El constitucionalismo frente a las constituciones contemporáneas
| Autor | Carlos Hakansson Nieto |
| Páginas | 159-182 |
CAPÍTULO VII
EL CONSTITUCIONALISMO FRENTE A LAS
CONSTITUCIONES CONTEMPORÁNEAS
por CARLOS HAKANSSON NIETO
§ 49.
INTRODUCCIÓN.
- El título de este trabajo es una
respuesta a una tendencia surgida en Europa continental, a
finales de la Segunda Guerra Mundial. Un momento en el cual se
decidió apostar por la gobernabilidad, diseñando lo que hoy se
conoce como el parlamentarismo racionalizado, los amplios
catálogos de derechos humanos, la difusión de los tribunales
constitucionales especializados, las tesis kelsenianas en torno a la
supremacía y normatividad directa de las constituciones; en
resumen, todos los elementos que conforman el llamado
neoconstitucionalismo europeo continental{236}.
Para explicar nuestra visión del constitucionalismo,
aprovechamos la oportunidad para decirle al lector que hemos
recurrido a la literatura y el cine para explicar con ejemplos las
principales ideas del constitucionalismo.
La decisión de redactarlo de este modo obedece a la necesidad
de no caer en el cientificismo que ahora casi abruma esta
disciplina y transmitir que su verdadero conocimiento se
encuentra al alcance de todos los ciudadanos, sin importar la
edad y tampoco la condición social, cultural o económica; un modo
de explicar las relaciones entre los conceptos de Constitución y
democracia{237}.
§ 50.
EL CONCEPTO DE CONSTITUCIÓN.
- Este concepto es digno
de resaltar, pues a lo largo del tiempo ha venido variando su
significado en la doctrina jurídica contemporánea. No se trata
solamente de una realidad político-organizativa del Estado, la
expresión de los factores reales del poder según LASSALLE, o la
norma fundamental del ordenamiento jurídico de acuerdo con los
planteamientos de KELSEN; todas ellas son corolarios de una
original acepción: un medio para frenar el poder y asegurar los
derechos y libertades al ciudadano. Las fases del
constitucionalismo nos muestran que su real significado nace de
la necesidad de limitar el ejercicio arbitrario del poder. Por
ejemplo, Francia, principal difusora de la Constitución, en el art.
16 de su histórica Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789, nos dice que toda sociedad que no reconozca
la separación de poderes y el respeto a los derechos y libertades,
carece de Constitución; nos llama la atención comprobar que esta
disposición no haya sido recogida en el derecho comparado,
incluso en el texto de alguna Constitución moderna.
La tradición anglosajona no se apartó de la esencia del
constitucionalismo; no puede hacerlo dado que es parte del
acuerdo fundamental de la sociedad británica y se puede
descubrir en cualquier tipo de manifestación cultural. En la
literatura, un ejemplo muy popular lo encontramos en la novela
de TOLKIEN,
El señor de los anillos,
cuando nos describe que, al
principio, el poder estaba dividido entre los elfos, los enanos y los
hombres, cada uno con un número determinado de anillos; pero
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