimación de categorías jurídicas en atención
intentos de construcción del saber teórico que tomasen en cuenta cualquier tipo
de lectura económica del derecho, especialmente del derecho penal, conducirían
a la pérdida de la identidad liberal de la ciencia jurídica.
Sin embargo, si atendemos a las bases epistemológicas de la macroeconomía
contemporánea, veremos que la ciencia económica se viene construyendo y
legitimando más allá de una irrestricta obtención de resultados prácticos. Ni
de la invisible hand. Las crisis económicas de las últimas décadas sirvieron
como escenario histórico para que cualquier pretensión de garantizar la
economía de mercado ya no renuncie a la protección institucional de la
responsabilidad y la ética en la política económica. Es cierto que un economista,
al analizar programas asistenciales del Estado, pueda estar más preocupado con
la economía, que con parámetros de justicia material perseguidos en la acción
institucional. Sin embargo, es interesante percibir que, quizá por primera
vez, valores como educación, salud, sustentabilidad y transparencia hayan
Lo que nos permite aceptar que, aunque derecho y economía puedan tener
saberes teóricos pueden ser convergentes. El anteriormente mencionado temor
de instrumentalización del derecho, por cierto, ya no se nos opone más: la
de reconocer como íntegro.
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba